¿Nos debería preocupar el Brexit a los malagueños?

Entre las instituciones y las empresas no existe temor pero sí incertidumbre, teniendo en cuenta que el británico es un mercado apetitoso, tanto desde el punto de vista turístico como comercial. «El Reino Unido, aparte de ser el primer país emisor de turistas, ha sido tradicionalmente un mercado importante para el comercio exterior de la provincia, estando en los primeros puestos del ranking tanto en las exportaciones como en las importaciones, con un comercio global en ambos sentidos de casi 250 millones de euros», explica el presidente de la Cámara de Comercio en Málaga, Jerónimo Pérez Casero.

Según los datos de 2015, se trata del sexto destino en exportaciones malagueñas, solo por detrás de Francia, Italia, Portugal, Alemania y Estados Unidos. En importaciones, figura en segundo lugar después de China. En España, el superávit con Gran Bretaña se sitúa en el 1,1% del PIB. Es el quinto destino nacional más importante para exportaciones de bienes y servicios.

¿Cambiarían las relaciones comerciales en caso de que se produzca el Brexit? Desde la Cámara no lo tienen claro, aunque señalan que cualquier medida en contra de la liberalización del tráfico de mercancías supone una «restricción al valor del intercambio» y tendría un «efecto negativo en las transacciones entre países». «No se puede prever la incidencia de los productos en que más se notaría. Dependen de muchas variables, aunque habría que resaltar que las bebidas y los productos agroalimentarios son los tres primeros en el ranking de las exportaciones a ese país, por lo que sería lógico que repercutiera en este tipo de productos de un sector de tanta importancia para la economía provincial», añade Jerónimo Pérez Casero.

En concreto, las frutas lideran la demanda de las exportaciones desde Málaga a las islas británicas, con más de 18 millones de euros (datos de 2015), seguidas de las bebidas (10,2 millones). Trops, la productora y comercializadora de subtropicales con sede en la Axarquía, tiene allí uno de sus principales mercados. Reino Unido supone aproximadamente el 20% de sus exportaciones de aguacate, y siempre está entre los tres primeros países en ventas al exterior.

El gerente de Trops, Enrique Colilles, admite que existe «incertidumbre», pero confía en que el negocio no se resienta. «Pensamos que no nos va a afectar porque tenemos una posición en nuestro producto dominante en el mercado. Pero desde el punto de vista financiero ahora trabajamos en euros con el Reino Unido y, obviamente, si fuese adelante la salida, tendríamos que volver a la libra. Y el factor tipo de cambio afectaría negativamente por la complejidad que supondría», apunta.

Para Colilles, el Brexit obligaría a realizar «seguros de cambio», que implicarían un proceso adicional que vendría a complicar las operaciones, pero no pondría en peligro la «viabilidad comercial» de sus productos. «Sucedería algo parecido a lo que hacemos en otros países europeos que están fuera de la UE, como Suiza. Allí funcionamos con una dinámica y estamos plenamente adaptados», añade. De manera parecida se expresan en Dcoop, que exporta aceite, aceitunas de mesa y un poco de vino. Su responsable de Relaciones Corporativas, Esteban Carneros, señala no obstante que Gran Bretaña no se encuentra ni el 'top ten' de sus ventas exteriores.

«Entendemos que, a priori, no nos tendría por qué afectar, porque no entramos en competencia con productos suyos. Y eso no se vería reflejado en un deterioro de las relaciones comerciales. Otros alimentos como los lácteos y la carne se pueden ver más afectados, porque ellos sí los producen. En nuestro caso, si quieren seguir consumiendo aceite o aceitunas, tendrán que comprarlos», opina Carneros, que indica la posibilidad de que se firmen acuerdos preferenciales como los que existen con otros países que están fuera de la UE y que reciben también parte de las exportaciones de Dcoop, como Noruega o Islandia.

Algo más de inquietud existe entre las empresas que tienen inversiones allí. El ICEX (Instituto Español de Comercio Exterior) apunta que España se ha consolidado como uno de los principales inversores extranjeros en Reino Unido. Entre las compañías con sede en Málaga y que han apostado fuertemente por el mercado británico está Aertec Solutions, que tiene oficina en Bristol y unas diez personas dedicadas a sus negocios en tierras británicas, trabajando para varios fabricantes aeronáuticos y en alianza con ingenierías del país en varios aeropuertos.

«Una parte de nuestro trabajo está vinculado a los programas de Airbus y ésta es una gran empresa europea. Existe mucha incertidumbre en Reino Unido sobre cómo reaccionará Airbus ante el Brexit, si mantendrá la inversión y las cargas de trabajo. Que exista la incertidumbre ya es perjudicial. Un horizonte incierto ahuyenta inversiones que necesitan varios años para amortizarlas y en la industria aeronáutica todo se hace con visión a largo plazo», advierte el CEO de Aertec, Antonio Gómez-Guillamón, quien señala, no obstante, que no tiene pensado ni mucho menos abandonar el país, aunque salga de la UE.

«Dentro de Europa, Reino unido es curiosamente el país más abierto a las empresas, más fácil para hacer negocios, con la mente más abierta, sin tantos proteccionismos administrativos o culturales. Ojalá se queden y el resto de Europa aprendamos de ellos y de su manera de entender la economía, el mercado y la empresa», añade Gómez-Guillamón.