El coste de la vida sube 426 euros al mes para los malagueños
Una encuesta de la Unión de Consumidores revela que casi el 80% de los ciudadanos ha reducido o eliminado algún producto de la cesta de la compra por culpa de la inflación
¿Qué economía familiar estaba preparada para asumir una subida del coste de la vida de más de 420 euros al mes? Este es el ... sobreesfuerzo que está provocando la inflación y la subida de los alquileres y las hipotecas a los hogares malagueños, según una encuesta realizada por la Unión de Consumidores de Málaga. Si esa cifra se extrapola al conjunto del año, equivale a un aumento de 5.117 euros en el presupuesto de una familia media. Los capítulos de gasto que más incremento han sufrido son los de alimentación/supermercados (136,43 euros más al mes), vivienda (123,10 euros más al mes) y combustibles (83,57 € más al mes).
El estudio ha sido realizado por la mencionada asociación contando con una subvención del Área de Comercio del Ayuntamiento de Málaga. La encuesta, en la que participaron 609 personas, tenía como objetivo «conocer cómo se han adaptado las personas consumidoras a esta situación, qué medidas han adoptado para paliar la incesante subida en el coste de la vida».
Los autores del estudio destacan la «gran preocupación y alarma social» que genera la inflación entre las personas consumidoras. Un malestar que se basa en unas consecuencias reales y palpables en la vida de las familias. Y es que el 77% de los encuestados indican que han tenido que reducir o eliminar algún producto de la lista de la compra habitual debido a su elevado precio. Entre los artículos más mencionados destacan el aceite y el pescado.
Respecto a los servicios de consumo, el 66 % de los participantes en el estudio indican que han tenido que reducir o eliminar alguno de ellos entre sus costes mensuales. Entre los servicios que más frecuentemente se han visto afectados por las apreturas económicas de las familias se encuentran los viajes (62,5%) y los servicios culturales o de ocio (42%). Estos recortes afectan también a la salud de los consumidores, ya que el 33,3% indica haber reducido los servicios sanitarios o estéticos que consumen, entre los que se encuentran los tratamientos dentales, indispensables para una buena alimentación. También, el 29% de los participantes asegura haber reducido o eliminado alguna póliza de seguros, entre las que se encuentran los de salud.
El 11% de los consumidores tiene que organizarse con familiares o amigos para comprar determinados productos juntoy repartirlos
Entre las medidas concretas que adoptan las familias para combatir este incremento del coste de la vida destacan «comprar menos productos frescos y más envasados» (el 31% de los encuestados lo hacen), «utilizar más el transporte público» (el 26%), «reducir el consumo de electricidad» (57%), «fijarse más en las ofertas y promociones (94%), »intentar reparar los bienes que se averían en lugar de comprar otros nuevos« (49%), »reutilizar ropa de familiares« (26%), »comprar más productos de marcas blancas« (74%) y »comparar más los precios entre diferentes establecimientos« (74%). Incluso el 11% asegura que ha tenido organizarse con amigos o familiares para comprar determinados productos y repartirlos (por ejemplo, una garrafa de aceite).
«Por sacar algo bueno de esto, observamos que muchas familias han cambiado sus hábitos de consumo incorporando conductas más responsables y sostenibles con la intención de reducir el consumo», apuntan desde la Unión de Consumidores. Sin embargo, recuerdan que el principal incentivo para adoptar pautas de consumo más sostenibles «debería ser la concienciación y no el temor a no llegar a fin de mes».
Aumento de fraudes
Si a esto añadimos el incremento del número de estafas y fraudes (la asociación recuerda los casos de estafas masivas a los clientes de conocidas entidades bancarias), por las cuales el 17% de los entrevistados declaran haberse visto afectados, los consumidores «quedan expuestas a una gran indefensión, que acusa aún más el alto grado de preocupación y alarma social». Los términos más utilizados para describir la situación son «ahogo, asfixia, insostenible y abuso».
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La encuesta también incluye una cuestión más orientada a la psicología del consumidor, concretamente, a su nivel de preocupación en relación con la subida de precios. Las respuestas se ofrecían siguiendo una escala del 1 al 5, siendo 1 «nada preocupado» y 5 un grado de preocupación «muy alto». El 66% de las personas encuestadas manifiestan un nivel 5 de preocupación, seguidos del 29% que indica un nivel 4. Los niveles 3 y 2 de preocupación (intermedio y bajo, respectivamente) son escogidos por un idéntico 3% de la muestra. Nadi ha indicado no tener un grado de preocupación nulo por esta situación.
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