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José Sevilla, presidente no ejecutivo de Unicaja (a la izquierda), e Isidro Rubiales, consejero delegado, este miércoles en Málaga. SUR
Unicaja ve «una alta probabilidad» de recesión, pero no varía sus aspiraciones de beneficios y dividendos

Unicaja ve «una alta probabilidad» de recesión, pero no varía sus aspiraciones de beneficios y dividendos

El grupo bancario ratifica su previsión de que en tres años ganará 1.600 millones de euros y que repartirá el 85% entre sus accionistas

Miércoles, 9 de abril 2025, 15:17

La andanada de aranceles anunciados y puestos en marcha por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desatará muy previsiblemente revisiones a la baja de las previsiones económicas por parte de todos los organismos públicos y privados. Sin ir más lejos, el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ha anunciado que así lo hará su institución. Pero algunas entidades, como Unicaja, van más allá en el pronóstico de los daños que sufrirá la economía por el nacionalismo económico que ha resucitado la Administración estadounidense.

El consejero delegado del banco con sede en Málaga, Isidro Rubiales, durante su intervención en la junta general de accionistas que se celebraba este miércoles, afirmó que en estos momentos se asiste a una «extraordinaria e inusitada incertidumbre», que las perspectivas «apuntan a un tensionamiento de las condiciones financieras y a una moderación del crecimiento económico» tal, que observa «una alta probabilidad de entrada en recesión». Se trata de un escenario que, según reconoció Rubiales, «amplía los retos a los que ya nos enfrentábamos para crecer en clientes e impulsar la generación de ingresos». Aunque previamente, el presidente no ejecutivo de la entidad, José Sevilla, se había mostrado más cauto en sus aseveraciones, limitándose a afirmar que «la fragmentación de los flujos comerciales globales» y la «perspectiva de que se vea acentuada los próximos meses por la aplicación de las medidas arancelarias de la administración estadounidense» tienen un «negativo impacto» que «resulta difícil de anticipar, no sólo para los países, sino también para las empresas».

No es cuestión baladí para un banco cuáles sean las previsiones económicas. Prever un daño severo, asumir un perjuicio importante en las cuentas de las empresas conlleva pensar en una reducción de su apelación al crédito y, por ende, también previsiblemente de los ciudadanos tanto en forma de hipotecas como de financiación al consumo si el empleo se ve afectado. Tampoco hay que pasar por alto que los propios mensajes que transmitan los agentes económicos afectan al estado de ánimo de particulares y empresas, que pueden adoptar estrategias más prudentes que por sí solas mermen la actividad económica. Y un último foco de tensión: la virulenta reacción que están teniendo los mercados, los desplomes, tienen un doble efecto en la economía real; por un lado, insuflan pesimismo y, por otro, contribuyen a endurecer las condiciones de financiación porque los inversores exigen mejores retornos porque observan más riesgo. Como contrapeso favorable actúa el más inmediato pasado: la economía española en particular se ha mostrado muy resiliente durante la guerra en Ucrania y los dos años de inflación muy elevada.

Ratificación de los objetivos del plan 2025-2027

Sea como sea, la junta accionistas que celebraba ayer Unicaja, además de servir para aprobar la entrada de un representante del empresario Tomás Olivo en el consejo de administración (César Bedoya Merino), para renovar el puesto a otros miembros del órgano de gobierno –los independientes Carolina Martínez, Rocío Fernández y Antonio Carrascosa y del dominical Rafael Domínguez–, o para aprobar las cuentas de 2024 y un dividendo histórico –ya se realizó el pago a cuenta en diciembre y en un par de semanas, el 24 de abril se abonará el complementario–, también fue útil para ver ratificar a presidente y consejero delegado las previsiones del plan estratégico 2025-2027.

500 millones de euros

espera ganar, como mínimo, en los próximos tres años, para alcanzar un total superior a los 1.600 millones de euros en el trienio.

Así que Rubiales, después de advertir del riesgo de recesión y de apuntar que el escenario en el que trabajarán será también de tipos de interés a la baja -y, por tanto, menos favorable para su actividad-, se refirió a la «mejora reciente de la dinámica de negocio y de resultados obtenidos durante el último ejercicio» (en 2024, sus beneficios fueron de 573 millones de euros, cifra que más que duplicaba la de un año antes) y a que sobre ello han construido sus objetivos para los próximos tres años: «El reto es obtener, tras un año excepcional y en un escenario de bajada de tipos como el que actualmente descuenta el mercado, un resultado que supere los 500 millones en cada uno de sus tres años. Un objetivo ambicioso que nos llevaría a generar más de 1.600 millones de euros en el trienio». Esta cifra supone un incremento del 40% con respecto a los tres años anteriores.

Con esas cuentas previstas y con la que Rubiales calificó de «holgada posición de solvencia de la entidad», «la remuneración al accionista, tal y como ha ocurrido en 2024, continuará siendo muy relevante». Se plantea un pay-out (porcentaje del beneficio que se reparte en forma de dividendos) de hasta un 85% en el conjunto del trienio -en 2024 ha sido de un 60%-, aunque será de aplicación a partir de 2026, ya que el consejero delegado quiere conservar liquidez y así estar preparado si surgen oportunidades de crecimiento inorgánico -pequeñas adquisiciones- en el corto plazo.

«Podemos vislumbrar un futuro como proyecto empresarial independiente y con estrategia propia»

Respecto a las operaciones corporativas en las que Unicaja pueda ser la presa y no la depredadora, quien se pronunció fue el presidente, José Sevilla: «Podemos vislumbrar un futuro como proyecto empresarial independiente y con una estrategia propia», dijo.

Previsiones de resultados y de dividendos inalterados pese a la guerra comercial que se ha desatado a nivel global. ¿En qué se va a apoyar Unicaja para lograrlo? «No podemos perder de vista los determinantes del margen comercial, para lo que nos hemos fijado objetivos ambiciosos, pero realistas, para las diferentes líneas de negocio», dijo Rubiales, que precisó que Unicaja quiere recuperar la cuota del 6% en el segmento hipotecario, «dada su condición nuclear en la generación de ingresos, tanto de forma directa como a través de la activación de posibilidades de vinculación y de fidelización». En lo que a crédito al consumo se refiere, su ambición es duplicar la producción de años anteriores, mejorando la cuota en 60 puntos básicos. Además, Rubiales avisó de que el banco implantará «palancas específicas para mejorar la composición de las comisiones con nuevas propuestas de valor en seguros»; aquí propone un objetivo de incrementar un 25% las primas.

También quiere darle una vuelta de tuerca a la banca de empresas: «Nos queremos acercar al día a día de las empresas y convertirnos en su banco de referencia, potenciando los productos de circulante, hasta duplicar su peso relativo en la cartera de crédito a este segmento».

Y otro pilar en el que se apoyará la rentabilidad de Unicaja será en la banca personal y privada que pivotará sobre la gestora Unigest, aunque, complementariamente, Rubiales avisó de que la entidad puede buscar alianzas.

Con todo ello, para este mismo año 2025, el banco prevé mejorar la base de clientes, estabilidad en los ingresos recurrentes, mantenimiento de los ingresos por comisiones gracias a la actividad de fuera de balance (fondos y planes de pensiones) y un crecimiento de los gastos de explotación del 5% por las inversiones que requiere el plan estratégico para mejorar la experiencia del cliente.

Un 80% del consejo, renovado

La junta de accionistas aprobó la política de dividendos (ya se pagó el dividendo a cuenta de 2024 en diciembre y en unos días se abonará el complementario) y también la incorporación del nuevo consejero dominical en representación de Tomás Olivo (César Bedoya Merino). Y sobre esta composición del consejo de administración de Unicaja tuvo palabras el presidente no ejecutivo de Unicaja. «2024 ha sido un año muy importante, un año de cambio y de inicio de una nueva etapa con el foco puesto en el crecimiento rentable y en la creación de valor», afirmó. «El comienzo de esta nueva etapa ha venido precedido por una renovación muy importante de nuestros órganos de gobierno», agregó, en referencia a los nueve nuevos consejeros nombrados en 2023 y a los otros dos consejeros de 2024 (él mismo, entre estos últimos): «En definitiva, de los quince miembros del consejo de administración, doce se han incorporado en los últimos dos años, esto es, un 80% del total, y al mismo tiempo, se han producido relevos en las posiciones tanto del consejero delegado como del presidente». Tras ese proceso, dijo, el consejo de administración es «altamente cualificado y diverso», tiene «una matriz de competencias y habilidades muy completas» y «aseguran el mejor análisis y una fundamentada toma de decisiones estratégicas para el futuro de la entidad». Sea como sea, será el equipo que tendrá que bregar con las incertidumbres que se ciernen sobre el mundo y que estos días está mostrando su peor cara con tempestad en los mercados.

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