González endosa al jefe de Seguridad del BBVA los contratos con Villarejo y defiende su «ética»

Las dos horas y media de comparecencia ante el juez instructor Manuel García-Castellón sirvieron a González, de 78 años, para reiterar tres mensajes sobre las que se apoya su defensa: no tuvo responsabilidad en la contratación de Cenyt, la empresa de Villarejo; el exdirectivo del BBVA Antonio Béjar mintió en sede judicial al aseverar que él le ordenó contratar con la empresa que le dijera el entonces jefe de seguridad del banco, Julio Corrochano, y que, en todo caso, este tenía autonomía para decidir.

Por lo tanto, el banquero gallego, que ha respondido a las preguntas de su abogado, de los fiscales anticorrupción y del propio juez, Manuel García-Castellón, ha descargado toda la responsabilidad en Corrochano, también investigado en la causa. Una línea que ya siguió en su primera comparecencia.

González, eso sí, se esmeró en explicar al instructor que el BBVA en un escrito de 2019 cometió un «error lamentable» al señalar que la contratación de Villarejo en relación a Ausbanc -la entidad de usuarios de servicios financieros presidida por Luis Pineda- se realizó bajo su patrocinio. Un desliz, recordó este viernes, que los letrados del banco rectificaron con posterioridad.

En esta pieza del caso Tándem o Villarejo se examinan los contratos suscritos por la entidad con el grupo empresarial de Villarejo, Cenyt, para distintos proyectos al menos entre 2004 y 2017, unos trabajos por los que la entidad habría pagado al comisario más de 10 millones de euros.

En esta ocasión, según han explicado fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, González señaló que no tuvo conocimiento de la contratación de Villarejo ni de las actividades desarrolladas por su mercantil durante su presidencia hasta el 27 de mayo de 2018, cuando se conocieron por los medios de comunicación. De hecho, ha incidido en que una vez detuvieron al comisario en noviembre de 2017, nadie en la entidad le comunicó que tenían relación como proveedora de servicios del BBVA.

Posteriormente, tras la auditoría encargada a PwC para conocer el alcance de este contrato se concluyó que no existía evidencia documental que le situara en el proceso de contratación, facturación y pago de los servicios de Cenyt, a lo que ha sumado que no resulta creíble que un presidente entre en el detalle de la contratación de proveedores.

En este sentido, ha ligado su tarea a las cuestiones estratégicas y de supervisión de resultados de la entidad, además de las labores propias de representación. Y ha incidido en que los órganos que presidía, como el Consejo de Administración, no tenían ninguna función de vigilancia ni control de los ejecutivos con temas de contratación. «Yo no entraba en eso», ha reiterado en sede judicial.

Otras fuentes jurídicas han destacado de la comparecencia que González se ha mostrado tajante respondiendo a los fiscales y ha reivindicado la solidez de los que él llama '«valores FG», es decir, que todo lo que se hace es «legal, ético y publicable».

Sobre los proyectos facturados, González fue preguntado por el trabajo de Villarejo relativo a la OPA que preparaba la constructora Sacyr para hacerse con el control del banco, la conocida como 'operación Trampa'. Al respecto, ha apuntado que fue su jefe de Seguridad quien decidió contratar una empresa externa, la del comisario entonces en activo, y que de hecho se convocó una reunión a la que asistieron varios ejecutivos, en la que estaba presente Corrochano, quien aseguró que tenía forma de conseguir más información sobre el movimiento de la mercantil de Luis del Rivero a través de una empresa de investigación.

Sí que ha reconocido el investigado que en diciembre de 2004 recibió hasta en dos ocasiones de mano del entonces consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, notas con información común, pública y nada relevante relativa a Sacyr, pero que no se refería en ningún momento a tráficos de llamadas ni a ninguna cuestión que pudiese ser ilegal. De hecho, González ha explicado que parecían resúmenes internos del banco pero que carecían de membrete o firma.

Por otro lado, sobre la investigación subcontratada por el banco para investigar a determinados promotores inmobiliarios, González ha negado que conociera que en un inicio se contratara a la agencia de detectives Kroll y, de hecho, ha insistido que sólo sabe que se han contratado este tipo de servicios cuando le informan de que esa agencia no ha obtenido buenos resultados. Así, ha negado que le dijera a Béjar que debían contar para ese trabajo a la empresa que les recomendara Corrochano.

González está investigado por delitos de revelación de secretos, ya que los trabajos de Cenyt de los que se benefició el banco durante 13 años suponía obtener datos personales que eran de acceso restringido, y cohecho, ya que Villarejo era comisario en activo cuando investigó para el BBVA. «Nadie me dijo nunca que el proveedor elegido estaba vinculado a un policía en activo», ha defendido este viernes el banquero.