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Braulio Medel y Francisco de la Torre. SUR
El alcalde de Málaga: «Medel no merece bajo ningún concepto ser presidente emérito de Unicaja»
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El alcalde de Málaga: «Medel no merece bajo ningún concepto ser presidente emérito de Unicaja»

De la Torre insta al consejo de administración a tumbar la solicitud de este cargo vitalicio, tramitada por el propio economista sevillano en virtud de un acuerdo adoptado en 2016 para mantener sus privilegios

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Lunes, 12 de septiembre 2022, 13:18

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Braulio Medel se resiste a salir de Unicaja. Su petición de ser presidente emérito del banco, cargo vitalicio pactado por él mismo en 2016 para mantener despacho, secretaria, coche oficial y chófer, además de gastos de viaje, ha puesto contra las cuerdas al consejo de administración de la entidad, que se debate entre la obligación de respetar un acuerdo unánime adoptado cuando Medel era presidente y la necesidad de dejar atrás una de sus etapas más oscuras. Pero ya hay quienes comienzan a advertir de los riesgos de este nombramiento. El alcalde, Francisco de la Torre, ha alertado en redes sociales de que se trata de una «pretensión que no debe prosperar» porque supondría «premiar a quien entregó el control de Unicaja a Liberbank».

De la Torre considera que quien fuera presidente de la Fundación Unicaja «no merece bajo ningún concepto» este reconocimiento e insta al consejo de administración a tumbar la solicitud, tramitada por el propio Medel la semana pasada en base al acuerdo tomado en 2016, que él mismo se encargó de dejar atado antes de tener que ceder los mandos de Unicaja Banco obligado por la ley, que declaró incompatibles los cargos que ostentaba en la entidad y la Fundación. El alcalde lleva meses apuntando a Medel como responsable de la escalada de poder del bloque asturiano en detrimento de la antigua Unicaja netamente malagueña. La alianza entre Medel y el exCEO de Liberbank, Manuel Menéndez, número dos de Unicaja tras la fusión entre ambas entidades, ha subvertido el canje acordado en el nuevo banco: un 60 por ciento para Unicaja, que por eso mantiene su nombre, y un 40 por ciento para Liberbank.

Pero esa distribución de poder pactada en el proyecto de fusión ha sido alterada durante meses por el posicionamiento de los cuatro representantes de la Fundación Unicaja en el consejo de administración del banco. Estos consejeros dominicales estaban a las órdenes de Medel y han votado en muchos casos a favor de las estrategias de Liberbank, situación que ha permitido que varios servicios de Unicaja acaben trasladados a otras provincias como Madrid, Toledo y Oviedo, hasta el punto de que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, llegó a advertir de los peligros de que la sede del banco en Málaga acabara vaciada de contenido.

El Gobierno irrumpió en el conflicto solicitando un informe de idoneidad sobre Medel y reconociendo «serias dudas» sobre «la honorabilidad comercial y profesional» del banquero. Fue entonces cuando Medel decidió retirarse y presentar su dimisión como presidente de la Fundación, puesto en el que ha sido sucedido por José Manuel Domínguez. Probablemente ya tenía por entonces su plan en mente: solicitar la presidencia honorífica y emérita del banco y conservar sus privilegios, incluso a riesgo de que el movimiento vuelva a poner a Unicaja bajo la lupa de los supervisores financieros como el Banco Central Europeo y el Banco de España, que no ven con buenos ojos estos nombramientos, sobre todo cuando se trata de figuras polémicas e incluyen compensaciones.

La solicitud de Medel reabre una herida que comenzaba a ser cerrada. Domínguez, su sucesor en la Fundación Unicaja, anunció antes del verano que había iniciado un procedimiento interno para determinar «el cumplimiento normativo» de la presidencia de Medel en dos fundaciones menores: una de ámbito cultural con el mismo nombre, Fundación Unicaja, y la de Ronda. Se vislumbraba así el principio del fin de la etapa de Medel en la institución. Pero el banquero sevillano se guardaba un último as bajo la manga.

Ahora queda por saber qué posición tomará el consejo de administración del banco, consciente del carrusel de escándalos que gira en torno a Medel, cuya honorabilidad pone en duda el propio Gobierno y que ahora puede ser el presidente emérito de la quinta entidad más importante del país.

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