Las claves de la declaración de la Renta para los autónomos
Los profesionales por cuenta propia deben contabilizar ingresos, gastos deducibles y la situación personal y familiar en el IRPF
Cuando aún faltan cinco semanas para que se cierre la campaña de la declaración de la Renta, son muchos los autónomos que no han cumplido ... con sus obligaciones anuales con el fisco, por lo que conviene tener en cuenta una serie de aspectos clave a la hora de elaborar el modelo 100, el del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Lo primero es el umbral de ingresos mínimo para que sea obligatorio tributar. A diferencia de lo que ocurre con los asalariados, para los que la cifra son 22.000 euros de un solo pagador o 14.000 euros de dos pagadores, en el caso de los profesionales por cuenta propia, como norma general, sólo aquellos que tengan ingresos por rendimientos de actividades económicas inferiores a los 1.000 euros anuales estarán exentos de presentarla.
Puede ocurrir, eso sí, que la presenten voluntariamente, porque quieran beneficiarse de algún tipo de deducción. En cualquier caso, el importe a pagar de IRPF viene determinado por el nivel de ingresos, los gastos deducibles, así como por la situación personal y familiar, tal y como explican desde el banco BBVA. En el régimen de estimación directa es necesario consignarlo todo en la declaración
Sólo aquellos que tengan ingresos inferiores a mil euros anuales están exentos de presentarla
La más habitual entre los autónomos es el régimen de estimación simplificada, aunque también existe el régimen normal. Dependerá de si el importe neto de la cifra negocio anual es mayor o menor de 600.000 euros anuales. Sea como fuere, el trabajador por cuenta propia estará obligado a declararlo trimestralmente, a través del modelo 130, de autoliquidación del pago fraccionado del IRPF.
Eso sí, tal y como detallan desde el BBVA, estarán exentos de presentar la declaración trimestral aquellos autónomos de estimación directa que, al menos, el 70% de sus ingresos procedentes de la actividad profesional hubieran tenido retención o ingreso a cuenta del ejercicio anterior.
El primer aspecto a tener en cuenta son las deducciones para los autónomos. Desde el BBVA exponen algunos consejos para optimizar el resultado de la Renta de 2021 y evitar que salga a pagar.
En cuanto a las previsiones, normalmente, en el último mes del año es cuando todos los trabajadores, ya sean autónomos o por cuenta ajena, tienden a planificar su declaración de la Renta, con vistas a la campaña que llegará en los próximos cuatro meses. Una buena práctica es hacer una previsión de lo que se va a incluir, sirviéndose del simulador web de la Agencia Tributaria.
También a final del año conviene vigilar el tramo de IRPF en el que se está. Hay que recordar que es progresivo, por lo que cuanto más crecen los ingresos, más se tributa. Es decir, desde el BBVA explican que puede ocurrir que un pequeño ingreso adicional, a final de año, haga que el trabajador salte de tramo y que la diferencia de IRPF a ingresar sea, incluso, mayor que el ingreso obtenido.
Sobre la base de cotización, además de que será un gasto deducible que reducirá los rendimientos netos sujetos a IRPF, al incrementarla, se estarán incrementando los derechos futuros a una pensión, explican desde el banco. Sobre los planes de pensiones, se puede aportar hasta el límite máximo de aportación y deducción, que, a partir de 2022, es de 1.500 euros anuales. Así, para la Renta del ejercicio de 2021, el límite máximo son 2.000 euros o el 30% de los rendimientos netos de trabajo y actividades económicas.
Desde el banco también aportan como recomendación la contratación de un seguro médico. «Podrás deducirte hasta 500 euros de prima por cada miembro de la unidad familiar». También se pueden deducir el 100% de las cuotas pagadas a colegios profesionales o sindicatos, siempre que la colegiación sea obligatoria. El límite máximo en este caso son también 500 euros anuales.
Por último, como novedad, en esta campaña de la Renta 2021, los contribuyentes pueden deducirse las obras realizadas en la vivienda habitual o arrendada, cuyo fin haya sido la mejora de la eficiencia energética.
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