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JULIO J. PORTABALES
Jueves, 22 de mayo 2025, 02:00
Sergio Durán Ruiz, director territorial de Cajamar en Málaga, ha dedicado más de dos décadas a trabajar en diferentes áreas clave de la entidad financiera. Con una sólida experiencia en análisis de riesgos, dirección de oficinas, estrategia comercial y liderazgo territorial, hoy se posiciona como una de las voces autorizadas en el impulso del sector agroalimentario desde la banca cooperativa.
-Los Premios Agro Málaga han vuelto a reconocer el esfuerzo y compromiso del sector agroalimentario de la provincia. ¿Qué papel cree que juegan estos galardones para visibilizar y poner en valor al sector primario malagueño?
-La mayor parte de los analistas y expertos coinciden en que es necesario un mayor reconocimiento social del trabajo que se lleva a cabo en el sector agroalimentario. La mayoría de los ciudadanos ya no poseen la conexión emocional y cultural que las generaciones pasadas mantenían con el campo y esta desconexión conlleva una cierta incomprensión de los procesos y esfuerzos que requiere la producción de alimentos, así como la labor esencial que desarrollan en nuestra sociedad, alimentándonos cada día. Así que todo lo que sea visibilizar y poner en valor al sector, contribuye a reducir el «déficit rural» de la sociedad.
- ¿Por qué considera importante apoyar iniciativas como esta?
-Creo que cualquiera que entre en nuestra página web o en alguna de nuestras oficinas lo entenderá rápidamente. Los carteles y los logos ADN Agro no son solo un reclamo publicitario. Son una manifestación de que somos también parte del sector agroalimentario y de nuestro compromiso tanto en apoyo financiero, donde somos líderes, como en generación y transferencia de conocimiento a través de lo que llamamos nuestro ecosistema, con centros de experimentación agrarios donde realizamos investigaciones por y para el sector, informes, análisis, publicaciones, herramientas digitales, Plataforma Tierra para la difusión digital de ese conocimiento, y nuestra incubadora Cajamar Innova. Así que es natural que apoyemos iniciativas como esta.
- ¿Cómo valora la situación del sector agroalimentario en la provincia de Málaga a día de hoy?
- Afortunadamente, estamos dejando atrás la situación de sequía que hemos arrastrado en los últimos años. Y eso nos permite mirar al futuro inmediato con algo más de tranquilidad. Sin embargo, en el largo plazo, teniendo en cuenta la situación internacional, las tendencias del cambio climático y las propias inercias de la Unión Europea, los desafíos siguen siendo importantes.
- ¿Qué retos cree que afrontan actualmente agricultores, ganaderos y empresas agroindustriales malagueñas,
- La disponibilidad de agua siempre será un problema para nosotros, también lo serán la competencia de producciones de terceros países o la lucha contra plagas emergentes con menos materias activas disponibles. En nuestra provincia, además, el crecimiento demográfico y urbanístico del litoral presiona sobre las explotaciones que, a medio plazo, pueden verse tentadas a vender o cambiar el uso de sus tierras (siempre que los planes urbanísticos lo permitan, claro). Mantener la calidad de nuestras producciones agroganaderas debe ser un objetivo de todo el sector, al mismo tiempo que se avanza en su sostenibilidad.
En estos retos, la tecnología está llamada a cumplir un papel protagonista. La digitalización y la incorporación de la Inteligencia Artificial o el Internet de las Cosas (IoT) serán pronto parte de la cotidianeidad de agricultores y ganaderos. No es fácil, pero este sector ha salido victorioso de muchas batallas y en Cajamar somos optimistas con respecto a su capacidad de hacerlo una vez más.
- ¿Qué tipo de apoyo ofrece actualmente la entidad al sector primario?
- Somos líderes en su financiación, con una cuota de mercado del 15,4 % Y, por supuesto, en los productos que ofrecemos. Aparte del amplio acompañamiento que realizamos al sector, mantenemos una oferta de productos financieros específicos y ajustados a cada tipo de cultivo o ganadería, además de ofrecer servicios para la exportación e internacionalización o líneas de liquidez especiales en momentos de crisis, como en las recientes tormentas que han provocado daños por inundaciones y granizo. También, como conocedores del sector agro, tenemos productos para financiar la reconversión varietal, donde adaptamos el periodo de carencia, al tiempo necesario para que la explotación pueda entrar en producción, llegando incluso a 4 años.
- ¿Qué papel juega la colaboración público-privada y el tejido cooperativo en la evolución del sector agroalimentario en Málaga?
- Las tendencias en la cadena de valor van hacia esa dirección. La dimensión y el poder de mercado alcanzado por la gran distribución están impulsando un proceso similar aguas arriba de la cadena, fomentando la integración cooperativa a través de diversas estrategias. En la provincia tenemos uno de los mejores ejemplos de ello con DCOOP, que, hoy por hoy, supera con creces los límites del aceite de oliva, que es el sector en el que nació. Así que no solo hay una base, sino que sigue existiendo una necesidad vital y ambas palancas van a seguir impulsando estos procesos en los próximos años.
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