Óscar Palomo: «Tenemos que conseguir que las pasas que se consuman lleven el apellido Málaga»
El empresario de El Borge lamenta que la declaración como SIPAM no se haya notado aún en las explotaciones agrícolas de uvas
Óscar Palomo es el menor de los tres hijos de Francisco Palomo Velasco, el fundador de la empresa que lleva su nombre, dedicada a la ... comercialización de pasas de uva moscatel de Alejandría e higos, con sede en El Borge, muy próximo al cruce de la carretera que conecta a esta localidad con el otro gran municipio pasero por excelencia de la Axarquía, Almáchar. Óscar, de 44 años, está al frente del negocio junto a sus hermanos Jesús, dos años mayor que él, y Francisco, de 54.
–¿Cómo empezó la empresa?
–Mi padre trabajaba como camionero repartiendo las pasas por los almacenes. Pero hubo un momento, hace ya más de 40 años, que decidió montarse por su cuenta y empezar a vender sus propias pasas. Pasó de ser un intermediario a tener su propio almacén. Luego a los pocos años comenzó también con los higos, porque vio que era un producto muy complementario.
«La producción de pasas moscatel ha pasado de 300.000 kilos a 30.000 en apenas dos décadas»
–¿Qué productos comercializan?
–Trabajamos con las pasas moscatel de la Axarquía, que se venden en distintos formatos. La cosecha es muy concreta, se da entre septiembre y diciembre, y coincide bastante también con los higos, que los compramos ya secos, sobre todo de la zona de Extremadura, que es donde más producción hay, porque aquí en Málaga es muy pequeña. La producción de pasas ha descendido mucho en las últimas décadas, ha pasado de más de 300.000 kilos que hacía mi padre en los años ochenta y noventa, a los apenas 30.000 que elaboramos el pasado año. Además de las pasas, elaboramos pan de higo, barritas energéticas a base de higos, higos bañados en chocolate, turrón de higo y estamos preparando un turrón que va a mezclar los higos y las pasas, también con chocolate. En cuanto a los higos, hacemos unos 500.000 kilos al año. También elaboramos crema de higos y de pasas, que es como una mermelada, para untar.
–¿Cómo está el sector de la pasa?
–En un momento muy crítico y muy delicado, a pesar de que con la sequía las plantaciones de subtropicales se han frenado. Pero ahora con lo que ha llovido este año, la gente, si tiene algo de agua, pone mangos en lugar de las viñas. Tienen muchísimo trabajo y hay que labrarlas todo el año, en unas parcelas que tienen grandes pendientes. Además la producción de uva moscatel cada vez se ha destinado más a la elaboración de vinos, y eso ha hecho que la proporción de las cosechas que se destinan al secado al sol sea cada vez menor en los últimos años.
–¿Dónde comercializan sus productos?
–El 70% de nuestra producción de pasas moscatel e higos se venden en España, sobre todo en el norte del país, en provincias como Barcelona, País Vasco o Galicia. El 30% restante se va ala exportación, sobre todo a Francia, Alemania, Suiza y llevamos más de diez años con un cliente muy bueno en Japón.
–¿Qué ha aportado la declaración de la uva pasa moscatel de la Axarquía como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM)?
–Lamentablemente, por ahora, a pesar de que han pasado ya más de siete años desde que se consiguió la distinción por la Unesco, no se ha notado prácticamente en nada sobre el terreno. Todo va bastante lento, ni siquiera tenemos unos embalajes para poder incluir el distintivo en nuestros productos, destacando esta distinción tan importante. Por las reuniones a las que ha acudido he comprobado que este tema se está enfocando prácticamente todo al turismo, para aumentar las visitas a los pueblos, que la gente conozca los paisajes y la forma de cultivar las viñas. No me parece mal en absoluto, es una forma también de generar riqueza y empleo en los pueblos del interior, que son pequeños y están teniendo problemas de pérdida de población.
–¿Qué distingue a las pasas moscatel de la Axarquía?
–Sin duda, su calidad. Cuando hemos estado en ferias turísticas y de hostelería, el que viene y prueba una pasa moscatel se queda alucionando, porque tienen un gran sabor, no tiene en absoluto nada que ver con las que se venden en los supermercados. El que prueba una pasa moscatel de la Axarquía ya no quiere consumir otra. Y esto es lo que tenemos que conseguir, que las pasas que se consuman aquí lleven siempre el apellido moscatel y de Málaga, que para eso tienen también una Denominación de Origen, dentro de la de los Vinos de Málaga. La uva pasa moscatel es muy rica en carbohidratos, con cerca del 70%. También aporta potasio, calcio, hierro, magnesio, provitamina A (betacaroteno) , vitamina B3 y posee un elevado contenido en fibra. Tiene un elevado contenido en calcio, necesario para la formación del sistema óseo y en la prevención de la osteoporosis.
–¿Cree que tendrían que darse más ayudas a este sector?
–Por supuesto, toda ayuda es poca para este sector, se tendrían que dar más ayudas directas, pero también poner más facilidades a la hora de poner en marcha nuevas plantaciones de viñas moscatel de Alejandría. Pero sobre todo creo que necesitamos mucha más promoción y máketing de este producto en general. Falta que la gente lo conozca, porque el que la conoce ya no quiere probar otra pasa como las que venden en los supermercados.
–¿Cómo ve el relevo generacional en el sector de la uva pasa?
–Está muy complicado, porque la gente joven no quiere saber hoy en día nada del campo, y casi de ningún trabajo. La gente quiere trabajos más fáciles, que no sean tan duros, ten en cuenta que aquí hay fincas con pendientes de hasta el 50 y el 60%, en las que no entra ninguna máquina y la recolección de la cosecha de uvas hay que hacerla totalmente a mano, con la ayuda únicamente de mulos o burros. Si no hay un apoyo más fuerte por parte de las instituciones, la pasa moscatel va a quedarse en unos años como algo simbólico, que apenas va a tener representación en la economía local.
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