Grecia y sus acreedores alcanzan un acuerdo sobre reformas necesarias para el rescate

"Las negociaciones concluyeron", comentó Euclides Tsakalotos ante los periodistas respecto a una alianza cuyo debate se había reanudado el 29 de abril. Después de las conversaciones que se extendieron durante la noche, Tsakalotos dijo que se logró un "acuerdo técnico preliminar" antes de la reunión de ministros de la eurozona del 22 de mayo, paso necesario para aprobar el trato general.

Tsakalotos agregó que está "seguro" de que el acuerdo va a permitir a Grecia obtener medidas de alivio de la deuda, por parte de los acreedores. Para el ministro éstas son vitales para activar la recuperación de la alicaída economía del país.

El régimen de Atenas necesitaba llegar a un acuerdo lo antes posible para desbloquear un tramo de la ayuda que recibe, para poder hacer frente a los pagos de la deuda. En julio, Grecia afronta un vencimiento de la deuda de unos 7.500 millones de euros; y, presionada por sus acreedores, había aceptado en abril reducir las pensiones en 2019 y disminuir las reducciones de impuestos en 2020.

Tales medidas deben permitir ahorros por unos 3.600 millones de euros, condición para que el país continúe recibiendo ayuda financiera. Grecia obtuvo además la autorización de utilizar un monto equivalente para medidas contra la pobreza.

Una fuente gubernamental indicó el martes que las pensiones serían disminuida un 9% en promedio, según la agencia griega de noticias ANA. Estas medidas deben aún ser aprobadas por el Parlamento hacia mediados de mayo.

Sin embargo, el primer ministro Alexis Tsipras declaró que no procedería a esos recortes sin un compromiso claro sobre las medidas que permitirán reestructurar la deuda de Grecia.

Atenas espera igualmente la autorización para participar en el programa de compra de deuda del Banco Central Europeo para facilitar su regreso al mercado de la deuda.

Más de 10.000 personas manifestaron contra los recortes el lunes y una huelga general fue anunciada para el 17 de mayo. Grecia y sus acreedores concluyeron en julio de 2015 un acuerdo para un tercer rescate financiero por unos 86.000 millones de euros.

Pero el FMI, que se opone a los objetivos fiscales fijados por la zona euro para Grecia y que estima que la deuda pública griega no es sostenible, condiciona su participación financiera a este programa de rescate a un gesto en favor de Atenas. Alemania se opone.