Vamos con la selección
Otro parón. Volvió el equipo nacional. Y con prisas, porque tenía que ganar a Dinamarca para asegurarse el pase como primera de su grupo y ... ganó. Así que el partido de anoche en Tenerife sobraba ya, aunque Luis de la Fuente lo aprovechara para sus componendas con la plantilla. Dos triunfos más que unir a los ya celebrados y que sitúan al seleccionador como artífice principal de esta etapa tan exitosa del equipo nacional. Y hay que reconocerlo cuando su designación tuvo un rechazo casi general (el mío entre ellos) por su falta de experiencia en el fútbol de élite y, sobre todo, por los aires de sospecha que infundían su relación con el defenestrado presidente de la Federación Española Luis Rubiales. Así pues, la realidad ha venido a demostrar que esos temores eran infundados, o han quedado atrás y estamos en disposición de confiar en el seleccionador y en su equipo.
En el mundo del fútbol mandan las sorpresas o falta de lógica y dos resultados adversos bastarían para rebajar las expectativas hoy día en alza. De momento, se han acallado los clásicos debates que suelen rodear al equipo nacional como, por ejemplo, la intromisión de los clubes en favor de sus estrellas 'lesionables'. O si los jugadores anteponen o no sus respectivos equipos a la selección... El hecho de que esos jugadores (Carvajal y Lamine Yamal) estuvieran lesionados de verdad ha evitado un conflicto que últimamente ha estado presionando al seleccionador; tampoco se cuestiona aquella vieja norma de componer el equipo a base de Madrid y Barcelona o si es mejor la diversidad de jugadores que aportan los diversos equipos más en forma. Son debates que ahora pasan de largo porque por la brillantez, en juego y resueltos de esta España que ahora ilusiona. Y que hasta el Mundial de Estados Unidos dispondrá de tiempo, sin dejar de ganar, para componer un conjunto capaz de todo. Sin olvidar que de momento hay una Liga de Naciones a la espera con España dispuesta a revalidar su título. Uno más.
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