Hazaña de Davidovich en París

Jorge Aguirre miraba para abajo como el entrenador que se da la vuelta en un penalti de su equipo. Y es que Davidovich malogró cuatro 'match balls' con el saque antes de cerrar el choque. La primera tuvo que bajar la jueza a dictaminar que tocó línea de fondo, y en la tercera y la cuarta dominaba el punto con claridad y falló el golpe ganador desde media pista... Entre medias, algún punto de 'break' para dar más suspense al mejor encuentro que se lleva visto este año en Roland Garros, el único que ha enganchado realmente el público, que llenó la pista 14, donde reservó la organización un partido que merecia más atención que un Fognini-Del Bonis, por porner un ejemplo.

En toda la semana de competición en París no se había visto un primer set tan maratoniano tanto en el cuadro masculino como el femenino. Ochenta minutos. Puntos de 'break' de Davidovich en todos los juegos al saque de Ruud, aunque en realidad hubo opciones de ruptura en diez de los doce disputados. Los porcentajes bajos de primeros servicios dentro marcaron a ambos tenistas, especialistas en el juego de fondo, con muy buenas derechas, en especial la del noruego, y con buenas piernas para desplazarse, aunque siempre trataron de ser agresivos y de meterse más dentro de la pista.

Después de pelear cada bola como si les fuera la vida, sin un ápice de relajación, con una tensión evidente, el 'tie break' fue casi un visto y no visto. Se puso con 6-1 en un santiamén y confirmó su buen balance este año en los desempates (9-2 al final, frente al 5-4 del noruego), ante el regocijo de la afición, más entregada con el malagueño. Sin embargo, todo el esfuerzo derramado en la titánica primera manga se dilapidó en unos minutos en el arranque de la segunda. Ruud no sufría con su servicio, algo inédito en el partido, y Davidovich, algo errático y sufriendo la factura del desgaste anterior, se vio muy rápidamente con un 5-1 y, además, con un susto en el tobillo izquierdo tras un mal apoyo cerca de la valla de fondo, que se quedó en nada tras reclamar atención médica. Y en 40 minutos, la mitad que el primero, el tenista de Oslo igualó la cita.

El tercer set supuso el resurgir de Davidovich, que empezó a encadenar puntos y se situó con 3-0, ventaja que se le fue de inmediato con una clara reacción de Ruud. Empezaba a parecerse todo a lo sucedido en la primera manga, porque el juego se alargaba y el malagueño, que tuvo buenas opciones para adjudicarse la manga restando con 5-4 y 6-5, con algunos errores tácticos, volvió a jugársela en la 'muerte súbita', y pese a tener que levantar un punto de set al resto fue capaz de llevársela también (8-6) después de media hora de parón por lluvia, para sumar más suspense.

Pero como sucedió en la segunda manga, en la cuarta bajó su tensión y fue un paseo militar para Ruud, que en pocos minutos ya campaba con 4-0. Era cuestión de economizar esfuerzos y guardarse para el set definitivo, que en Roland Garros no ofrece 'tie break', pero Davidovich no pudo ni ganar el último juego al saque, para tratar así de arrancar al servicio en ese periodo crucial, cuestión de mucho peso emocional para decantar el partido.

La inercia parecía ya ganadora para Ruud, pero lejos de eso se llego a un final con máxima emotividad. No se vieron bolas de 'break' hasta el undécimo juego, y a la cuarta Davidovich rompió y se dispuso para sacar y cerrar la agonía, en diez minutos de juego que bien merecen un cortometraje por la tensión de cada punto. Ahora el malagueño espera a Federico Del Bonis (51º), vencedor en tres sets de Fognini, y al que nunca se ha medido. En ningún caso, puede ser un choque más difícil que el de este viernes, pero ya con el desgaste de nueve horas en pista en dos partidos recientes. Además, los Juegos Olímpicos quedan a tiro de una victoria ya y el malagueño se asegura estar en el 'top 40' dentro de dos semanas.