Davidovich sale ileso de un final agónico ante Van de Zandschulp

Aunque se trataba de un rival accesible para ser una segunda ronda en París, su rival llegaba en el mejor momento de juego y confianza de su carrera, tras superar la triple criba de la fase previa y al polaco Hurkacz (20º) en primera ronda tras ir dos sets abajo. A punto estuvo de consumar otra remontada similar. Crecido en su tenis, le planteó serios problemas a Davidovich en el primer set, que llegó a tener casi perdido, con 1-4 y 40-15 a su favor al resto.

El rinconero estaba cometiendo demasiadas imprecisiones, y Van de Zandschulp estaba muy firme al servicio, haciendo uso de sus gran palanca para la derecha y con un buen juego de piernas pese a su corpulencia. Cuando peor pintaba todo, Davidovich supo serenarse, concentrarse en su servicio y sacar fuerzas de flaqueza para anotarse cinco juego consecutivos y llevarse la primera manga con unos números que no son tan habituales en él, logrando en torno a la mitad de 'winners' y de errores no forzados que su rival, tónica que se mantuvo todo el choque.

Lo que no sabía entonces Davidovich es cuán importante iba a ser salir airoso del primer set, visto lo que sucedió después. Sus altibajos continuaron, y el segundo set también comenzó por debajo (0-2) y necesitado de remontada, pero igualó pronto el marcador, volvió a romper en el séptimo juego y necesitó hasta seis 'set balls' para ponerse con dos sets a favor. Desde el 0-40 y 5-3 a su favor pasaron muchos minutos hasta que consiguiera cerrar una manga decisiva.

En el tercer set, en cambio, Davidovich llevó la iniciativa y parecía que el choque iba a durar poco más cuando hizo un 'break' en el primer juego, pero en el sexto se volvió a la igualdad y comenzó un calvario para cerrar el partido, con muchos errores en las dejadas y dilapidando claras ventajas en los juegos al resto. De esta forma se llegó a un 5-6 y dificultades al saque en el juego para forzar el 'tie break'. Pese al 30-15 acabó cediendo el set y condenándose a alargar el choque.

Se alargaba el partido y se perdió sin saber cómo el tercer set. Comenzó la pesadilla. Davidovich, enrojecido del esfuerzo en una de las jornadas con más sol en París, estaba fuera de sí, como en sus peores tardes. Por eso el cuarto set se ventilo rápido, tras arrancarlo con 0-3. Llegó a la manga decisiva el malagueño en claro declive, pero fue fundamental para sacar adelante el choque romper en el primer juego y llevar la iniciativa siempre, máxime cuando sólo en Roland Garros no hay 'tie break' y se precisa ganar por dos juegos de diferencia.

Volvió el Davidovich superior a su rival, aunque desperdició opciones de amarrar de forma más clara la victoria y tuvo que esperar al décimo juego, y tras una doble falta en su primer 'match ball'. Casi sin fuerza ya para levantar el puño y celebrar los puntos, resolvió la cita con dos 'winners' muy ajustados a las líneas. En un todo o nada ante el paciente neerlandés que tenía al otro lado de la pista.

Ya en dieciseisavos de final, en una muy mala jornada para los españoles y a dos victorias de sellar su clasificación para los Juegos Olímpicos, la mala noticia es la dificultad del cruce que tendrá este viernes, el noruego Casper Ruud (16º), uno de los mejores especialistas en tierra del circuito, que viene de hacer cuartos de final en Marbella, semifinales en Montecarlo, Munich y Madrid y conseguir el título en Ginebra, con lo que lleva seis victorias seguidas, tras dehacese en Roland Garros de Majchkrzak y Paire.

Davidovich y Ruud sólo se han cruzado en las Next Gen ATP Finals de Milan en 2019, en una victoria a cinco sets del noruego (en pista rápida 'indoor'), pero con reglas atípics (sets al mejor de cuatro juegos) y sin puntos ATP en juego. Casper es hijo del extenista Christian Ruud, que dirige también su carrera.