El mejor Davidovich en hierba

Salvo esto último, lo más determinante, en todo lo demás va progresando el malagueño, que este miércoles alcanzó su techo sobre pasto, con unos cuartos de final en el ATP 500 de Queen's (Londres). Lo hizo con un gran tenis, con una excelente construcción de los puntos ante un rival que partía como favorito, Álex de Miñaur (24º), pero que le dio ritmo en el juego al no ser uno de los numerosos temibles sacadores que pueblan el ATP Tour y que resultan temibles en este tipo de torneos.

Acostumbrado este 2022 a dejar ir muchos partidos igualados, la gran mayoría, tuvo mucho mérito la fe que le puso para remontar un set en contra y cómo acabó el partido quebrando el saque del australiano para anotarse la victoria tras dos horas y catorce minutos (4-6, 6-4 y 7-5). De paso puso un 3-1 en el cara a cara ante el 'aussie' (pero muy vinculado a España, pues se crió en Alicante durante muchos años), que no se le da nada mal (sólo le superó en Milan en las Next Gen ATP Series) con el que tiene muchos puntos en común: dos 'alex', que son rapidísimos en la pista y a los que separa sólo un puñado de meses en cuanto a edad.

Pero De Miñaur, que no brilla en tierra, le van superficies rápidas y llegaba tras eliminar en dos mangas al gigante Opelka. Era claro favorito, y más tras llevarse la primera manga. Hubo tres 'breaks' consecutivos, el último, en un error de cálculo de Davidovich, que voleó en la red una bola que se marchaba claramente a la calle de dobles.

De un pobre 57% de puntos ganados con el primer servicio, Davidovich se afianzó en la segunda manga para subir a un 69%. Hubo un momento clave que supo sacar adelante, con 4-6, 3-3 y 15-40, y hasta levantó otro punto de quiebre. Y más tarde sacó partida de la única ocasión para romper en todo el segundo set para forzar en el décimo juego la tercera manga.

A medida que avanzaba el choque, que tuvo puntos espectaculares, de esos que circulan por 'webs' y redes sociales, Davidovich levantó otro punto de 'break' en un momento delicadísimo, con 4-4, y aprovechó en el duodécimo juego su primer 'match ball'. Fue después de otro punto increíble que dejó sin gorra a De Miñaur. Para entonces ya se intuía que esa iba a ser el rumbo final del duelo, porque el australiano, por más agresivo que se mostraba al resto y sin cometer errores no forzados (nueve en todo el duelo) no le sacaba rédito.

«Jugar en hierba es diferente. Me centré en jugar cada punto, porque Álex (de Miñaur) es muy rápido, y se desenvuelve bien en esta superficie. Tuve mis oportunidades, así que muy feliz por la victoria», declaró en inglés a pie de pista después, y reconoció que «antes del partido, hablé con mi entrenador y me dijo que disfrutara, que iba a ser un gran encuentro, y que iba a tener mis opciones».

Y aunque le recordaron que ya ganó Wimbledon (como júnior) y que si se veía con opciones de ganar el torneo de Queen's, sostuvo cauto que «cuando vas ganando partidos vas ganando confianza», a la espera de un cruce ante Botic Van de Zandschulp (29º), que se impuso en dos sets a Grigor Dimitrov (22º) en dos mangas. En el único precedente, el neerlandés perdió en cinco mangas en Roland Garros, pero en tierra.