Carlos Alcaraz: «Mi sueño siempre ha sido ser número uno del mundo»

-¿Cuándo y por qué comenzó a jugar al tenis?

-A los cuatro años, porque mi padre llevaba toda la vida jugando al tenis, y cuando empecé a darle a la bola él era director de la escuela de un tenis de un club cercano a casa. Así fue como comencé.

-Sólo hay dos jugadores sub-20 por encima de usted (los italianos Musetti y Sinner) en el circuito. ¿Qué le dice ese dato?

-No conocía este dato. Al final se refleja que estoy haciendo las cosas bien, que junto a mi equipo estoy trabajando muy bien. Esperemos que no siga siendo el tercero y llegue al primero.

-No le vamos a preguntar por las eternas comparaciones con Rafa Nadal, pero lo que es una realidad es que ningún tenista español había conseguido con su edad actual logros tan destacados después de él...

-Es lo que he dicho antes. Estoy trabajando muy bien, muy duro, y se refleja en los resultados. No he pensado ni he mirado esas estadística. Es un gran halago para mí.

-Supongo que debe de ser un lujo entrenarse ante un exnúmero uno mundial. Pero, ¿se pasa de exigente a veces Juan Carlos Ferrero?

-Juan Carlos es exigente y por eso llegó a ser número uno del mundo, porque tiene las cosas muy claras y siempre va al grano. Soy muy joven todavía y ahora Juan Carlos está haciendo una labor de entrenador y de padre, entre comillas. Me está ayudando a crecer como jugador y persona.

-¿En qué le insiste más como margen de mejora?

-Tengo que mejorar un poco de todo, pero sobre todo la mentalidad y poder aguantarme todo un partido.

-¿Admite que le va más jugar sobre tierra o su juego actual le hace ser competitivo ya en todas las superficies?

--Yo soy un jugador que me adapto muy bien a todas las superficies. Competí en hierba el año pasado de júnior y me encantó.

-De los partidos que ha jugado este año ¿hay uno con el que se quede por el nivel de juego?

-Me quedaría con el partido ante Albert Ramos en Río de Janeiro. Fue un partido muy bueno y por primera vez en un ATP 500 manejé bien la situación y los nervios, y fue un choque increíble a nivel tenístico.

-¿Cuántas personas forman su equipo de trabajo?

-Me entreno en la Academia JC Ecquelite, en la que tengo 'fisio', preparador físico, y hay un equipo muy bueno. También tengo al de Murcia, que ha estado conmigo toda la vida, con preparador físico y otro 'fisio' (Además, su agente es Albert Molina, hermano de Enric, árbitro internacional de tenis).

-¿Cuál ha sido el mejor rival al que se ha enfrentado hasta ahora?

-Diría que, por 'ranking', Albert Ramos, y por nivel creo que también, aunque he jugado contra muchos y pierdes la cuenta.

-Ha jugado esta semana en el Club de Tenis Puente Romano de Marbella. ¿Son instalaciones de lujo para un Challenger?

-Sí. Es increíble. Tiene muchas pistas y creo que está muy bien cuidado. Es una instalación para un torneo de más categoría, un ATP incluso.

-Y ha habido una participación de lujo en el cuadro, ¿no?

-Sí, un nivel muy grande. Creo que con cuatro tenistas 'top cien'. Es muy difícil conseguir que vengan los 'top 100', así que imagínese cuatro. Estoy muy contento de poder jugar contra estos jugadores.

-Marbella ha sido la última etapa de su temporada. ¿Qué objetivos tiene para la próxima y más a largo plazo?

-Sí, tras Marbella ya tengo vacaciones. Quiero entrar ya en cuadros finales de Grand Slam, y mi sueño siempre ha sido ser numero uno del mundo. Lo digo muy claro, lo tengo muy claro.

-¿Cuándo cree que Nadal, Federer o Djokovic dejarán a otros tenistas ganar torneos de Grand Slam?¿Cuanto tiempo de 'dictadura' calcula que les quedará?

-No tengo ni idea. Si con la edad que tienen siguen ganando será por algo. Será hasta que se retiren.

-Imagino que son muchas renuncias para un chico de 17 años y unos meses, que se prepara con tanta profesionalidad...

-En mi pueblo tengo mi grupo de amigos, mi familia... No es fácil de llevar este ritmo, los veo una vez cada mes o cada dos meses, pero tengo muy claro lo que quiero ser y al final hay que echarle horas. Si hay que hacer excepciones, es algo que se hace hasta con gusto.