Márquez cierra con otra victoria un año casi perfecto

Un mensaje de difícil calado si se miran los números: siete temporadas en la clase reina y seis títulos, en un periodo en el que ha sumado 56 victorias en 127 carreras, con un total de 95 podios. Una auténtica barbaridad que tiene su máximo exponente en, precisamente, lo hecho en 2019, un curso en el que se ha proclamado campeón con cuatro pruebas de margen, que ha terminado con 420 puntos, 151 más que el segundo, Andrea Dovizioso, con doce victorias y otros seis segundos puestos en 19 carreras, en el que ha ganado él solo para Honda el título de constructores (le ha dado a la marca nipona el 98,5% de los puntos sumados a final de año) y para su escudería patrocinada por Repsol el galardón de mejor equipo (el 91,7% de los puntos son suyos), algo que les ha permitido sellar en el Ricardo Tormo la conocida como 'triple corona'.

Un año casi perfecto que tendrá su guinda con la llegada de su hermano Álex al otro lado del box, para cumplir el sueño del campeón de Cervera.

«No me gusta decir la palabra 'imposible', pero será muy difícil volver a tener la constancia que hemos demostrado en todas las circunstancias y en todos los circuitos. Es la diferencia que ha habido. A nivel de velocidad creo que ha habido pilotos más rápidos en algún momento, como Quartararo, Rins, Maverick o Dovizioso en algunas carreras, pero la constancia que hemos tenido nosotros es lo que nos ha hecho marcar la diferencia. Será muy difícil de igualar, pero intentaremos hacerlo o acercarnos», comentó.

Un resumen a lo vivido en 2019, como también se vio en la prueba valenciana. Márquez esta vez no salió bien, y se vio superado por pilotos como Jack Miller, el autor de la pole, Fabio Quartararo, Álex Rins, Andrea Dovizioso o Maverick Viñales. Aunque fueron justo los tres que disponen de material oficial, Dovizioso, Rins y Viñales, muy desdibujado este domingo, los que menos oposición pusieron esta vez, confirmando eso de la constancia que tanto ha valorado Márquez este año, que ha ido variando de rivales a lo largo de la temporada mientras él se mantenía imperturbable en la cabeza de todas las carreras.

«Había escogido el neumático medio delantero, pero era muy blando, y yendo detrás corría el riesgo de que se me calentara más de la cuenta», explicaba sobre el desarrollo de la prueba, en la que intentó superar lo más rápidamente posible a Quartararo, que tras rebasar a Miller volvió a ser el que más ímpetu le puso a la cosa. «Hoy la estrategia era estar delante, aunque no fuese tan rápido como otras veces que he liderado. Me ha sorprendido a mí mismo incluso la distancia que he tenido y, cuando he visto que Fabio estaba a 0,6 me he puesto a tirar. No quería esperar por ese riesgo», apuntó Márquez. Un riesgo controlado y un ritmo que le permitió abrir un hueco razonable para aguantar al francés, que mostró una mejor versión en carrera de lo que había enseñado en entrenamientos, pole al margen.

«La victoria, si seguimos trabajando así, llegará. Estamos trabajando para hacer este tipo de resultados. La temporada ha sido más que buena», resumía Quartararo, que ha acallado fin de semana tras fin de semana la opinión mayoritaria que veía como una locura el subir a MotoGP a un piloto con poca experiencia y poco palmarés, y que ha terminado apuntándose a la lista de potenciales rivales de Márquez. «Mucha gente decía que no me merecía un sitio en MotoGP y he luchado todo el año para demostrar que la oferta que tuvimos era merecida», concluía, después de terminar segundo por delante de Miller. Los dos pilotos de escuderías satélites que sacaron los colores a los oficiales (Dovizioso fue cuarto y Petrucci se fue al suelo por el lado de Ducati, Viñales fue sexto y Rossi octavo por lo que respecta a Yamaha) en Cheste.

«El año que viene lo tengo como uno de los favoritos para el título, uno de los candidatos que me lo pondrá más difícil, porque tendrá una moto de fábrica. A la Yamaha de este año ya le ha sacado partido y a la del próximo aún más», apuntaba tras la carrera el ganador en referencia al francés, que tendrá la difícil papeleta de hacer que deje de parecer fácil lo que Márquez hace en cada fin de semana, un piloto que agranda su leyenda a pasos agigantados y que en 2019 ha puesto una marcha más y ha dejado sumidos en la preocupación de cara a un 2020 que comenzará el martes en el mismo escenario en el que ha terminado esta edición del Mundial de Motociclismo.