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Quartararo celebrando la victoria reuters
Quartararo alarga el dominio de Yamaha
GP de Portugal

Quartararo alarga el dominio de Yamaha

Segunda victoria y liderato del francés, con Mir tercero y un emocionado Marc Márquez capaz de acabar séptimo tras nueve meses dramáticos

BORJA GONZÁLEZ.

Portimao

Domingo, 18 de abril 2021, 12:12

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Fabio Quartararo sumó este domingo en Portugal su segunda victoria consecutiva en MotoGP y el tercer triunfo en tres grandes premios para Yamaha. En una accidentada carrera, el francés se impuso a Pecco Bagnaia y a Joan Mir, que logró su primer podio de 2021. Notable séptima plaza para el reaparecido Marc Márquez, que lloró de emoción tras consumarse un regreso en el que, tras nueve meses dramáticos, llegó a estar con los más fuertes.

La carrera de MotoGP del Algarve terminó convirtiéndose en un espaldarazo para Quartararo, un piloto que fue capaz de ganar las dos primeras carreras de 2020, pero que luego entró en una montaña rusa de resultados que hizo que de máximo favorito al título se diluyese hasta terminar octavo de la general. Eso cuando ya tenía garantizado su paso a la estructura oficial, un examen en el que, de momento, está sacando buena nota.

Pudo pelear en el grupo delantero en la primera prueba de Catar, terminando quinto, se llevó con solvencia la segunda disputada en el mismo escenario y este domingo lo hizo casi todo bien. No salir, porque eso parece ya un problema irresoluble, aunque sí estabilizarse tras los golpes de las primeras vueltas y luego imponer el ritmo que había mostrado en entrenamientos, si no superior por lo menos suficiente para pelear por ganar. Todo ello con su compañero de equipo, Maverick Viñales, otro de los que había mostrado un gran paso, hundido en el último puesto de la carrera debido a una elección de neumáticos de última hora con la que la pifió.

«He tenido un ritmo que no me esperaba y he apretado al máximo ya que sabía que el consumo de los neumáticos aquí sería bueno. Creo que nunca había empujado así de fuerte y así de al límite, y con la presión de Rins por detrás era muy difícil. Ha merecido la pena forzar así porque ha sido una carrera increíble», apuntaba el vencedor. Porque Alex Rins, segundo de la parrilla, exigió el máximo al galo en un duelo a dos inesperado porque no se había visto con esa potencia al español de Suzuki durante el fin de semana. Una pelea de vueltas rápidas que terminó cuando Rins se fue al suelo a siete giros para la conclusión. En ese momento, la pareja de cabeza llevaba ya más de tres segundos a sus perseguidores, lo que permitió a Quartararo afrontar el final con un colchón de seguridad muy cómodo.

Por detrás, la pelea por el resto del podio implicaba a tres pilotos, Johann Zarco, Pecco Bagnaia, penalizado por salir desde el puesto once, y al campeón Joan Mir. Zarco erró, y se fue al suelo; y Bagnaia pudo contener a Mir, que a su vez se encontró con la preocupación de no permitir que Franco Morbidelli le adelantase.

«He gestionado bien la carrera aunque la moto no estaba al ciento por ciento, pero creo que lo hemos hecho bien, a mitad de carrera tenía problemas delante pero he sobrevivido hasta el final», reconocía el mallorquín de Suzuki, que firmó así su primer podio desde que defiende el número uno. «Quise intentar adelantar a Pecco pero lo hizo muy bien y no tuve ninguna oportunidad», reconocía tras terminar una carrera en la que el segundo oficial de Ducati, Jack Miller, volvió a terminar por los suelos, y en la que Viñales, que llegaba como tercero de la general, solo pudo llegar hasta el undécimo puesto.

Lagrimas de campeón

Fue un domingo en el que solo 16 pilotos cruzaron la meta. Entre ellos, un emocionado Marc. Márquez hizo de Márquez en los primeros compases, llegó a colocarse tercero, pero no pudo aguantar el pulso con Mir, que había salido como un tiro y había logrado pegarse a su rueda. A partir de ahí, el de Cervera se dedicó a combatir a su condición física, un duelo que ganó y que le dejó como premio un reseñable séptimo puesto final, una posición por detrás de la Aprilia de un meritorio Aleix Espargaró.

«Tenía el temor de no acabar la carrera, pero no entraba en mi cabeza», reconocía Márquez. «El punto clave ha sido aceptar las primeras vueltas, que me pasaran, que entre comillas abusaran, porque no era mi sitio y no estaba jugando ahora a mi nivel. He cogido mi ritmo, y aunque ha habido un momento en el que me he venido arriba, haciendo vueltas buenas y cogiendo a los de delante, ha venido el hombre del mazo y me ha dicho que hasta ahí, y que acabara la carrera, porque no había control. Es un punto importante aceptar que no se puede y que ya llegará el momento», añadía, muy emocionado.

Recibido en su box entre aplausos y no pudo contener las lágrimas al quitarse el casco. Ha dado valor a lo intangible en este fin de semana de su regreso. «Mentalmente me he liberado y cada vez que lo pienso se me entrecorta la voz y se me saltan las lágrimas porque ha sido muy duro. Vuelvo a sentirme piloto nueve meses después y espero que sea el inicio de la vuelta a mi normalidad».

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