Pese a su excelso palmarés, a menudo ha tenido que escuchar críticas acerca de sus aptitudes sobre la moto o voces que decían que estaba en el Mundial por ser hermano de Marc. Y aunque este año sería el indicado para contestar a todos esos 'haters', el siempre educado Álex no tiene intención de perder ni un solo segundo en pasar facturas. «No tengo nada que decir. Al final la mejor manera de hablar es la pista y creo que es lo que estoy haciendo. En eso estoy muy tranquilo conmigo mismo», comentaba el pasado domingo en rueda de prensa, todavía en una nube tras su recital en Jerez.
Álex Márquez siempre ha tenido que convivir con las comparaciones, algunas veces hasta dañinas, que no le han afectado lo más mínimo. Ha llevado con enorme orgullo ser el hermano de uno de los mejores (sino el mejor) pilotos de la historia. Una situación que siempre ha llevado peor Marc, en su papel de hermano mayor protector. Frente a la explosividad de Marc, capaz de subir de categoría o cambiar de moto y de condiciones y estar siempre en la pelea, Álex siempre se ha considerado un diésel, que ha necesitado su periodo de adaptación cada vez que ha afrontado un nuevo reto. Trabajador y disciplinado, siempre ha demostrado su talento y ha sido capaz de sacar adelante sus objetivos.
Uno de los que tenía marcado en rojo este año era ganar su primera carrera de MotoGP y ya lo ha conseguido. Aunque se le puede quedar corta esa meta teniendo en cuenta que está en una batalla mucho mayor, la del campeonato de MotoGP, de la que ya hablaba sin rodeos el flamante líder de MotoGP. «Un título es una felicidad enorme porque es la de un año entero y una victoria la de un día. No hace que el objetivo del año se haya cumplido. Es un granito de arena más para el objetivo que quieres cumplir al final de temporada. Estoy súper contento, pero el hambre del piloto es mejorar y la cabeza empieza a pensar en qué hay que mejorar mañana. Tenemos un campeonato por delante y solo llevamos cinco carreras. Podríamos conformarnos y bajar un puntito el nivel, pero lo suyo es seguir apretando. Vivo consciente de nuestras opciones y no hay que cambiar la mentalidad porque haya llegado una victoria sino seguir sacando el máximo posible siempre», resumió Álex.
Quartararo muestra el camino
Junto con Álex Márquez, el gran protagonista del Gran Premio de España fue Fabio Quartararo, ganador de la votación popular del 'Piloto del día' que el campeonato estrenó en la pasada cita de Jerez. El francés ya le había robado la pole el sábado a Marc Márquez y en el sprint le plantó cara al tirano de la especialidad durante las dos primeras vueltas, hasta que se fue al suelo. Pero quedaba el más difícil todavía, mantener el nivel durante las 25 vueltas de la carrera del domingo, con una Yamaha en franca inferioridad frente al batallón de las Ducati. Y lo hizo.
Quartararo mantuvo la primera posición las diez primeras vueltas y cuando Álex Márquez le pasó, lejos de venirse abajo, mantuvo a raya a Pecco Bagnaia durante las quince vueltas restantes. «Llevaba muchos años sin liderar una carrera y la sensación de tener todo despejado delante de ti es increíble. Creo que a nivel mental ha sido un gran paso adelante para mí. Saber que somos rápidos y que estamos en disposición de plantar cara a las Ducati», analizó. Fue una lucha desigual en lo mecánico, pero que compensó el campeón del mundo de 2021 con un inmenso pilotaje y talento innato. Con su segunda posición, no solo restó cuatro valiosos puntos al italiano, sino que consiguió el primer podio de una moto no Ducati en lo que llevamos de temporada y, de alguna manera, marca el camino para que las otras marcas, Honda, KTM y Aprilia, también puedan competir.
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