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El coche de Valtteri Bottas tras el accidente en la segunda sesión de entrenamientos libres. Afp
Un accidentado viernes pone en jaque a los Mercedes
GP de Austria

Un accidentado viernes pone en jaque a los Mercedes

El viento, el calor y los difíciles pianos del Red Bull Ring propician una de las sesiones más caóticas de los últimos tiempos en la Fórmula 1 | Sainz cambia motor

david sánchez de castro

Madrid

Viernes, 28 de junio 2019, 18:47

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Ya ocurrió en 2018: el corto Red Bull Ring de Austria (la vuelta rápida gira en torno al minuto escaso) dejó varios alerones rotos, muchas quejas de los pilotos y una carrera francamente entretenida. En este 2019, sólo con la sesión del viernes, ya se ha ganado una buena dosis de emoción que no tuvo todo el fin de semana de Francia hace unos días.

La jornada de libres del noveno Gran Premio de la temporada fue, con mucho, el que más trabajo dio a los mecánicos, especialmente en Mercedes. Ya en los primeros libres tuvieron que desmontar por completo un motor en el coche de Valtteri Bottas por una inoportuna fuga hidráulica. No fue el arranque deseado, ni mucho menos, pero nada que no fuera salvable con tiempo. Mejor en los primeros libres que en los segundos, y mejor el viernes que el sábado o sobre todo el domingo, se esperanzaban al principio del día.

El problema serio llegó en los segundos libres. Mediada la sesión, un golpe de viento en la curva 6 le lanzó contra las protecciones con violencia. Según estimaron las mediciones de la FIA, Bottas sufrió un impacto con 25 G de fuerza, lo que le hizo tener que visitar el centro médico por protocolo. El susto se quedó en eso, pero no era el primero del fin de semana.

Y es que este accidente llegó instantes después de que Max Verstappen probase el muro, sin tanta violencia y de espaldas. El neerlandés perdió el control de su Red Bull unas cuantas curvas antes que Bottas, lo que propició que se fuera sin control contra el muro. Y además de él probaron las escapatorias Vettel (rozó el muro en un trompo), Hamilton también probó la parte externa, Gasly… y hasta Carlos Sainz, que tuvo una salida de pista prácticamente idéntica a la de Bottas, pero a mucha menos velocidad, lo que le evitó el accidente.

El problema del viento es serio, pero no es el único. Desde Pirelli confirman que esperan más de 55ºC (la ola de calor no es exclusiva de España), lo que va a derivar en serios problemas para los neumáticos. La aparición de 'blistering' (ampollas por exceso de calor) en las ruedas, hará que muchos tengan que vigilar seriamente cómo se comportan las ruedas, tanto en tandas cortas como las de clasificación como las largas.

Viento, temperaturas altas… y los pianos. Ya pasó en 2018 y ya ha pasado en un día de competición el viernes. La organización del GP de Austria ha vuelto a colocar las polémicas bandas amarillas transversales en los laterales de los pianos, lo que solventa en parte el exceso de salidas de pista de los pilotos. Si estos saben que si pisan esa zona pueden verse fuera de carrera, se frenan. El problema es que, cuando no pueden evitar salirse, esas 'bananas' generan una vibración letal para la integridad de los monoplazas. En los libres ya se vieron varias piezas volando por esta causa, como medio alerón de Nico Hülkenberg.

Sainz, penalizado

Carlos Sainz acabó con el 5º tiempo de la jornada, pero el domingo no estará ahí, ni mucho menos. Saldrá último, debido a un sacrificio que ha decidido hacer McLaren para esta carrera. Los problemas hidráulicos que dejaron a Lando Norris en una pobre 9ª posición (podía haber logrado algo mucho mejor) ya asomaron en el coche de Sainz en Francia, por lo que el equipo ha decidido que lo mejor era cambiar la unidad de potencia completa para este Gran Premio y sacrificar el resultado en pos de la fiabilidad.

La consecuencia es que Sainz tendrá que remontar. Pese a las buenas sensaciones que da este motor nuevo, al menos en prestaciones, consiga lo que consiga este sábado arrancará el domingo último. Eso implica que tendrá que remontar, algo factible en Austria. Ya quedó demostrado en 2018, cuando un tal Fernando Alonso salió desde el fondo de la parrilla y acabó 8º.

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