Norris arrasa como nunca en Singapur

En una carrera anodina y sin apenas acción, Carlos Sainz finalizó en una gran séptima plaza con una estrategia muy arriesgada en la que Ferrari forzó al madrileño a ir casi 50 vueltas con las mismas ruedas. Tras él entró en meta Fernando Alonso, que resistió detrás del 'tren' que provocó Niko Hülkenberg durante buena parte de la carrera y pudo finalizar en una óptima octava posición final.

Desde el primer momento se vio que nadie quería perder en los primeros metros lo que podían ganar en la larga carrera. Norris, cuyas cinco poles previas había perdido antes de cruzar la meta para la segunda vuelta, demostró este domingo que quería salir triunfador sin especular. Y eso que Verstappen le atacó desde lejos. A favor de Norris jugó la arriesgada apuesta de Lewis Hamilton para el primer relevo. El heptacampeón del mundo salió con neumáticos blandos en un intento de sorprender, lo que obligó a Verstappen a mirar por el retrovisor por si acaso. La pelea por el podio, de hecho, quedó en manos de los hombres de Mercedes, ya que George Russell pasó al ataque con Hamilton intentando sujetarle.

Un circuito urbano con unos neumáticos demasiado duros solo podía dejar una carrera con adelantamientos muy contados y esporádicos. Tanto fue así que hasta las llegadas de las paradas en boxes no hubo grandes cambios posición. Uno de los primeros fue Carlos Sainz, que en los primeros metros había perdido dos posiciones y tuvo que protegerse de Alex Albon, quien, a la postre, abandonó por un problema de sobrecalentamiento en su Williams.

La estrategia de Sainz fue una de las más arriesgadas, dado que muchos otros decidieron esperar a hacer su parada lo más tarde posible. Se dividió así en dos la parrilla. Entre los que fueron a una única parada y los que intentaron ir a dos en busca de hacer la segunda en el momento de un posible coche de seguridad, dados los precedentes. Había hecho su aparición en las 14 citas previas en el circuito de Marina Bay.

Algunos se vieron forzados a una de las dos estrategias por el tráfico en pista, como le ocurrió a Fernando Alonso, que atrapado detrás de Hülkenberg tuvo que cambiar el guion previsto para intentar pasarle en boxes. Al asturiano le salió bien la jugada, ya que en cuanto hicieron sus paradas, Alonso le sacó enseguida diez segundos y empezó a pensar en posiciones más cercanas al 'top 10'.

Entre los que decidieron ir a una parada estuvo Carlos Sainz, que a base de un ritmo letal arregló lo que le provocó su accidente del sábado. Así, el piloto madrileño enseguida se vio en una gran sexta plaza cuando todos habían hecho sus paradas, lo que le permitió pensar en algo más ante ese eventual coche de seguridad que se negó a aparecer.

Para infernal, el ritmo de Norris. Ni con boxes, ni con sustos -rozó el muro no una, sino dos veces-, ni con su compañero peleando por el podio, el británico de McLaren no tuvo ningún problema para lograr una victoria incontestable. El casi medio segundo que le sacó a Verstappen habla mucho y bien de la situación que se atraviesa ahora en la Fórmula 1.

Y es que en las últimas vueltas de esta anodina carrera, que pasará a la historia de Singapur por ser la primera sin coches de seguridad, el británico tuvo solo un trabajo: aguantar. En una cita que es físicamente muy dura para los pilotos -sólo había que ver cómo sudaban los corredores después de entrar en meta-, Norris se la jugó de más. Incluso por momentos parecía que iba a dejarse la victoria en el muro, pero no fue por arriesgarse de más, sino por exceso de relajación, como confesó el mismo piloto británico, que sale de Singapur con 'solo' 52 puntos de desventaja. Verstappen puede dar por bueno el resultado, ya que a falta de seis carreras -entre las cuales hay varios sprint- aún puede llevarse el título.

En cuanto a los españoles, buenos fueron el séptimo de Sainz y, sobre todo, el octavo de Alonso, que le dio otros tres puntos a Aston Martin donde no esperaban. Ahora tocan tres semanas de parón, por lo que los pilotos pueden descansar y, sobre todo, plantear cómo va a ser la recta final de un campeonato que, aunque se está tornando en color 'McLaren Papaya', sigue siendo de momento para Verstappen.