Sabor agridulce para los púgiles malagueños en Madrid

Empezando por el trago amargo de la derrota de este último. 'El Llanero' se dejó el título de España supermedio en una épica batalla ante el cordobés José Luis Navarro en combate de revancha. Desde el primer segundo de combate Ronny busco sorprender con la volea y el 'cross' de derecha a un Navarro que iba tapado y con el uno-dos como punta de lanza.

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Pasaban los asaltos y el cordobés se marchaba en las cartulinas, Rony empezaba a sangrar y no encontraba la manera de desbordar a su rival. Los asaltos quintos y sexto fueron los mejores del púgil de los Heredia al conectar potentes manos que hicieron retroceder al 'Cazador' Navarro. Parecía de película con los dos púgiles sin bucal. Y no era por antojo del árbitro Agapito sino para no interrumpir la dinámica de ataque de uno y otro. En el octavo Rony recibió demasiado castigo, pero sacó alma de titán que encandiló al personal. En el noveno vino el final tras un intercambio del que salió muy resentido Landaeta. En ese momento, Ronny, mareado, le dio la espalda al árbitro quejándose de su ojo izquierdo y buscando de manera innata el aire en las cuerdas. Un gesto que el árbitro interpretó deteniendo el combate por nocaut técnico en el noveno. Ronny perdió, pero se ganó, una vez más al público. Haga lo que haga a partir de ahora, siempre es respetado por todos.

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Lo dulce, que no fácil, vino con la victoria de Samuel 'La Esencia' Molina ante el vasco Rikar Urrutia. El malagueño revalidó su título nacional del superligero al ganar a los puntos por decisión dividida con una doble tarjeta favorablede 97-93 y una de 96 a 95 para Urrutia.

El combate empezó igualado con el aspirante hacia delante y llevándose los asaltos intermedios. Espabiló Molina en la segunda parte del duelo con un sexto asalto en el que sacó su mejor versión, pero con algunos desplantes que no gustaron a la grada. Era efectivo el boxeo a la contra del malagueño ante un Urrutia que iba de más a menos, aún cuando sus manos eran todavía muy peligrosas . El último asalto fue una batalla abierta con uno y otro a por todas, y con Samuel conectando buenas manos que inclinaron ligeramente la balanza de su lado.

Finalmente victoria de Molina en un combate muy difícil de enjuiciar. Sigue aprendiendo y avanzando ante rivales más exigentes. Lo del récord de Urrutia es lo de menos, pues demostró madurez y mucha decisión, no iba de turismo a la capital.