El reencuentro de las López

Estas tres últimas campañas, la central, Espe, ha defendido la camiseta del Adesal Córdoba en la División de Honor Plata, la segunda categoría nacional, mientras que la extremo, Sole, ha ido creciendo dentro del cuadro malagueño hasta convertirse en su capitana. Eso sí, a pesar de que su vínculo no sea tan idílico, tienen claro que no podrían fallar en ningún gran momento de la otra. «Nosotras jugábamos los domingos y ellas los sábados, así que los sábados yo iba para Málaga y los domingos, toda la familia para Córdoba», comenta Espe, que resalta desde el principio la importancia de la familia en su entorno, a pesar de que ella misma reconoce que será la primera en independizarse.

Estuvo en el mítico ascenso del equipo a División de Honor, en la temporada 2013-2014, de hecho, el año siguiente, el primero en la élite, es el último en que jugaron juntas antes de partir a Córdoba, por segunda vez. Ahora, en su tercer regreso a la provincia, espera poder quedarse más tiempo. «Estoy muy motivada este año, sólo pienso en superar los números del Rincón Fertilidad del año pasado. Quiero trabajar para poder verlo un puesto más arriba en la tabla o un paso más allá en la Challenge europea», explica la central. Aparentemente, ella es la más tranquila de las dos, quizá también algo más seria y la que, según se sinceran ambas, a veces, ejerce más de madre por su personalidad. Segura y decidida, explica sobre su estado físico: «No creo que el actual sea mi mejor momento, pero creo que se están dando las condiciones para que pueda llegar a él este año».

Tienen aspectos en común, más allá del mismo color de ojos, prácticamente la misma altura y el hecho de que en varias ocasiones respondían al unísono ante alguna de las preguntas. Aunque sin duda una de las similitudes por la que se caracterizan las López es la ambición. De tener una meta, Espe cuenta: «Más que la Liga, me motiva mucho el jugar la Copa de la Reina y si es posible, hacer un buen puesto y claro, ganarla. Ese sería mi sueño». La misma cuestión, también la respondió Sole: «Yo tengo un sueño», comienza, como si de un político americano se tratara. «Quiero ganar la Liga con el Rincón Fertilidad y como capitana. No sé si va a ser posible este año, pero antes de que me retire me gustaría llevar ahí el nombre de Málaga», asegura.

Este es el segundo curso en que a Sole le toca asumir los galones propios de una capitana en la élite nacional, en la que comenzarán el sábado 8, contra el Bera Bera fuera de casa, y también, un mes más tarde, en la Challenge Cup, la tercera competición europea. De nuevo empezarán viajando fuera, para jugar contra el Berna suizo. Sin embargo, no le asusta este papel, ya que su equipo ya la conoce, así como su cuerpo técnico y tala afición de Carranque. «Es una responsabilidad, pero también un orgullo. Este es un grupo muy trabajador, competitivo y, aunque hay muchas caras nuevas, agrada ir a unos entrenamientos en los que todas transmiten alegría e ilusión». Y es que a veces puede parecer la más niña de la dupla, pero deja esa faceta a un lado cuando está sobre la cancha. «La mejor temporada que he vivido fue el año pasado y este prometo intentar que sea mejor todavía», destaca.

Una frase que exterioriza con especial orgullo, bajo la mirada de su hermana, de su madre y de algunas amigas allí presentes. Madre que alguna que otra vez realizaba apuntes sobre las respuestas de sus hijas para recordar algunas fechas o momentos clave, a modo de agenda. Junto a su padre, son sus pilares desde que comenzaran a pasarse el balón, a los 6 años, en el Colegio Puertosol. Por ella, además, las gemelas malagueñas vestirán en su camiseta esta temporada su segundo apellido, Jiménez. Una tendencia que ya comenzó la capitana, Sole, el curso pasado y que asegura que le trajo suerte. «Además pensé que era injusto que toda la vida hayamos jugado con el López, también está bien cambiar», se sincera la extremo. Un año más familiar que nunca para ellas y en el que prometen, al menos, dar espectáculo.