Rahm pincha en el comienzo de la defensa de la chaqueta verde

El de Barrika tenía la presión sobre sus hombros no solo por ser el defensor del título sino por desembarcar en el club tras fichar por el circuito saudí. Los 'livianos', que tuvieron el apoyo en el público de su mandamás, Greg Norman, quieren demostrar en esta edición que el hecho de jugar sin cortes no supone una pérdida de la competitividad. DeChambeu se encargó de justififcarlo a la perfección y superó por un golpe al gran favorito al trono, el líder del ranking mundial y principal espada del tradicional PGA, Scottie Scheffler, ganador en 2022.

Después, más sereno tras el paso por vestuarios, Rahm atendió a la prensa unos minutos después de terminar su recorrido. «Es una pista difícil, es todo lo que puedo decir. Estoy lejos, pero todavía queda mucho. Para puntuar bajo aquí necesitas hacer un buen golf, pero si no pongo la bola en la calle es difícil», reconoció 'Rahmbo', por debajo del top-40 en su estreno. 26 de los últimos 30 ganadores del Masters estaban a cinco o menos golpes del líder. Rahm está a ocho.

El golfista vizcaíno no ha empezado con buen pie y deberá remontar a partir de este viernes, cuando volverá a salir a las 19:00 horas en España si no hay muchos retrasos derivados de la jornada inicial del jueves. Un dato demoledor que hay que romper: solo un español pasó el corte el año siguiente de ser campeón: José María Olazabal en 2000.

Los 73 golpes que contabilizó este jueves suponen la segunda peor primera vuelta de la historia de Rahm en sus ocho años en Augusta. Firmó los mismos en su estreno en 2017, cuando terminó en el puesto 27, y uno más en 2022, misma posición. Ahora la clasificación está más cara. El último chaqueta verde arrancó con un buen drive y salvando el par con un putt desde el collarín. Y arañó un birdie en el tercer hoyo (par 4) que invitaba al optimismo.

Ante la atenta mirada de personalidades como el chef José Andrés, su amigo al que encargó la Cena de Campeones, y la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, que portaba la chaqueta verde como una de los 500 socios del exclusivo club, Rahm, nuevo embajador en Estados Unidos de Openbank –filial de la entidad financiera española-, concedió un boogie en el par 3 del 4 tras puttear hasta en tres ocasiones. Hasta 31 veces putteó. Demasiadas concesiones.

Recibió el cariño del público, entre ellos el de su familia, siempre a su lado, y cogió fuerzas para encadenar dos birdies en el 7 (par 4) y el 8 (par 5). En el primero le respondió su drive y en el segundo regaló un bonito approach. Terminó así la primera vuelta con un esperanzador -2, pero cometió dos boogies en el 10 y el 14, este último tras salir mal y situarse tras un árbol.

El birdie del 16 fue un ejercicio de máxima concentración. En el siempre divertido par 3, escenario de algunos hoyos en uno en ediciones pasadas, se puede rascar algo. Rahm lo hizo a pesar del jolgorio que levantaba la figura de Tiger Woods en el 5, situado al lado. Así se llegaba a una recta final en la que el jugador de Barrika dilapidaría su renta de la peor forma. En el 17 salió muy abierto y el putt se le quedó demasiado corto. Del 18 salió enfadadísimo tras conceder un golpe tras caer debajo de un magnolio y acusar el viento en el green.

Compartió Rahm recorrido con un muy enojado Nick Dunlap, el joven de 20 años amateur campeón en el American Express que selló un +5 víctima de los nervios, y con Matt Fitzpatrick. Estuvo muy sereno el británico, ganador del US Open en 2022, que llegó a estar con un estupendo -4 pero los errores finales le llevaron a finalizar con un golpe bajo par.

En cuanto al resto de españoles, José María Olazabal firmó un +5 que hace imposible que pase el corte. El veterano guipuzcoano, que solo superó a tres jugadores, sabe que esta no es su liga, pero quiere despedirse de Augusta como lo que es, un maestro. Sus 77 golpes son los mismos que en las dos últimas ediciones. En ninguna de ellas llegó al fin de semana. Por su parte, Sergio García, que vistió un espantoso atuendo de pantalón amarillo y polo verde, remontó el vuelo tras sufrir en el temido Amen Corner, doble boogey incluido, y selló su tarjeta bajo par al borde del top-30. Desde su triunfo en 2017 solo ha pasado una vez el corte, hace dos años.

Si Scheffler -el jugador más en forma del planeta hoy día- confirmó su candidatura, otros golfistas dieron agradables sorpresas. Uno de ellos fue Joaquín Niemann. El chileno, miembro del LIV e invitado tras su gran momento (dos títulos este año), terminó top-10 con -2 en su tarjeta. Un golpe menos firmó Tyrrell Hatton, el compañero de Rahm en el Legion XIII. Entre el resto de favoritos, Will Zalatoris selló un -2, Rory McIlroy hizo -1 en el partido del día (coincidió con Scheffler y Schauffele) y Brooks Koepka terminó sobre par. La atracción fue Tiger Woods. El pentacampeón también rindió a buen nivel para un -1 global. ¿Será su año?