El Poio Pescamar se medirá al Burela por el título de la Copa de la Reina

A diferencia de la primera semifinal, el ritmo fue algo más tranquilo en este segundo partido que acogió el Martín Carpena este viernes. El dominio estuvo bastante repartido ya desde el inicio aunque según se templaron los nervios iniciales, acrecentó la intensidad ofensiva el conjunto alicantino, que generó sus primeras ocasiones de peligro real en el ecuador de la primera parte. La primera gran tentativa, un triple tiro a puerta que paró en dos ocasiones la meta rival, Caridad, y en otra una de las defensas gallegas. La segunda, con un tiro raso de Elenita que se marchó pegado al poste izquierdo.

El Poio también protagonizó sus primeras ocasiones pasados los 13 minutos de juego, aunque se unió su falta de definición con una buena conjunción entre la portera y la defensa del conjunto universitario. Pasaron los minutos y ningún equipo consiguió ver puerta en la primera mitad.

Se mantuvo la igualdad tras el descanso aunque esta vez el Poio se decidió a tomar las riendas de inicio, fue más vertical y protagonizó varias llegadas frente a un Universidad de Alicante muy distinto y frío con respecto a la primera parte; apenas se decidió a tirar a puerta. El partido pedía a gritos que alguno de los dos conjuntos quebrase el marcador y aunque creció la intensidad y la presión por ambas partes, el tiempo transcurría y las ocasiones seguían sin llegar a buen puerto. Una peligrosa falta sobre el borde del área a favor del conjunto valenciano, a 35 segundos del final, pudo ser la acción que lo decidiera todo, pero también murió en la orilla.

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Concluyó el tiempo reglamentario y comenzó la prórroga, dividida en dos tiempos de tres minutos. El primero de ellos siguió la tónica del cierre del partido, con los conjuntos notablemente mermados por el cansancio aunque haciendo un sobreesfuerzo con anotar cuanto antes. El Poio, pese a su mayor peligrosidad, tampoco pudo romper el hielo. Aunque al fin encontró recompensa a un minuto del final de la segunda prórroga. Un gol a la escuadra desde la banda izquierda que anotó Ana Rivera y que pasó por las manos de la portera antes de fundirse en la red. Un tanto que todo el conjunto celebró con la euforia acumulada de un partido muy físico que casi tuvo que decidirse por los penaltis.