Pizarra tiene licencia para soñar en voleibol

Con una media de edad rondando los 20 años, el equipo pizarreño no imaginaba encontrarse a estas alturas de temporada con una oportunidad única. El presidente del club, Francisco Padilla, explicó las expectativas que tenían a principio del curso: «El objetivo era asentarnos en la categoría. Queríamos hacer un proyecto hacia uno o dos años más, que ahí si intentaríamos meternos en la fase de ascenso. Nos ha sorprendido que un equipo con muchos juveniles y senior recién entrados haya conseguido esta hazaña, sabiendo el esfuerzo y trabajo que supone».

La fase de ascenso (que se jugará del 26 al 28 de abril) dependerá de un sorteo puro entre los dos mejores equipos de los tres grupos que conforman la categoría. Luego, esos conjuntos asignados al azar, jugarán una liga en la que los dos mejores avanzarán a una semifinal contra el equipo del grupo contrario. A partir de ahí, los conjuntos que lleguen a la final ascenderán automáticamente a Superliga 2, aunque no queden campeones. En este caso, el equipo de Pizarra, no podrá enfrentarse a Benidorm, que está en su mismo grupo.

El sueño del ascenso ha ido creciendo a lo largo de la temporada. El trabajo y esfuerzo de todos los jugadores y el cuerpo técnico queda patente con los resultados obtenidos. Es imposible no soñar con jugar la temporada que viene en Superliga 2, pero el técnico, José Daniel Jiménez, con los pies en la tierra, analiza las posibilidades. «Al ser sorteo puro, puede tocarte un grupo accesible que te haga llegar a semifinales, pero al final vas a tener un cruce muy gordo. Te encuentras con equipos con una media de 24 y 25 años de edad, estando más centrados en esta categoría. Nosotros somos los más jóvenes, pero los que tenemos más proyección. Yo creo que con ilusión y afrontando la fase de ascenso al igual que la liga, tenemos las mismas opciones que cualquiera», asegura.

Terminando el campeonato con 15 victorias de 18 posibles, el Voleibol La Fuensanta Pizarra, ha tenido momentos de bajón que sirvieron como punto de inflexión para lograr esta gesta. En el último partido de la primera vuelta, el equipo perdió contra Valencia después de ir ganando 2-0, lo que les llevaba hasta la cuarta posición, fuera de posibilidades de ascender. Pero el entrenador, sabiendo el momento tan delicado en el que se encontraban, supo en aquel entonces de lo que podían llegar a hacer sus jugadores.

«Mi compañero y capitán, Manu de Amo, y yo sabíamos que la segunda vuelta era nuestra. Hablamos con el grupo, y de tener 16 jugadores con los juveniles en activos, a final de enero nos quedamos con 14 (diez senior y cuatro juveniles). Les dije que desde el primer día hasta el ultimo, moriría con ellos. Y así estamos: diez partidos ganados de diez en 2019. Los momentos duros se pasan cuando todos damos ese pasito adelante y creemos en el proyecto».

Económicamente, el equipo tiene que subsistir con un presupuesto medio-bajo para la categoría en la que se encuentra, con diferencias considerables con los 'grandes' del campeonato. Rafael García, vicepresidente del club, lo reconoce: «Tenemos que hacer malabares para completar la temporada y más cuando venimos de un año anterior, que era la Liga Andaluza, que también era cara y había muchos desplazamientos». En este ámbito, el conjunto malagueño espera próximamente el apoyo de patrocinadores e instituciones que favorezcan los futuros años del equipo.

Si por algo se ha caracterizado este club, ha sido por su familiaridad y compañerismo. Definidos ellos mismos como «amigos antes que compañeros», este equipo se permite soñar con todo. Su entrenador vive con ilusión este momento: «Las oportunidades pasan una vez en la vida, y los ganadores son aquellos que las aprovechan».