Ángela Lobato, del confinamiento voluntario al Europeo de voley-playa

Diez meses, que se dice pronto. Casi un año en que la malagueña y la catalana han trabajado por separado, durante el confinamiento y juntas, pero en silencio, esperando que al menos una de las citas del calendario no se cancelara. Acabado el confinamiento, ambas se reencontraron en el Centro Internacional de Tecnificación de Lorca (Murcia), donde han permanecido los últimos dos meses y medio, poniéndose a punto con este evento continental como único objetivo a la vista este año. No fue fácil, además, por el hecho de tener que lidiar con un año en blanco en lo profesional (ellas viven económicamente de esto), porque este último mes han sufrido un 'déjà vú'. Dado el repunte de casos de Covid-19 en la localidad murciana en la que se asentaban, y pese a la seguridad de su centro de entrenamiento, Lobato y Fernández se sometieron a un confinamiento voluntario. «Nos hemos cuidado bastante para no lesionarnos, volver a adaptarnos a la arena… Y la verdad es que ha ido bien. La situación ha sido más complicada en este tramo final, porque Lorca estaba un poco regular y teníamos que evitar por todos los medios no contagiarnos. Hemos estado como un mes sin salir del centro, sin bares ni restaurantes ni nada. Como un confinamiento voluntario», relata.

Algo que también les llegó a afectar de nuevo anímicamente. «La cabeza necesita descansar y tener vida normal», se sincera. ¿Y cuál es su vida normal? La de rehacer por fin la maleta y subirse a un avión rumbo a cualquier parte del mundo. «Teníamos muchas ganas de viajar porque estábamos acostumbradas a ir cada semana a un país diferente para competir», declara. Emocionada por volver a la acción, añade: «Teníamos el circuito nacional, que era otro de nuestros objetivos, pero lo cancelaron y no hemos tenido oportunidad de jugar ninguna otra cosa. Todo lo internacional se canceló…. Así que tenemos muchísimas ganas de salir de la rutina de entrenamientos y probarnos ya».

Ampliar

En este Europeo no se reparten plazas olímpicas. Ellas tendrán que seguir esperando para ganarse un billete para Tokio más adelante. Aunque ahora en su punto de mira sólo estar volver a sentirse ellas mismas tras lo que ha parecido una eternidad en la sombra. «El objetivo es probarnos y desarrollar el juego que hemos estado entrenando en Lorca. Es difícil ponerse un objetivo cuando llevamos diez meses sin competir nada. Así que, principalmente, vamos a pasar de grupo, y después, ir partido a partido. Tenemos muchas ganas y sabemos que tenemos buen nivel como para avanzar un poco e ir recuperando nuestro juego», afirma la malagueña.

Ya en Letonia, y tras haberse sometido a una nueva PCR, comenzarán su concurso este martes, a las 13.00 horas, contra la pareja número diez del 'ranking' continental, las alemanas Behrens y Tillmann (Lobato y Fernández son la 23.ª). Este año se ha modificado el sistema de clasificación en el Europeo; si antes en una fase de grupos se medían todos contra todos, ahora sólo se juegan dos partidos por pareja. El mejor clasificado de cada grupo por 'ranking' se mide al cuarto, y el segundo, al tercero. Los dos ganadores se enfrentan por el liderato del grupo, y los perdedores, por decidir el tercer puesto. Así, los tres mejores de cada grupo (ellas están en el G), pasarían a la 'Round One' y posteriormente a los cuartos de final, semifinales y final. Su segundo partido se disputará mañana (en horario por determinar) y su rival, como se ha explicado, dependerá del resultado de esta tarde.