Adrián Aguilar: Una pasión que alza el vuelo hacia el triunfo internacional

Desde los siete años hasta ahora, que tiene 16, el vuelo de este deportista malagueño ha llegado bien alto. Ha viajado por Portugal, Italia, Francia... Ha elevado el vuelo para disputar campeonatos internacionales, pero, sin duda, ahora llega uno de los más especiales para este joven patinador. A finales de junio y principios de julio consiguió las medallas de plata en las categorías de solo danza y libre y eso le hizo tener una plaza para el Europeo juvenil, que se disputará el próximo 2 de septiembre en tierras italianas. La voz de Adrián se entrecorta por la emoción cuando habla de ello: «Es la primera vez que voy a ir a un Europeo, estoy muy ilusionado», reconoce entre risas nerviosas.

Pero... ¿Cómo ha ido creciendo el vuelo de este deportista? Esta actividad fue yendo a más a medida que pasaron los años hasta que Adrián Aguilar se trasladó al club El Tejar (Fuengirola) para seguir entrenando junto a Angélica Morales, y ahora se ha convertido en el primer patinador del club en clasificarse para un Campeonato de Europa en la modalidad de libre. «Nuestro patinador ha realizado una competición de altísimo nivel técnico con la realización de triples completos que le han otorgado el pase al Europeo», valoraba el club en un comunicado.

El próximo 6 de agosto este malagueño viajará a Italia y estará allí durante una semana para preparar el campeonato europeo con tecnificaciones de ambas modalidades y así perfeccionar discos, piruetas y saltos. Tanto la puntuación de la técnica como la artística tienen el mismo poder en la valoración de esta disciplina: «Hacer la combinación de todo lo que se entrena a lo largo del año no es fácil en dos minutos de disco: saltos, piruetas, coreografías... A lo mejor en un entrenamiento un salto está más chungo y en la competición, con los nervios, es una caída asegurada», analiza Aguilar al hablar de las dificultades del patinaje. Pero enseguida valora lo positivo de cada campeonato: «La satisfacción de saber que, aunque no lo hayas hecho del todo bien, has dedicado muchas horas de trabajo y has puesto mucho esfuerzo para llegar hasta ahí», añade.

Si Adrián Aguilar mira ahora hacia un camino internacional es porque, tras mucho esfuerzo diario, comenzó a alzar el vuelo. Y no solo él, sino que toda su familia fue caminando en la misma dirección. Teniendo su casa en Alhaurín de la Torre, cada día hace el camino de media hora junto a su padre para poder entrenarse en Fuengirola: «Semanalmente entreno unas 12 horas, sin contar el tiempo que dedico a practicar la flexibilidad o resistencia», asegura Adrián. Pero su madre, Carlota, y su padre, Juan, no pueden ocultar lo orgullosos que están de su hijo: «Es un chico muy responsable y tiene sus ideas muy claras», confiesan los padres. «Es muy crítico con él mismo. Él siempre dice: 'Está bien, pero se podría hacer mejor'», relata su madre, que destaca también el apoyo de su marido: «Se pasa las horas en el sótano haciéndole los trajes a su hijo». Y es que Adrián viste en los campeonatos con los diseños que le hace su padre bajo su firma, 'Juan de Mancera'.

Si en algo ayuda la disciplina del deporte es en la organización del día a día y, para Adrián, eso otro plus que tiene en su rutina. El año que viene empezará su andadura en el primer curso de bachillerato y se prepara para hacer la modalidad de sociales: «Todavía no sé bien qué quiero, pero tiro más por la rama de Derecho», confiesa Aguilar. Estudia en el colegio El Pinar y el joven valora las facilidades que se le da desde el centro al ser deportista de alto rendimiento: «Me adaptan horarios si tengo que ir a algún campeonato».

Entre risas tímidas Adrián habla de sus retos en el mundo del patinaje artístico y antepone lo de «superarse a sí mismo». Aunque, si tiene que alzar la mirada para remontar el vuelo, busca el máximo reconocimiento internacional: «Un claro objetivo sería poder ir a un Mundial, pero eso se verá con el tiempo», puntualiza. Al escuchar: «Bueno, estás en un Europeo... Nada está tan lejos, ¿no?», se le escapa una risa nerviosa. Lo que sí que está claro es que la pasión de Adrián sigue alzando el vuelo para llegar lo más lejos posible en el patinaje.