Balandin, el héroe del carril ocho

Luego escuchó el himno de su país sonar por primera vez en una piscina olímpica. "Es el más grande honor y lo más grande que le puedo dar a mi país. Estoy muy orgulloso de eso. Y es historia porque no había medallas en natación en Kazajistán, así que estoy muy feliz de ser el que la obtenga", expresó en la zona mixta.

Fiesta en su país

Y la fiesta en esta exrepública soviética comenzó más temprano con el oro que consiguió este mismo jueves Nijat Rahimov en halterofilia. En total Kazajistán suma 16 oros en su historia, la mayoría en boxeo (6) y halterofilia (5). "Todos en Kazajistán deben estar bebiendo esta noche", expresó Balandin. A su salud, y a la de Rahimov.

Con el peor tiempo en la clasificación, que lo mandó al carril ocho, donde antes había perdido 100m braza, el joven arrancó sexto en los primeros 50m. Asumió el segundo puesto después de los 100, detrás del japonés Yasuhiro Koseki, que dominó desde el principio pero se desinfló en la recta final y terminó quinto. El oro lo ganó con un tiempo de 2:07.46.

"Hay un lado positivo y negativo de nadar en la última línea, por un lado no ves tus oponentes, por lo que es difícil saber dónde estás en la carrera, pero por el otro, como estás solo, te concentras en hacerlo lo mejor posible sin distracciones", explicó.

Sin referencias

Siete centésimas atrás llegó el estadounidense Josh Prenot (EEUU), que desde el acomodado carril tres no sabía lo que estaba pasando. "Sólo podía ver las personas a mi alrededor, no tenía idea cómo estaba en relación con el resto de la piscina. Me gustaría haber terminado con un poco más de fuerza en los 15 metros. Comencé mi sprint final un poco antes de lo que normalmente lo hago", indicó.

El bronce se lo llevó otro relegado, el del carril siete, el ruso Anton Chupkov, de 19 años y que resultó ser amigo cercano de Balandin. "Nos pusimos de acuerdo que si no veía a nadie frente a mi, lo vería y él a mi", recordó el kazajo.

El alemán Marco Koch, campeón mundial, quedó rezagado en el séptimo lugar. Este chico de Almaty, fanático del portero español Iker Casillas, comenzó a entrenar a los 12 años en su ciudad natal. Sus padres lo llevaron a nadar a una piscina a los seis para que aprendiera y varios entrenadores sugirieron al verle que practicara el deporte profesionalmente.

Y en los Juegos asiáticos de 2014 en Corea, ganó tres oros en 50, 100 y 200m braza. Pero en un gran torneo, lo más cerca que había llegado del podio fue un cuarto lugar en 100m pecho en Kazán-2015. "El título no es sorpresa, estábamos trabajando para esto. Hicimos todo lo que pudimos y finalmente alcanzamos el objetivo", señaló. Ahora, a celebrar.