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París dio la bienvenida a los Juegos de 2024 en un acto ante el ayuntamiento de la ciudad. STEPHANE DE SAKUTIN / AFP
París 2024 recoge el testigo
Olimpismo

París 2024 recoge el testigo

La capital francesa cambia el tono gris de Tokio por la esperanza de que la pandemia de covid sea historia en tres años, haciendo posibles unos Juegos Olímpicos marcados por la exuberancia y la vitalidad

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Martes, 10 de agosto 2021, 00:08

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Tokio 2020 es historia. Con la sensación de que más allá del ambiente gris que ha rodeado el evento en el exterior de los recintos deportivos, el éxito ha residido en sacar adelante estos Juegos, París recoge el testigo de la capital nipona con un tono muy diferente. La ciudad francesa exhibe la esperanza de que en tres años la pandemia de la covid-19 sea ya historia o al menos no condicione la vida tal y como lo hace actualmente, permitiendo una cita olímpica exuberante, que se convierta en una toda una celebración.

En ese ambiente general de alegría se mostró al mundo la capital gala en la ceremonia organizada en la Plaza del Trocadero, a los pies de la Torre Eiffel, engalanada con las banderas tricolor de Francia con motivo del relevo oficial a Tokio en el tramo final de la clausura de los Juegos. Toda una fiesta bajo el aspecto más multicultural de la sociedad gala, con la presencia de algunos de los olímpicos franceses en Tokio que ya habían regresado y exhibición de 'breakdance', una disciplina que se estrenará en el programa olímpico en tres años, en la línea de acercamiento al público más joven que los Juegos han emprendido en los últimos tiempos.

Tal es el entusiasmo con el que París asume el testigo olímpico que se planificó incluso el despliegue de una bandera con el logo de sus Juegos de dimensiones colosales -90 metros de largo por 60 de ancho-, finalmente sustituida por una proyección virtual con la Torre Eiffel como mástil por las condiciones meteorológicas. El tono del evento, aderezado con la exhibición de la Patrulla Acrobática de Francia, que pintó el cielo sobre la ciudad de la luz con los colores de la enseña francesa, contrastó con lo comedido de la ceremonia en Tokio, una ciudad que ha vivido los Juegos que tanto festejó en 2013 como una engorrosa obligación en tiempos de covid.

En la capital nipona recogió la bandera olímpica Anne Hidalgo, la alcaldesa de París de origen español. Lo hizo de forma comedida, en la línea de lo visto en Tokio en las últimas semanas. Muy diferente la puesta en escena a la de Shinzo Abe en Río de Janeiro en 2016. El entonces primer ministro de Japón apareció en el legendario Maracaná vestido de Super Mario, pero la ilusión se transformó en pesadilla con la aparición del coronavirus a comienzos de 2020, que ha acabado por convertir Tokio 2020 en un castigo que dejará una costosa herida económica en el país ante la ausencia de espectadores y que además ha hecho caer la popularidad de las autoridades entre la población a mínimos históricos.

París ha aprendido de la difícil experiencia de Tokio, según señaló la propia Hidalgo, aunque afronta su gran oportunidad de forma vitalista. «Los Juegos de 2024 serán algo muy positivo para nuestro país. Llegan en un buen momento», aseguró la primera edil parisina, en una clara declaración de la sensación con la que la ciudad afronta una cita que llega además un siglo después de la última que albergó, en 1924. La capital francesa, que también acogió los Juegos de 1900, se convertirá en 2024 en la tercera sede por partida triple, tras Atenas y Londres, un exclusivo club al que se unirá en 2028 Los Ángeles, anfitriona en 1932 y 1984.

Imagen principal - París 2024 recoge el testigo
Imagen secundaria 1 - París 2024 recoge el testigo
Imagen secundaria 2 - París 2024 recoge el testigo

Instalaciones de altura

La capital gala exhibe además una serie de emplazamientos emblemáticos para sus competiciones. El Stade de France de Saint-Denis será el epicentro de los Juegos de París 2024, como sede de las ceremonias de inauguración y clausura además de las competiciones de atletismo en pista. Se trata, pese a sus poco más de dos décadas de vida, de un recinto deportivo ya con solera, sede de finales de un Mundial, una Eurocopa y dos ediciones de la Liga de Campeones de fútbol, además de dos Mundiales de rugby y uno de atletismo.

Sin embargo, si hay una instalación que rezuma historia en el proyecto parisino esa es Roland Garros, que como en 2012 en Londres, le dará a la cita olímpica el lustre de un recinto propio de un Grand Slam para el tenis. El Parque de los Príncipes, hogar del París Saint-Germain y sede de las primeras finales de la Copa de Europa de clubes de fútbol en 1956 y de la Eurocopa en 1960, será también un escenario de altura para el deporte del once contra once.

Los mejores ciclistas del mundo se sentirán como en casa cuando compitan a lo largo de la Avenida de los Campos Elíseos, por donde pasa el Tour de Francia cada año en su última jornada, la que sirve de homenaje a los supervivientes de la carrera más exigente del planeta. Y es que los rincones más conocidos de la ciudad de la luz se impregnarán del espíritu olímpico. Los jardines del Campo de Marte, junto a la Torre Eiffel, albergarán las pruebas de vóley playa; el complejo arquitectónico de Los Inválidos será sede de la competición de tiro con arco; en el río Sena y sus riberas se llevarán a cabo las pruebas de natación en aguas abiertas, triatlón y maratón; y en el Grand Palais, un edificio monumental, tendrán lugar la esgrima y el taekwondo. Escenarios idílicos para revitalizar el mayor evento del deporte mundial.

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