Dos leyendas infravaloradas
Los exolímpicos Duane Rocha y Carlos Peralta, ambos con récords de España vigentes, repasan las luces y sombras de sus carreras en el centenario de la Federación Española
marina rivas
Lunes, 27 de abril 2020, 00:57
Toda leyenda tiene su historia y toda historia, su parte de luz y de oscuridad. Estos días, la Federación Española de Natación celebra su ... centenario (1920-2020), cien años de gestas deportivas, algunas de las cuales llevan y siempre llevarán un nombre malagueño. Pero, aunque la provincia ha exportado una generosa cantidad de talentos internacionales en numerosas disciplinas, en el escenario estrella de la natación, la piscina olímpica de 50 metros, sólo dos malagueños pueden decir que siguen siendo los mejores de la historia del país: Carlos Peralta y Duane Rocha.
Aunque les separaban seis años y desarrollaron carreras diferentes, tanto el malagueño como la mijeña (de ascendencia brasileña) fueron prodigios precoces. Ella fue campeona de España absoluta por primera vez con 14 años y él con 18; coincidieron en varias convocatorias de la selección, incluso compartieron un recuerdo olímpico (Río 2016) y, casualidades del destino, decidieron retirarse el mismo año, cansados de luchar. Ella fue la primera en tomar esta bendita decisión, en enero de 2019 (con 31 años). Un año después la mira con mejores ojos que nunca, porque ha reconducido su vida y ha conseguido algo que llevaba mucho persiguiendo: ser feliz. La mijeña pasa el confinamiento en una Palma de Mallorca, junto a otros compañeros de trabajo.
Ahora la exnadadora olímpica ha cumplido un sueño, ser azafata de vuelo. Ahora trabaja con Vueling, con base en Mallorca. Se sacó el título de monitora de natación y cuenta con un campus de tecnificación propio con su nombre, en Mijas (del 17 al 22 de agosto), pero más allá de esta vinculación, no echa en falta el agua. En su palmarés destacan dos participaciones olímpicas (Londres 2012 y Río 2016) y once medallas internacionales, la más importante la de campeona de Europa en Berlín 2014, donde llegó con dos récords de España: el del relevo del 4x100 estilos (4.02.84) y el de 200 espalda (2.09.13) en piscina de 50 metros. Una estela de éxitos no exenta de obstáculos.
«La Federación me quería quitar de enmedio; yo psicológicamente estaba cansada, pero físicamente podía seguir»
duane rocha
Rocha llegó ya anímicamente tocada a Río 2016, achacando los primeros síntomas de una depresión (por motivos personales) que le impidió ser ella misma mucho tiempo. «Me hubiera gustado retirarme después de Río, pero si me hubieran salido las cosas como quería», explica. Recurrió a especialistas para tratarse y durante un año y medio luchó contra sus propias sombras. A este se le sumó que había perdido la motivación y no se encontró precisamente respaldada. «El último año antes de que me retirase tuve problemas. La Federación me decía que me retirase, que no iba a dar el nivel, pero más adelante recuperé confianza, en esto me ayudó mucho Xavi Casademont. La Federación me quería quitar de en medio; yo, psicológicamente, estaba cansada pero, físicamente, podía seguir y volví. Volví en 2018, fui campeona de España, volví a ser internacional y ya sentí que sí que me podía retirar», asegura.

En ocasiones piensa que al igual que ella luchó, podría ayudar a futuras compañeras a cumplir sus metas, pero se sincera; «A veces he pensado en ello, pero sufrí mucho, tuve problemas psicológicos, la Federación también ayudó mucho a eso y creo que lo mejor es que me centre en mis metas actuales». De su carrera, se queda con su título de campeona de Europa en Berlín y con el día que consiguió la mínima olímpica para Londres, en Málaga. Y cuestionada por cómo le gustaría que la recordan, asegura: «Me gustaría que me vieran como una nadadora que disfrutaba mucho de lo que hacía, que es una manera de que salgan los resultados».
Desmotivación
Ocho meses después de que Rocha colgara la toalla lo hizo Peralta, sólo con 25 años. El por qué se sustenta en la misma premisa: la falta de motivación. La exigencia del agua le estaba metafóricamente ahogando. «Me gustaría haberme retirado con dos Juegos, pero llegó un momento en el que no tenía ilusión, me desenamoré de la natación, pasé a tener una relación de amor-odio. Ya lo único que deseaba era tener la vida de una persona normal», rememora el malagueño, que pasa la cuarentena en su casa, junto a su novio. No lo lleva mal, porque siempre le ha caracterizado su disciplina y su tesón por compaginar la natación con los estudios. Graduado en Medicina y Cirugía y con tres Máster (Gestión Clínica y Planificación Sanitaria, Gestión Hospitalaria y Medicina Deportiva), actualmente prepara las oposiciones del Estado; le echa un cable en la preparación su padre, magistrado de la Audiencia Provincial de Málaga. Pese a su juventud, lo tiene claro: quiere pensar en sí mismo, en un trabajo estable y en formar una familia; la piscina es pasado. «A día de hoy me siento en paz».
«Me gustaría haberme retirado con dos Juegos, pero llegó un momento en el que no tenía ilusión, me desenamoré de la natación»
carlos peralta
En su palmarés destaca su presencia en los Juegos de Río, una quinta plaza europea y una veintena de títulos nacionales. No llegó a disputar un Mundial absoluto. La Federación Española le dejó de lado cara al de Budapest 2017 por cambios en los criterios de selección, pese a contar con la mínima y encontrarse en su mejor momento. Un año antes (2016), en Londres, consiguió el actual récord de España de los 200 mariposa (1.56.42). De hecho, además de este, Peralta cuenta con las ocho mejores marcas del 'ránking' nacional en dicha prueba. Fruto de aquella decisión del ente nacional, el malagueño se planteó dejar la natación ya en 2017, al no verse apoyado. «Siempre tuve mis discrepancias con la RFEN; en ciertas ocasiones no me sentía valorado, ni tampoco por parte del Ayuntamiento de Málaga, que a pesar de que fui a los Juegos, nunca recibí ni una llamada. Hay que cuidar a los deportistas», afirma.
Algo por lo que, a día de hoy, quiere luchar. Peralta es miembro de la Comisión Delegada de la RFEN. «Me metí porque quiero luchar por lo justo. Creo que podría hacer mucho por la natación, trabajar motivar y premiar a los nadadores... Hay que cambiar muchas cosas y sobre todo, pensar en los deportistas», valora. Aunque no todo son guerras, pese a que no volvería a nadar, Peralta guarda gratos recuerdos de su etapa en el agua. El mejor, su primer título nacional absoluto, en Málaga, así como la primera vez que consiguió un récord de España y, cómo no, los Juegos. En el futuro le gustaría que le vieran así: «Soy bajito para ser un nadador, pero nunca lo vi como un inconveniente, me gustaría que me recordaran como un nadador con mucha confianza, con seguridad y personalidad». Dos deportistas que supieron nadar a contracorriente para aprender a quedarse con lo verdaderamente importante.
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