Impecable debut olímpico de Damián Quintero, líder de grupo y en la lucha por las medallas

La competición comenzó con una ronda de grupos en la que cada uno de los competidores debía realizar dos katas o ejercicios, siempre de manera individualizada. Tras cada exhibición, tres de los siete jueces imponen una calificación a los karatecas y, los tres con mayor puntuación en la sumatoria de las dos primeras katas, acceden a la siguiente ronda eliminatoria. Por suerte para el malagueño, aun siendo clara su superioridad frente a la gran mayoría de rivales (sólo 11 en estos Juegos), quedó encuadrado en el grupo más accesible (el A); mientras que sus competidores más cercanos en el ránking mundial, entre ellos el japonés y su máximo rival a batir, Ryo Kiyuna (nº 2 del mundo).

El malagueño, de 37 años, no defraudó, no entraba en sus planes cometer un solo error, e impuso su ley en el grupo desde el primer kata. De entre los 102 reconocidos internacionalmente, eligió el kata Kururunfa, con el que se colocó líder de grupo ya desde la primera ronda, con una puntuación de 27.34, desgranada en 19.18 puntos de rendimiento técnico y 8.16 de rendimiento deportivo. Al cierre de esta primera vuelta, su perseguidor más cercano fue el estadounidense Ariel Torres (26.40). Mientras, en el grupo B, la ‘cabeza de carrera’ era para Kiyuna, con un impecable 28.26 de puntuación por Ohan; seguido del turco y campeón de Europa Ali Sofuoglu (27.00).

En la segunda ronda culminó su trabajo, al menos por el momento. El número uno mundial eligió esta vez el explosivo kata Ohan Dai, que mejoró incluso la elevada puntuación del primer kata, hasta los 27.40 puntos, igualando los 19.18 en rendimiento técnico y 8.22 en el rendimiento deportivo. Autoridad, carácter y determinación; factores que le llevarán a pelear, a continuación, por acceder a uno de los combates por las medallas. Para ello, deberá realizar un último kata antes de clasificarse para la lucha por el bronce o por el oro.