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JORNADA DE REFLEXIÓN

Viernes, 22 de diciembre 2017, 01:25

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Mañana se juega el clásico a la hora del vermut. Un horario que a todos nos pilla por sorpresa. La noche crea una atmósfera mucho ... más apropiada para estos partidos. La oscuridad favorece la concentración tanto del futbolista como del espectador, también propicia el suspense, la intriga, el miedo. Los que ganan festejan el triunfo hasta altas horas de la madrugada y los que pierden reaccionan dependiendo del talante y el grado de compromiso con el club. Mañana será distinto. Después del partido unos se echarán a dormir la mona y otros no levantarán cabeza en todo el fin de semana. Perder a plena luz del día resalta la desgracia, la hace más visible, más honda, incluso corta la digestión sin haber comido. Hay quienes optarán por poner a grabar el partido y verlo a las 20.45 horas, como mandan los cánones, lo que exige un aislamiento absoluto durante toda la tarde. No contestar al teléfono, no mirar las noticias ni hablar con nadie, permanecer encerrado en casa hasta que caiga la noche y entonces encender la tele y ver la luz. Otra opción es irse de vacaciones de Navidad al otro extremo del mundo y sentarnos a ver el partido a la hora habitual, como si estuviéramos en casa.

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