Un movimiento estratégico en el proyecto de cantera del Málaga

Hay que remontarse al curso 2017-18 para recordar una alegría similar, con el ascenso a Segunda B del conjunto entrenado por Dely Valdés y con futbolistas instalados hoy en la élite como Abqar, Iván Jaime o En-Nesyri. De esta forma, en la 2018-19 se vio al Málaga en Primera División y al filial en la categoría de bronce, aunque ambos bajaron ese curso de forma clara.

Para el Málaga era una cierta anomalía tener al Malagueño en Tercera RFEF y empezaba a ser urgente que llegara a un nivel superior por lo que implica para el progreso y la formación de jugadores. El sistema de competición se le había atragantado a una plantilla joven por naturaleza. Con la llegada de Funes al banquillo han sido cuatro fases de ascenso consecutivas malogradas. A saber: en la 2020-21,aún siendo Tercera División, derrota en Antequera (1-0) tras eliminar al Torredonjimeno; en la 2021-22, ya como Tercera RFEF, 2-1 en Huétor Tájar, en una eliminatoria a partido único; en la 2022-23, doblegado por El Palo (0-0 en casa y 1-0 fuera) tras apear al Jaén, que fue precisamente esta campaña su gran rival; y en la 2023-24, sin superar al Almería B (3-1 a domicilio y 1-2 de local).

Quedaba claro que la única vía segura era el ascenso vía directa, sin 'play-off', y es lo que ha conseguido esta temporada un Atlético Malagueño dominador de cabo a rabo, que ha sumado todos los puntos en la Ciudad Deportiva menos dos, los del 0-0 ante el Marbellí. Chupete estuvo a la cabeza del gol, 24 (entre ellos uno de este domingo), a pesar de que en la segunda vuelta contó en la mayoría de partidos para el primer equipo. También le apoyaron Rafa (ocho), Arriaza y Juanma Hernández (seis) o el lateral Rafita (cinco). Los 80 puntos en 33 partidos hablan de la excelente temporada de un equipo más o menos definido en torno a Céspedes en la portería; Rafita, Santaella, Recio y David Márquez en la zaga; Arriaza, Valcarce, Rafa, Rubén y Salguero como principales volantes, y los atacantes Alexis Chamorro, Chupete y Juanma Hernández, por citar sólo a los que más han participado.

El club mantuvo la confianza en Funes, pese a que el ascenso no llegaba, pero sí el trasvase continuo de jugadores al primer equipo, y este ha formado un buen tándem con Bravo. El futuro inmediato obliga ahora a apostar por algunas piezas de más experiencia (cercanas a los 23 años) para competir en el grupo 4 de Segunda RFEF y ya se ha dado el paso reciente de contratar juveniles con proyección, como los medios centro Lucas Bretón (dominicano) y Mohamed Cherif Diarra, el hermano de Moussa. Con ellos, parte de la actual plantilla del filial y lo mejor de la hornada de División de Honor (este curso cuartofinalista en la Copa del Rey) toca foguearse dos escalones por debajo del Málaga.

El escenario idílico sería otro: el cuadro de Martiricos en Primera, y su filial en Primera RFEF. Sería incluso lo natural para un club que promueve con su director deportivo, Loren Juarros, un claro proyecto de cantera. No es sencillo. A día de hoy sólo lo logran una decena de clubes: Real Sociedad, Athletic, Barcelona, Osasuna, Celta, Real Madrid, Betis, Sevilla, Atlético de Madrid y Villarreal. Pero habrá que dar tiempo al tiempo.