Empate a nada en La Cerámica

A las puertas de la quinta fecha del campeonato, el Villarreal suma cuatro puntos en cuatro encuentros, mientras que Valencia tiene tres puntos sin haber conseguido la victoria hasta la fecha.

Las cifras, pues, no se acercan a las previsiones de ambos conjuntos, que han mejorado sus plantillas, pero no han conseguido que sus rendimientos también hayan ido a mejor.

Además los dos llegan tras no haber alcanzado buenos resultados en la competición europea, lo que ha generado más nervios y controversia en sus entornos tras los partidos disputados en casa que el Villarreal empató con el Rangers y el Valencia perdió con la Juventus.

Desde el lado local, el partido llega con la necesidad de ganar en casa y recuperar confianza en la propia idea de juego para disipar las dudas generadas. Ganar el partido supondría un gran golpe anímico.

El técnico local, Javier Calleja, sigue con las bajas de los medios centros Bruno Soriano, Javi Fuego y Santi Cáseres, todos ellos lesionados de larga duración, mientras que si podrá contar con Manuel Iturra, que no podía jugar competición europea por no estar inscrito.

Respecto al posible once de los de Calleja, cabe recordar que tras jugar este haber jugado su partido europeo este jueves, la idea es la de mantener las rotaciones.

Así, regresarían futbolistas como Sergio Asenjo, Mario Gaspar, Álvaro González, Jaume Costa, Manu Trigueros, Manu Morlanes, Miguel Layún o Gerard Moreno, que no jugaron de inicio frente al Rangers. Por lo tanto, parece que Calleja apostará para este encuentro por el bloque habitual de la Liga.

El Valencia viaja con más apuros si cabe que su rival, puesto que todavía no ha ganado y suma tres puntos de doce merced a una derrota y tres empates, lo que ha generado una cierta ansiedad entre la afición de un equipo que no conoce la victoria ni en Liga, ni la Liga de Campeones.

La falta de puntería en ataque y de fortaleza en defensa han condicionado el inicio de temporada del equipo de Marcelino García Toral, que atraviesa su peor momento desde su llegada hace quince meses al club de Mestalla.

Para este encuentro, el Valencia no recupera a ninguno de sus dos lesionados, Geoffrey Kondogbia y Ezequiel Garay, mientras que Daniel Wass atraviesa pequeños problemas físicos, aunque vuelve Francis Coquelin tras una ausencia de seis meses por lesión.

Con Coquelin, Carlos Soler y Dani Parejo como tres únicos centrocampistas disponibles, serán los dos últimos los que compongan el eje de la medular en La Cerámica.

El equipo valenciano no tiene otro objetivo que salir a ganar para empezar a sumar de tres en tres y así dar por buenos los empates obtenidos hasta el momento.

El técnico ya avanzó hace algún tiempo que cuando el equipo entrara en la fase de dos partidos por semana, las rotaciones iban a ser frecuentes para equilibrar la plantilla, por lo que la alineación, que también será una incógnita, podría parecerse más a la de la Liga que a la de la Liga de Campeones.

Necesitado de un golpe anímico, con Dani Parejo, uno de los mejores del pasado campeonato, cuestionado y con la necesidad de mantener la portería a cero, el Valencia de Marcelino García Toral necesita puntuar para que la mala racha inicial no coja el rango de crisis.

Villarreal y Valencia empataron a un gol en un partido nivelado, en el que los locales no supieron aprovechar la media hora final de superioridad numérica ante un rival compacto que jugó mejor con un hombre menos. El partido tuvo dos fases con una primera hora de igualdad extrema y una segunda, tras la expulsión de Parejo en el minuto 60, en la que los locales se apagaron y el equipo visitante se mostró más cómodo e incluso tuvo sus dos ocasiones más claras de gol.

El equilibrio de fuerzas y el planteamiento casi idéntico entre ambos equipos marcó una primera parte intensa, pero con poca profundidad por parte de ambos equipos. Con un cuatro-cuatro-dos, una línea medular bien posicionada y dos delanteros a los que no les llegaban demasiados balones, Villarreal y Valencia trataban de darse réplica, aunque sin conseguirlo.

Fueron 45 minutos en los que las posesiones de balón de unos y otros fueron largas, ya que ningún equipo se animaba a arriesgar en ataque y en las escasas ocasiones en las que lo hacían, las defensas superaban con cierta facilidad a los atacantes. Se jugó, pues, en el centro de campo y las llegadas a meta brillaron por su ausencia, aunque el Villarreal dispuso de una acción con centro desde la izquierda que Carlos Bacca no fue capaz de rematar solo ante Neto.

Esta tónica de juego provocó un partido con el balón jugado de un lado a otro por ambos equipos, sin demasiados fallos que produjeran pérdidas y con Trigueros por parte local y Parejo por la visitante como conductores del fútbol de sus respectivos equipos, incapaces de sorprender con desmarques o pase profundos a sus rivales. Por ello, el 0-0 con el que el encuentro llegó a su ecuador fue un fiel reflejo de lo que ocurrió en los primeros 45 minutos de un partido que se jugó a 28 grados.

Al partido le falta chispa. Necesitaba una genialidad o un error para que cambiara la dinámica, pero el cambio se produjo en una acción en el centro del campo en la que el árbitro consideró que la entrada de Parejo sobre Funes Mori merecía tarjeta roja. La expulsión del capitán valencianista provocó las protestas de Marcelino García Toral, técnico del Valencia, que también fue expulsado. Coquelin entró en el campo para cubrir la posición de Parejo y Gameiro abandonó el campo. La medular valencianista cobró consistencia.

El partido se había puesto de cara al Villarreal, quien con un hombre y ante su público, tenía responsabilidad de llevar la iniciativa que no había llevado hasta entonces. Sin embargo la primera ocasión clara de gol de todo el partido fue para el equipo que jugaba en inferioridad en un gran remate de Guedes que Asenjo envió a córner (m.70).

El partido entró en el cuarto de hora final con la emoción que no había tenido hasta la expulsión de Parejo, pues la situación de extrema igualdad que se había dado hasta entonces había cambiado para dar paso a un escenario distinto entre un Villarreal obligaba a buscar el gol y un Valencia que necesitaba mantener el empate.

Incluso un remate de Cheryshev (m.83), obligó a Asenjo a realizar otra buena parada en una fase del juego en la que el Valencia había conseguido evitar que se notara su inferioridad y el partido acabó con un empate que refleja lo visto sobre el terreno de juego.