Molina y Mata apuntan, Cucurella y Ángel, disparan

El equipo madrileño está en su mejor momento de la temporada. Acaba de acceder a los dieciseisavos de final de la Liga Europa y en Liga ha pasado la semana como quinto clasificado empatado con la Real Sociedad.

El Getafe ha ido de menos a más esta temporada y su buen rendimiento sigue ilusionando a la afición, que volverá al Coliseum para animar a un equipo que de momento no conoce techo con José Bordalás, que ha confeccionado un bloque solido difícil de batir.

La duda para la convocatoria es la del extremo brasileño Robert Kenedy, que sufrió un golpe contra el Krasnodar y hasta el último momento no se sabrá si podrá jugar.

El partido será especial para el delantero azulón Jaime Mata, que se vuelve a enfrentar al Valladolid, club con el que hace dos campañas logró el ascenso a Primera, marcó 33 goles y fue el máximo goleador de Segunda.

Mata formará en ataque junto a un compañero que podría ser Ángel Rodríguez o también Jorge Molina, que ha sido suplente los dos últimos partidos pero marcó contra el Krasnodar ruso.

Enfrente estará el Real Valladolid, que afronta el partido con la importante baja de Nacho en el lateral izquierdo, ya que no ha logrado recuperarse del fuerte golpe que recibió en el tobillo en el último encuentro ante la Real Sociedad, lo que supondrá un cambio en el once titular.

El jugador que debería ser el sustituto natural sería Fede Barba, pero Sergio González baraja otras opciones, como podría ser la entrada de Antoñito en esa posición «o alguna alternativa más», ya que no ha querido dar pistas al respecto.

A cambio, recupera a Hervías y Salisú, que entrarán en la convocatoria y casi con total probabilidad saldrán de inicio frente al Getafe, un rival que, en opinión del técnico catalán, «es un equipo sólido, bien trabajado y tiene calidad».

Por tanto, sabe que no será nada fácil lograr algo positivo de un campo en el que solamente el Barcelona ha logrado llevarse los tres puntos.

En el Coliseum Alfonso Pérez, el Real Valladolid ganó en una ocasión, empató en otras dos más y salió derrotado en tres, por lo que esta será la séptima vez en la que ambos conjuntos se vean las caras en Primera en Getafe, y la decimotercera en el cómputo general, tanto en casa como fuera.

Con efectividad, apenas con dos buenas jugadas de Jorge Molina y de Jaime Mata que propiciaron los goles de Marc Cururella y Ángel Rodríguez, el Getafe, otra vez muy serio, ganó 2-0 al Valladolid y se colocó en la cuarta posición que da acceso a la próxima edición de la Liga de Campeones.

El conjunto de José Bordalás parece no tener techo. De momento, con 30 puntos en 17 jornadas y clasificado para los dieciseisavos de final de la Liga Europa, está firmando el mejor curso de su historia en Primera División. La ambición del Getafe no tiene límites y sus jugadores viven en un estado de gracia permanente.

En esta ocasión, Jorge Molina y Jaime Mata se encargaron de abrir un partido trampa, en el que el Getafe se vio las caras con un equipo definido por un estilo similar marcado por un complicado entramado defensivo difícil de superar.

Esos son los partidos que más se le atascan al Getafe. Cuando se ve reflejado en un espejo, sufre en duelos con muy pocas ocasiones en los que cada una de ellas es oro. Y, a diferencia del Getafe, el Valladolid tiene una carencia: el gol.

En eso, el equipo de Bordalás no falla últimamente. Suma diez dianas en los cuatro últimos partidos oficiales, las últimas tres, antes de recibir al Valladolid, contra el Krasnodar en Liga Europa, competición en la que ya está en la segunda fase después de un subidón de adrenalina en el Coliseum el pasado jueves.

El cansancio del partido extra que tenían en sus piernas no afectó a los jugadores del Getafe, que saltaron al terreno de juego con las novedades del uruguayo Mathías Olivera, de Francisco Portillo y de Jorge Molina. Los tres dieron un poco de oxígeno a sus compañeros, que se enfrentaron a un grupo con más cambios: Pedro Porro, Barca, Plano, Joaquín Fernández y Waldo Rubio, aparecieron en el once pucelano.

Precisamente, fue Jorge Molina quien se encargó de abrir un choque excesivamente táctico, a ratos aburrido y con pocas ocasiones. Sobre todo en la primera parte, en la que el Valladolid sólo disparó a puerta con una falta lanzada por Sandro Ramírez y el Getafe sólo lo hizo en su gol.

Lo marcó Marc Cucurella, en el minuto 36, después de una buena asistencia de Jorge Molina. El veterano delantero del cuadro azulón se revolvió a las mil maravillas dentro del área para volver loco en una baldosa a Kiko Olivas, al ghanés Mohammed Salisu y a Pedro Porro. Ninguno pudo detener al delantero azulón, que cedió la pelota a su compañero y, casi a placer, batió a Jordi Masip.

Esas fueron todas las oportunidades del primer acto. En concreto, dos. Ninguna más, pero suficientes para el Getafe, que tras la reanudación mantuvo su línea consistente. No dio opciones al Valladolid y acertó en una de las tres que tuvo para aumentar la renta.

Primero, lo intentó con dos cabezazos: uno del uruguayo Leandro Cabrera a la salida de un córner que acabó con la pelota en el poste derecho de la portería de Masip y otro de Cucurella que detuvo el portero del Valladolid.

Después, la que fabricó Jaime Mata desde la línea de fondo de la banda derecha. Él sólo se fabricó un centro magnífico que remató de cabeza Ángel, que salió desde el banquillo para no fallar otra vez ante la portería. La maniobra de su compañero, fue un regalo que no desaprovechó.

Esas tres opciones fueron suficientes para el Getafe. Con su línea de cuatro impenetrable atrás, unida a la dupla incansable formada por Mauro Arambarri y Nemanja Maksimovic en el centro del campo, no dejaron opciones al Valladolid, que intentó reaccionar de manera infructuosa con las salidas del campo de Rubén Alcaraz y Enes Ünal.

Al final, los tantos de Cucurella y Ángel bastaron al Getafe, que no quiere dejar de soñar con objetivos ambiciosos. En Liga, sin duda, el de la Liga de Campeones que ya rozó la temporada pasada, se ha hecho un poco realidad con tres puntos con los que ocupa la cuarta posición por encima de clubes como el Atlético de Madrid, la Real Sociedad, el Athletic o el Valencia. Casi nada.