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Ronald Koeman saluda a Messi tras el clásico, con Lenglet camino también de los vestuarios. Albert Gea (Reuters)
Un Barça inmaduro en el clásico y sin Coutinho en Turín
Análisis

Un Barça inmaduro en el clásico y sin Coutinho en Turín

El equipo azulgrana, con jóvenes como Ansu, Pedri y Dest y algún ingenuo de más edad como Lenglet, pagó el hecho de atravesar un proceso de reconstrucción y ya piensa en la Juventus

P. RÍOS

BARCELONA

Domingo, 25 de octubre 2020, 19:05

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El Barça parece haber entendido que atraviesa un momento de transición en el que debe armarse de paciencia. Una reconstrucción no puede hacerse de la noche a la mañana y en el proceso pueden surgir contratiempos, como perder 1-3 un clásico contra el Real Madrid. La clave del éxito, más inmediato o a largo plazo, estará en cómo afronte el equipo, el club y el entorno un golpe así.

Al equipo de Ronald Koeman todavía le faltan muchas cosas para funcionar de la forma ideal y en el clásico pagó la inmadurez, aunque, curiosamente el más ingenuo no fue Ansu Fati, autor de otro gol a sus 17 años, o Pedri, titular en la mediapunta también con 17 años, algo tímido en su primera gran cita. Tampoco Sergiño Dest, que dejó grandes sensaciones en el lateral derecho a sus 19 años. El 'pardillo' fue Lenglet, más bregado, de 25 años ya, a quien no se le ocurrió otra cosa que agarrar de la camiseta a un Sergio Ramos que le estaba empujando en el típico forcejeo dentro del área.

Se lo puso en bandeja al central madridista, que se dejó caer de forma cómica para que el árbitro y el VAR se quedaran con esa captura en la mente: un brazo y una camiseta estirada. Todo muy absurdo, pero es el fútbol de hoy. La acción decidió el partido porque era el 1-2 y el técnico holandés no leyó bien cómo reaccionar y más bien lo complicó todo con los cambios.

Pese a esa confusión de Koeman durante el partido, el técnico del Barça salió airoso del clásico incluso perdiendo. Primero por su alineación joven y valiente, sentando además a Griezmann porque ciertamente no merecía ser titular por sus últimas actuaciones. Luego porque antes del 1-2 de penalti, el equipo azulgrana tuvo minutos muy buenos y ocasiones para ponerse por delante. Y, por último, porque explotó contra el funcionamiento del VAR y la actitud de los árbitros que no tienen ningún criterio en las jugadas polémicas que deben revisar o no. Incluso enumeró ya una lista de errores en contra del Barça al más puro estilo Mourinho, algo que siempre conecta con los aficionados más radicales, aunque molesta a los puristas que creen que ese no debe ser el estilo de un entrenador del FC Barcelona. Pero Koeman no es de los que ponen la otra mejilla después de una bofetada. Periodísticamente, también mucho mejor.

El Barça no tiene tiempo para lamentaciones y el miércoles visita a la Juventus en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Será sin Coutinho, quien sufrió una lesión muscular ante el Madrid, aunque disputó el partido completo. Griezmann está llamado a jugar de inicio para suplirle. Su entorno ha filtrado su enfado por su suplencia en el clásico. Pues nada, a reivindicarse, que para eso le pagan muy bien.

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