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Domingo, 19 de noviembre 2017, 01:14
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Los partidos de la categoría juvenil celebrados ayer en Málaga quedaron empañados por distintas agresiones en dos de ellos que requirieron la asistencia hospitalaria de los afectados. El primero de los incidentes se registró en el encuentro Olímpica Vitoriana-Yunquera Bonela, aunque ninguno de estos equipos promovió estos hechos violentos. Según consta en el acta del partido, un grupo de doce personas procedentes del Carlinda irrumpió en las gradas del campo, y todos ellos empezaron «a propinar puñetazos, insultando y escupiendo a los aficionados y padres del equipo visitante». El choque, del Grupo II de Cuarta Andaluza, fue suspendido en el minuto 67, con 0-3 en el marcador.
Estas agresiones, según relata el colegiado Guillermo Pérez Godínez, tuvieron algunos actos destacados, como este: «Visualizo, una vez parado el encuentro y observando lo que estaba ocurriendo, cómo tiran por las escaleras a una persona de mediana edad, que andaba con muletas. Dicha persona, me afirma el jugador número 4 del equipo visitante que era su padre, que al ver cómo lo están tirando por las escaleras se acerca a las vallas que separan el graderío del terreno de juego y le propinan un puñetazo en la boca una de los doce personas agresoras». Este futbolista golpeado, su padre y otro compañero suyo tuvieron que ser trasladados al hospital.
El árbitro explica, asimismo, que la pelea tuvo una duración de cinco minutos y que la docena de agresores se marcharon corriendo inmediatamente después. Asimismo, puntualiza que estos pertenecen al Carlinda y que alguno de ellos es jugador de su conjunto juvenil, que milita, como los dos equipos de este encuentro, en el grupo II. «En todo momento el club la Olímpica Vitoriana evita que la pelea vaya a más, impidiendo que jugadores del equipo local accedieran a la grada y colaborando en todo momento, y ayudando al equipo visitante», añade en el acta. El conjunto local también se ofreció a colaborar en lo que fuera necesario a través de las cámaras que se encuentran en el campo.
Tras pasar por el hospital, todos pudieron marcharse a sus domicilios. El aficionado y padre golpeado sufre un esguince de rodilla, mientras que el hijo tendrá que hacerse algunas pruebas más, mientras que otro futbolista se marchó al final con un collarín. La policía se personó en las instalaciones y los afectados tienen previsto presentar las pertinentes denuncias contra los agresores.
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