Análisis del Grupo D

De los 23 jugadores que fueron a la Copa del Mundo de 2018, donde cayeron en la semifinal contra Croacia, sobreviven 10. De estos, algunos están aún recuperándose de lesiones, como el central Harry Maguire y el centrocampista Jordan Henderson. Y otros arrastran largos periodos de baja forma, como los delanteros Raheem Sterling o Marcus Rashford.

Tras descartar a Jesse Lingard, Delle Alli o Eric Dier, que tuvieron en Rusia papeles importantes, Southgate ha reclutado a jóvenes -Jude Bellingham y Jadon Sancho(ambos jugando en la Bundesliga), y Bukayo Saka del Arsenal- que tienen experiencia internacional con sus clubes pero muy poca en la selección. Han reducido a 24,65 su promedio de edad.

La inclusión en la lista de 26 de cuatro laterales derechos ha inspirado humor pero son jugadores versátiles, que pueden ser centrales, Kyle Walker, o adelantarse en los carriles o el centro del campo. El lujo es que los habituales - Walker por la derecha y Kieran Trippier por la izquierda- puedan ser cambiados por Reece James y Ben Chillwell, que desplegaron su calidad con el Chelsea, en la final de la Liga de Campeones.

Hay rigidez en el centro de la defensa, donde los largos y lentos Maguire y John Stones son fijos, si el primero se recupera de su lesión de tobillo. Ni ellos ni el portero, Jordan Pickford, son ajenos a la excesiva parsimonia o al despiste. En el centro del campo, Henderson no ha jugado un partido con el Liverpool desde febrero. Dos promesas, Kalvin Phillips, del Leeds, y Declan Rice, del West Ham, son las alternativas para recuperar el balón y marcar el ritmo.

Jack Grealish, Mason Mount y Phil Foden parecen los jugadores idóneos para enlazar la línea medular con el capitán Harry Kane y quien Southgate elija para acompañarle en punta. El seleccionador ha jugado con 4-4-2 y 4-3-3, más en función de las características de sus jugadores disponibles que de los rivales. No le faltan futbolistas creativos en el tramo final.

La aspiración es llegar como mínimo a las semifinales, anunció el seleccionador al presentar el lunes su escuadra definitiva, tras la participación de tres clubes ingleses en las finales europeas. Southgate parece buscar una vida más arriesgada. En la cálida noche de su primer amistoso, contra Austria este pasado miércoles, no lució uno de los celebres y sufridos chalecos que exhibió en Rusia. Ahora ya se atreve con chaqueta y camisa.

Si gana su grupo(Croacia, Escocia, Chequia), Inglaterra solo tendrá que abandonar en todo el torneo su casa de Wembley en los cuartos de final(Estadio Olímpico de Roma).

Actual subcampeón del mundo en Rusia 2018, esta será su sexta Eurocopa. Su techo se encuentra en los cuartos de final, a los que accedió en 1996 y 2008. Intentando dar ese salto de calidad, su técnico desde 2017, Zlatko Dalic, sigue confiando el mando de las operaciones para dirigir al equipo a Luka Modric. El madridista no contará de ayudante con Ivan Rakitic, ausente de la lista, y deberá asociarse con jugadores con Kovacic, Perisic o Pasalic para conectar con delanteros como Rebic, Brozovic o el osasunista Budimir.

En la zaga, Croacia cuenta con veteranos como Lovren y el atlético Vrsjalko, además de la solvencia en la portería de Kalinic. Dentro del grupo D, tendrá como partido de estreno a la anfitriona Inglaterra (13 de junio) como rival más complicado. Después se enfrentará a República Checa (18 de junio) y Escocia (22 de junio).

El primer ensayo antes del torneo europeo no le salió muy bien al conjunto balcánico, que sólo pudo empatar (1-1) ante Armenia el pasado 1 de junio en la ciudad croata de Velika Gorica. «Nuestros últimos resultados no fueron los mejores, pero soy optimista. Nuestro objetivo es pasar la fase de grupos», admitió el seleccionador croata ante la prensa días antes del partido contra los armenios.

Una de las principales dudas del conjunto 'ajedrezado' pasa por conocer cuál es el estado físico de Modric, sobrecargado de partidos en el Real Madrid por la fatlta de descanso suficiente en la Liga y la Champions. El centrocampista blanco funciona, al igual que en su club, como el principal motor de la selección croata.

Las medidas en vigor en Escocia contra la pandemia han forzado a Croacia a renunciar a su campamento base en St Andrews para la Eurocopa, por temor a que se contagie algún jugador. Por ello, endrá como base Rovinj, una localidad de la coste norte del Adriático croata.

La República Checa llega dispuesta a hacer un buen papel en esta Eurocopa. Su sueño sería repetir la final que disputó hace 25 años en Wembley, estadio que volverá a visitar, ante Alemania. Parece complicado. Cuenta con un equipo talentoso con el que realmente aspira a poder pasar el primer corte y meterse al menos en octavos de final. No lo pudo hacer en 2016, donde ya se vio las caras con Croacia, con quien tendrá que volver a enfrentarse en esta ocasión. Inglaterra y Escocia, ambas con el factor campo a su favor, completan el grupo D.

El delantero del Leverkussen Patrick Schick es el abanderado de la selección dirigida por un histórico del fútbol checo como Jaroslav Silhavy. No hay que obviar tampoco al fornido centrocampista del West Ham Tomas Soucek, el eje sobre el que gira esta selección.

Del sufrimiento hizo su bandera la selección entrenada por Steve Clarke para clasificarse para esta Eurocopa. Recurrió a la repesca y en ambos casos solucionó los partidos en la tanda de penaltis, primero ante Israel y, sobre todo, el definitivo choque ante Serbia en Belgrado y contra pronóstico.

Ésta será su tercera participación en la fase final de la Eurocopa tras las experiencias de 1992 y 1996. En ambas fue incapaz de pasar la primera fase. Esta vez forma parte del grupo D y disputará en su país los tres partidos de la primera ronda.

Los centrocampistas McTominay, del Manchester United, y Tierney, del Arsenal, junto al lateral Robertson, del Liverpool, y algunos delanteros a la vieja usanza del fútbol británico forman el esqueleto de una selección que puede dar alguna que otra sorpresa.