Una chilena de Bellingham salva a Inglaterra

El empate a uno de Jude y el gol de Kane, nada más comenzar la prórroga, metieron a los 'pross' en cuartos y evitaron el bochorno de caer en octavos ante la selección número 45 del mundo. Si Inglaterra inventó el fútbol, Southgate se ha empeñado en enterrarlo. Qué horror de entrenador.

Eslovaquia planteó un partido perfecto. Dos líneas de cuatro, con Schranz y Strelec arriba, y la línea defensiva bastante alejada de su portería. Decidió ser valiente y eso ante una Inglaterra tan vulgar es sinónimo de acierto, pero cuando cambió de registro y se encerró en su campo, revivió a los británicos y acabó muriendo en la orilla.

A los dos minutos, los eslovacos tuvieron la primera. Una llegada de Haraslin por banda izquierda, finalizada en un centro chut que no encontró rematador. Mientras, Inglaterra encadenaba pases horizontales de corta distancia y sus jugadores de ataque no se ofrecían al espacio. Solo Bellingham intentaba meterse entre la línea defensiva y la de medios de Eslovaquia. Las pocas veces que lo lograba y le llegaba el balón, algo de inquietud generaba, pero ni Saka, que tiene la pierna derecha de palo, ni Foden ni Kane acompañaban a Jude, lo más decente dentro de la mediocridad.

Era Eslovaquia quién sí llegaba con peligro. Haraslin la volvió a tener en el minuto 12. Mano a mano ante Pickford al que llega a tiempo Guéhi para bloquear el disparo. A la tercera, Eslovaquia ya no perdonó. Duelo aéreo perdido por el central del Crystal Palace, balón a los pies de Strelec, asistencia a Schranz y remate del ariete del Slavia de Praga con el exterior de su pie derecho al palo izquierdo de Pickford. 0-1.

Los 40.000 ingleses del Veltins Arena, que goleaban en la grada a solo 5.000 eslovacos, estallaron y empezaron a pitar a su selección. Ni siquiera el 'God save the Queen' a capela consolaba a los hinchas ingleses. A ese nivel de hastío ha llevado Southgate a su selección.

La única buena noticia es que quedaban 45 minutos y Eslovaquia había dejado señales, en el último tramo de la primera mitad, de conformarse con el 0-1. Ya no sabía si en la portería de Inglaterra estaba Pickford o el Príncipe Harry. Mala noticia.

Los británicos se llevaron una mini alegría en el 50. Llegada de Trippier por la izquierda y asistencia para que Foden remate a placer a la red. El VAR lo anuló por fuera de juego. Muy claro.

Fue una jugada aislada. Inglaterra tenía el dominio y el partido solo se jugaba en el campo de Eslovaquia, pero apenas sufría y, encima, le hacían regalos. Como el despachado por Bellingham y empaquetado por Stones. Un pase sencillo de Jude al defensa del City, en el centro del campo, acabó incomprensiblemente en la pierna derecha de Strelec, que levantó la cabeza y vio a Pickford treinta metros fuera de su portería. Disparó con la zurda, pero no atinó a hacerlo entre palos.

Kane lo intentó con un remate de cabeza, a falta lateral de Palmer, que tampoco cogió portería. El joven futbolista del Chelsea, 25 goles y 15 asistencias en su primera temporada en Stamford Bridge, agitó el ataque inglés, pero la realidad es que Inglaterra no disparó a portería hasta el minuto 80. Fue Rice, con un derechazo desde la frontal del área que escupió el palo derecho de Dúvrabka.

Las pérdidas de tiempo eslovacas alargaron el partido hasta el 96 y ese añadido, con un madridista sobre el campo, era tentar a la suerte. Y así fue. En el 95, un centro, peinado en el primer palo, acabó en el punto de penalti, desde donde Bellingham, libre de marca, se sacó de la nada una chilena milagrosa. Prórroga.

El castigo doble llegó muy pronto. En el primer minuto del tiempo extra, Kane cabeceó a la red el 2-1. Imposible creer que esta Inglaterra vaya a ganar la Eurocopa, pero Bellingham no piensa lo mismo, pese a Southgate.