Galca empieza con buen pie

El equipo valenciano dio la vuelta al 1-1 de la ida en el minuto 7, pero se encontró a un anfitrión más incisivo y competitivo que en otras ocasiones.

Los goles de Burgui, como respuesta rápida al tanto inicial, y de Caicedo, tras el descanso, no sirvieron para sentenciar el choque en Cornellá-El Prat. De hecho, el rival tiró de casta y protagonizó un acoso constante al área en la recta decisiva. Los nervios de la grada sólo se calmaron con el pitido final del colegiado.

Para los de Rubi, colistas en la Liga, la Copa del Rey no era una prioridad. De todos modos, su equipo se puso por delante gracias a un gol de falta directa. Verza tardó nada y menos en meter miedo al anfitrión al colocar su balón a la escuadra. El portero Pau López no pudo hacer nada.

Pero el Espanyol estaba decidido a ganarse a su nuevo entrenador. Los blanquiazules combinaron con fluidez, presionando con criterio, velocidad y examinando el posicionamiento granota. El premio llegó en el minuto 14. Burgui culminó una jugada colectiva y la asistencia de Marco Asensio. Fue su primera diana con la elástica perica.

El 1-1 dejaba los dieciseisavos en tablas. El equipo catalán mandaba, llegando con más claridad que el contrario. Caicedo tuvo en sus botas el 2-1 en el minuto 21. El ecuatoriano lo hizo todo bien menos el último control. A la media hora del duelo, Caicedo, muy activo, asistió a Moreno, pero éste falló el remate.

El Levante, por su parte, tenía dificultades para iniciar jugada desde atrás por la presión local. El ritmo se atenuó en los últimos compases de la primera mitad, aunque el Espanyol aceleró en los instantes finales. Marco Asensio obligó a lucirse a Mariño de falta directa desde la frontal.

El cuadro blanquiazul exhibió la misma intensidad en la reanudación. Los pupilos de Galca eran más incisivos que en otros encuentros, con una tensión distinta. Caicedo lo tradujo en el 2-1 en el minuto 52.

'Felipao' recortó a Juanfran y a Verza para superar al meta con un disparo ajustado a la base del palo derecho.

La nueva e inspirada versión del anfitrión superaba al Levante, sin posibilidad de controlar en el encuentro ni amenazar de nuevo a Pau López. Tampoco ayudaba la lesión en el tobillo de Casadesús, que tuvo que abandonar el terreno de juego en camilla. El delantero franco-argelino Ghilas entró en su lugar.

El 2-1 expulsaba al Levante de la competición y los de Rubi apretaron en ataque. Ya no había motivos para contenerse y Juanfran, que envió un cabezazo a las manos de Pau, y Xumetra, con una carrera que acabó en falta en la frontal, ponían el suspense en Cornellá. La apuesta granota era elevada y el Espanyol estaba replegado atrás.

Salvo un mano a mano de Caicedo, los locales apenas se acercaron a Mariño en los últimos minutos. La afición perica sufría al ver la avalancha rival y se indignaba cuando el árbitro fijó cinco minutos de tiempo añadido. Finalmente, no hubo sorpresas. La era Galca arranca con victoria. Rubi deberá seguir ahora buscando oxígeno en la Liga.