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Unai Emery le hace un gesto a Di María tras cambiarle el choque del PSG ante el Guingamp.
Emery, situación límite
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Emery, situación límite

El «optimista’ técnico guipuzcoano, cuestionado por los malos resultados y su metodología en el PSG, puede ser despedido si no vence este miércoles al Lorient

Ignacio Tylko

Martes, 20 de diciembre 2016, 18:06

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A pesar de los malos resultados, de estar cuestionado por la prensa y el núcleo duro del vestuario y de que se ponga en duda incluso su presencia en la eliminatoria de octavos de final de la Champions que su París Saint-Germain debe disputar ante el Barcelona, los próximos 14 de febrero y 8 de marzo, el técnico hondarribiarra Unai Emery no se siente con el agua al cuello y se declara «optimista» y «contento por la actitud del equipo». Así lo dijo al menos este martes en la conferencia de prensa previa al choque de la liga francesa ante el Lorient, una final para el vasco.

«Tengo experiencia en el fútbol. Conozco mis responsabilidades, que son trabajar y trabajar. Con una victoria el miércoles, veremos las cosas de manera distinta», subrayó el exitoso exentrenador del Sevilla, quien justificó los malos resultados de las últimas semanas por las numerosas lesiones de sus centrocampistas Javier Pastore, Adrien Rabiot, Marco Verrati y Thiago Motta, quien tuvo que jugar muchos minutos por las circunstancias y se rompió. «Estas bajas son una de las causas que explican que el equipo haya perdido un poco de fuerza», indicó el guipuzcoano, con dificultades en un PSG que ha encajado cuatro derrotas en el torneo de la regularidad antes del ecuador de la temporada. Marcha tercero, a siete puntos del sorprendente Niza.

En la Ciudad de la Luz se recuerda que con Emery el PSG ya no puede ser campeón de invierno y que, sin embargo, a estas alturas del curso pasado, el equipo de Laurent Blanc volaba hacia su cuarta corona consecutiva en la Ligue 1, con 19 puntos de ventaja sobre el segundo. Y que el francés no continuó en el banquillo pese a sus 11 títulos conseguidos en tres años. El pretexto de Nasser Al-Khelaifi, presidente y multimillonario magnate catarí, fue que el gran club francés no daba el salto esperado en la gran Europa.

La situación se ha vuelto límite para el entrenador guipuzcoano. La derrota del sábado en Guingamp (2-1) agravó una crisis de confianza y de resultados que pone en peligro a Emery, quien podría ser destituido se su equipo no da la talla ante los bretones. Diciembre está siendo un mes negro para el riguroso y metódico técnico español. Además de caer ante el Guingamp, una derrota 3-0 ante el Montpellier, le contemplan un empate a dos ante el Niza y una igualada por el mismo resultado en casa ante el Ludogorets búlgaro en Champions. Al menos, en la Copa de la Liga los parisinos eliminaron en octavos al Lille.

«Cuando he tenido buenos momentos o cuando los he sufrido malos, nunca pensé que fuese el mejor ni el peor. Mantuve el equilibrio», sostiene Emery, que trata de mitigar con sus palabras las decepciones de su equipo: «Creo que el equipo compite y juega para ganar», insiste. Un análisis no compartido por el director deportivo del conjunto parisino, el holandés Patrick Kluivert: «El pasado sábado no hicimos nuestro fútbol», expresó Kluivert en la página web del PSG. «En el primer tiempo intentamos dominar al Guingamp, pero no lo conseguimos». «En momentos así, lo más importante es permanecer unidos», expresó el exdelantero del Barcelona, buscando remar todos en la misma dirección.

Tras la pista holandesa

No obstante, los medios franceses como Le Parisien apuntan ya hacia las pistas italianas de Roberto Mancini o Fabio Capello, y la cadena TF1 habla del holandés Louis Van Gaal como posibles sustitutos de Emery, si bien el gran objetivo a medio y largo plazo es Diego Pablo Simeone, con contrato en el Atlético hasta el verano de 2018, pero con serias dudas sobre su continuidad en el próximo ejercicio. También aparecen en las quinielas Frank de Boer, Clarence Seedorf y Guus Hiddink, otro compatriotas de Kluivert. No hay aún comentarios oficiales desde la dirección del PSG acerca de un cambio de timón, pero los medios insisten en que Emery no sintoniza con su plantilla, que no da con la tecla en el sistema, las alineaciones y el aspecto físico y mental, y que puede repetir el fracaso que cosechó en el Spartak de Moscú.

En ese contexto, son varias las dudas que atormentan al técnico vasco, según informa AFP. Emery ha hecho varias pruebas en su sistema, y sus jugadores se sienten confusos. Muchos abogan por un 4-3-3 con un centro del campo compuesto por Verratti-Motta-Matuidi. Su idea de un juego más vertical en detrimento de la posesión del balón no ha cuajado en un equipo con más clase que físico. Su falta de confianza en el talentoso Ben Arfa y su fe inquebrantable en Di María, que no es ni la sombra del extremo madridista de la décima, no le han ayudado ante la opinión pública. Económicamente, Emery puede estar tranquilo. Cobraría en torno a 10,5 millones millones de euros por su despido, su salario íntegro por esta campaña y seis meses de penalización.

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