España claudica en su debut en Wembley

Era un partido grande a tenor del aura del escenario, el histórico Wembley, hogar del fútbol inglés y testigo de mil hazañas, y también porque ponía de nuevo cara a cara a las dos últimas finalistas del Mundial. El duelo comenzó bajo la presión alta del conjunto británico, escollo que se unió a la sensible baja de Tere Abelleira en la sala de máquinas, fruto de una dolencia en la rodilla izquierda. Sin embargo, el equipo de Montse Tomé ofrecía mayor sensación de peligro, instalándose en las cercanías del área local.

Claudia Pina tuvo la primera ocasión de peligro, con un zurdazo ligeramente alto, ocasión que nació de una recuperación de balón y la posterior conducción de Aitana Bonmatí, la brújula de la campeona del mundo. La amenaza activó a Inglaterra, capaz de responder con un buen lanzamiento de falta de Lauren James que replicó la estirada de Cata Coll.

Fue el punto de inflexión que otorgó el dominio del duelo a Inglaterra, una dinámica que derivó de forma natural en el gol de la selección dirigida por Sarina Wiegman, obra de Jessica Park tras un desajuste defensivo español. Pese al mazazo, la campeona del mundo reaccionó rápido con dos disparos lejanos de Aitana y Salma Paralluelo, que al menos sirvieron para inquietar la mínima ventaja inglesa con la que se llegó al descanso.

Tras la pausa, España se apropió de la iniciativa y rodeó los dominios ingleses, aunque sin demasiado peligro más allá del socorrido recurso del remate desde la distancia de Aitana y una buena oportunidad de Mariona, que se estrelló contra el lateral de la red. Le faltó inspiración en los metros finales a la campeona del mundo para discutir la mínima pero suficiente ventaja de Inglaterra, que la sitúa al frente del grupo, con los mismos cuatro puntos que Portugal y uno de renta respecto a la selección española, todavía con margen para corregir el tropiezo en el camino hacia las semifinales de la Liga de Naciones.