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Sr. García .

La viajera

Cruce de vías ·

De noche, cuando se sienta a cenar, miles deojos la observan desde lo alto. Cada uno deesos ojos tiene un nombre

Sábado, 8 de septiembre 2018, 00:04

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Lucía está pasando el verano encerrada en casa. A la hora del desayuno viaja todas las mañanas sobre el mantel individual que contiene el mapa ... del mundo. Da un sorbo al café y cruza el océano Atlántico hasta instalarse unos segundos en la Tierra del Fuego. No le importa cruzar de nuevo el estrecho de Magallanes y perderse a solas por esos caminos solitarios que recorrió un mes de noviembre de hace bastantes años. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, vuela a menos de medio metro sobre el nivel del mar y atraviesa la estepa rusa. De pronto, una gota de aceite de la tostada cae sobre el Mar Egeo. Se detiene un instante en Oia y recuerda aquella mañana de primavera que pensó que no le importaría morir en ese lugar. Se asomó a los acantilados y divisó el mar azul brillante, inmenso y silencioso. Ahora bebe zumo de naranja y el vaso deja un cerco en los Estados Unidos. Se fija en Arizona. Vuelve a conducir el Toyota con cambio automático que la llevó por aquellos paisajes plagados de volcanes hasta llegar a Monument Valley. La tierra tenía el mismo color que el zumo de naranja que eclipsa América del Norte. Levanta la mirada y divisa un avión cruzando el cielo. Abajo se encuentra el mapamundi que ella coloca todas las mañanas para desayunar en la terraza y encima de su cabeza se extiende el universo infinito. De noche, cuando se sienta a cenar, miles de ojos la observan desde lo alto. Cada uno de esos ojos tiene un nombre, Lucía los reconoce y pasa lista en voz baja, como si tuviera delante un mantel del firmamento.

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