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Craig Marin y fotograma de 'Chernóbil'.
«Chernóbil nos enseña que no se debe ignorar la verdad»

«Chernóbil nos enseña que no se debe ignorar la verdad»

Craig Mazin ideó y produjo la serie de HBO que revive el accidente nuclear que conjugó lo peor y lo mejor de la naturaleza humana

María Estévez

Los Ángeles

Miércoles, 3 de julio 2019, 20:27

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El desastre nuclear de Chernóbil ha propiciado a la cadena HBO un nuevo éxito televisivo. En clave de ficción histórica, la miniserie describe los pormenores de la explosión ocurrida en una planta nuclear en la Ucrania de 1986, incidiendo en los horrores provocados por la radiación, los trabajos de la investigación y los oscuros episodios de intriga política que se sucedieron tras el accidente. Producida e ideada por Craig Mazin, con un elenco que reúne a Emily Watson, Jarred Harris y Stellan Skarsgård, se rodó en Lituania, donde muchos edificios siguen intactos desde sus días como país de la Unión Soviética. Los actuales dirigentes rusos no han reparado en críticas a la serie por considerarla irreal, y de todo ello hablamos en Los Ángeles con Craig Mazin.

¿Por qué era necesario contar esta historia 25 años después?

Este es un documental de ficción, en el que la realidad es protagonista. No debemos olvidar lo que sucedió; no podemos dejar que la historia se repita. Nosotros hemos intentado acercarnos a los hechos tanto como nos ha sido posible, pero hay que entender que debíamos narrar la historia en cinco episodios, y eso exigió editar muchos detalles.

Las autoridades rusas les acusan de exagerar, de llegar a inventar gran parte de lo que narran.

De ninguna manera. Tenía la intención de ser preciso, de no dejarme llevar por la ficción de las vidas de los personajes. No he cambiado nada por buscar dramatismo, ni he exagerado lo que ocurrió. Esta es una narración que dice la verdad. Esta es una historia real.

La búsqueda de la verdad en Rusia no debe de ser tarea fácil...

No lo fue. El desastre nuclear ocurrió dentro de un Estado totalitario que ya no existe. La Unión Soviética no era reconocida por su transparencia, reconozcámoslo. Hemos encontrado narrativas desconcertantes que no conducían a la verdad. Puntos de vista que tapaban los horrores de lo ocurrido. Lo que sucedió puede volver a pasar. Cuando ves la serie, te das cuenta de lo difícil que es conseguir que explote un reactor. La moraleja de esta historia es más grande que el poder de la industria nuclear. La conclusión es que la gente, cuando elige mirar hacia otro lado e ignorar la verdad, se encuentra con desastres de esta magnitud. Solo espero que el público cuestione este tipo de energía y tome la decisión correcta.

La serie se ha convertido en un fenómeno mundial...

Porque pone los pelos de punta, porque es un hecho real, porque en muchas ciudades hay plantas nucleares. Hemos intentado conseguir un equilibrio entre la investigación y la licencia poética que nos tomamos como escritores. Nos hemos inspirado en una serie de libros escritos por científicos soviéticos que estuvieron involucrados en el incidente y en documentos de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Tampoco hemos querido dejar a un lado la cultura de la Ucrania soviética y lo que sufrió el país.

Dada la necesidad de condensar para un producto televisivo, ¿resultó difícil prescindir de protagonistas involucrados?

Hubo muchas voces que se quedaron fuera. Este fue un desastre nacional con repercusión internacional, y hay muchas figuras que no han tenido espacio en la serie. Personajes como Valery Legasov, interpretado por Jared Harris, o Ulana Khomyuk, a quien da vida Emily Watson, han sido creados con la composición de varios científicos. Con ellos hemos hecho honor a los investigadores que trabajaron contra reloj para evitar que el desastre fuera peor y descubrir qué lo desencadenó.

¿Tuvieron acceso a alguna planta nuclear real?

Sí, rodamos en Ignalina. Cuando te explican que puedes estar expuesto a radiación, te asustas. Sin embargo, tras varias semanas filmando allí, te vuelves inmune al miedo.

En el epicentro de su historia está la devastadora noticia de que un error humano fue el responsable de la explosión.

El desastre fue producto de terribles decisiones intencionadas que estuvieron diseñadas para proteger un sistema inherentemente corrupto e inhumano. Fue el resultado de individuos tomando decisiones erróneas en favor del sistema y no del protocolo científico. Encuentro que estas historias de errores humanos son extrañamente bellas, porque del peor comportamiento surge siempre una respuesta del mejor comportamiento. Solo los humanos pudieron hacer que Chernóbil ocurriera, solo los humanos pudieron resolver el problema de Chernóbil. La nobleza, la paciente y tranquila nobleza de cientos de miles de personas anónimas, es inolvidable.

¿Qué le llevó a aparcar las comedias para escribir un guion casi de terror como el de 'Chernobyl'?

Me cautivó la historia hace cinco años. No conocía los detalles, pero al leer sobre ello se despertó mi curiosidad intelectual. Descubrí con espanto los efectos del desastre, las historias humanas que rodearon el incidente y, sobre todo, cómo la antigua URSS trató de tapar las consecuencias de los hechos. Una vez que empecé a investigar, me obsesioné hasta dejar todo lo demás.

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