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Assange (i) y Garzón, antes de una rueda de prensa.
Baltasar, en la celda de Julian

Baltasar, en la celda de Julian

El documental 'Garzón / Assange: el juez y el rebelde' vive de primera mano algunos momentos decisivos del encierro del líder de WikiLeaks en la embajada de Ecuador

Javier Bragado

Jueves, 18 de mayo 2017, 14:03

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Julian Assange no puede abandonar la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012. Si lo hiciera sería extraditado a Suecia por un delito del que no ha sido acusado y entonces todo apunta a que desde Estados Unidos le reclamarían para ser juzgado en territorio norteamericano por espionaje. Ante la amenaza del dominó, una de las principales batallas del líder de WikiLeaks se ha concentrado en lograr el permiso legal para abandonar un pequeño piso con cierta protección diplomática y le ha dado la mano Baltasar Garzón. El antiguo juez estrella es ahora la cabeza de la defensa del australiano desde su bufete de abogados.

La peculiar relación entre Assange y Garzón sirve para hilar la historia del documental 'Garzón / Assange: el juez y el rebelde', que se estrenará en televisión en Canal Historia el 29 de mayo a las 22:00. El relato se estrecha gracias al trabajo del equipo dirigido por Clara López Rubio y Juan Pancorbo, quienes compartieron en el obligado hogar del líder de Wikileaks momentos de tensión como la amenaza de asalto británica a la embajada o la decisión favorable de las Naciones Unidas.«Es una proeza. Después de cinco horas en la embajada uno quiere salir. Es un piso y el sol nunca da directamente. Es inexplicable que aguante, es prodigioso que siga con la organización publicando, sacando a Snowden a Hong Kong...», reconoce el codirector sobre el hombre que vive en un espacio de 30 metros cuadrados.

El rodaje de tres años concluyó en verano de 2016 después de un trabajo arduo para que WikiLeaks aceptara las cámaras en cuatro momentos comprometidos. «Ese acceso es muy difícil. Tardaban en responder», señala la directora durante la presentación de la cinta en Madrid. «Después de año y medio pudimos entrevistar a Assange, pero no sabíamos si podríamos», añade el codirector sobre el documental que competirá en el DOCS Barcelona el 20 de mayo. Superadas las barreras, pudieron aproximarse al personaje. «Fue siempre cordial. Íbamos intentando acercarnos con ingenuidad y superó la desconfianza inicial», defiende Pancorbo.

En contra de lo previsto, el recluido no es el único protagonista del documental. El esfuerzo de Blatasar Garzón y de su equipo es también destacado por su trabajo ante varias instituciones en colaboración con WikiLeaks. El antiguo juez llama a varias puertas y diseña tácticas para que su cliente pueda obtener una verdadera libertad. Él, que apenas habla inglés y apenas maneja herramientas de nueva tecnología, fue elegido por Assange por su relevancia internacional. Ya había aparecido en los cables de WikiLeaks, donde la información estadounidense le señalaba como «el juez que ha investigado todo» al tiempo que reflejaba una gran ambición por ser protagonista. Curiosamente, el Garzón que aparece en el documental debe aguardar un hueco en la agenda del presidente ecuatoriano Rafael Correa o esperar apartado la respuesta de otras instituciones. Sólo cuando acude a la particular celda de Assange ocupa un puesto central porque entonces son Julian y Baltasar.

López Rubio y Pancorbo han compuesto un documental con ritmo y argumentos de 'thriller' por culpa de la realidad y del carácter de Assange. Y son 90 minutos sin máscara en la producción hispanogermana. Desfilan la fiscal sueca que investiga cuatro delitos sexuales y nunca acusó al australiano o los comentaristas de FOX News que piden «un tiro» para el «traidor», pero los protagonistas son siempre el hacker de los secretos oficiales y el hacker de los tribunales -así le bautiza una compañera en el documental-. «Sabíamos que lo estábamos contando desde un lado, cerca de nuestros personajes. No queríamos engañar a nadie, queríamos reflejar la visión desde ese lado», reconoce el codirector. Hoy, ese Assange es menos simpático para numerosos progresistas porque sus filtraicones ayudaron al ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Es algo que no aparece en 'Garzón / Assange: el juez y el rebelde' por cuestiones de calendarios. No obstante, puede subsanarse. «Pensamos que tenemos que hacer una segunda parte», reconoce la codirectora.

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