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Comas, durante una representación de 'The Opera locos'. SUR
Toni Comas: «La ópera es un género vivo; no todo es Puccini, Verdi y Mozart»

Toni Comas: «La ópera es un género vivo; no todo es Puccini, Verdi y Mozart»

El tenor protagonista de 'The Opera locos', que llega hoy al Cervantes con la aureola del Premio Max, reivindica la comedia como vehículo para atraer al público

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Martes, 28 de enero 2020, 00:12

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El peculiar grupo de cinco excéntricos cantantes que forman 'The Opera locos' llega al Cervantes con motivo del Festival de Teatro por partida doble: hoy martes y mañana miércoles. La producción de Yllana, compañía fundada en 1991 y especializada en humor gestual, que en las últimas décadas ha diversificado su actividad hasta lanzar más de una treintena de espectáculos, acerca la ópera al gran público a través de una comedia de enredos amorosos protagonizada por el tenor Toni Comas y la soprano María Rey-Joly. Comas reivindica la actualidad del género y reclama «un proyecto cultural» para evitar su desaparición. La obra, que ganó el Premio Max al mejor espectáculo musical en 2019, fusiona grandes éxitos como La Traviata con otros estilos musicales mediante una singular puesta en escena.

–¿Cómo va la gira?

–Está yendo de maravilla. Tenemos todo este año comprometido y en 2021 quizá vayamos a Estados Unidos. También estaremos un mes en Italia porque la acogida internacional está siendo muy buena... Pero estamos contentos sobre todo con cómo está funcionando el espectáculo entre los espectadores.

–¿Cómo responden?

–Espectacular en todos los teatros y países, y es curioso porque el sentido del humor varía en función de los sitios. Pero es una historia gestual que está yendo bien en todas partes. Lo acogen con mucho entusiasmo.

–¿Es la comedia el último vehículo para acercar el género de la ópera al gran público?

–Bueno, es una idea, pero creo que haría falta un proyecto cultural, saber qué queremos hacer con la ópera, porque es el único genero artístico que vive de los siglos XVII, XVIII y XIX. Para acercar la ópera clásica, el humor es un vehículo fantástico. Los 'hits' llegan bastante, pero la obra no utiliza las óperas en su sentido original sino lo que evocan, esos sentimientos. Y eso funciona.

–¿Es la ópera el género olvidado por parte de las administraciones y los productores?

–Me he dedicado a la ópera contemporánea los últimos veinticinco años y las carencias son obvias. No se ha conseguido crear una ópera contemporánea que atraiga al público. Existen óperas que llenan teatros, yo he hecho alguna, pero por alguna razón se ha quedado reducida a los mausoleos, bajo la idea de género clásico, cuando es un género vivo que podría funcionar perfectamente. Pero falta que los teatros se decidan a tener un criterio artístico y estrenar óperas. La música tiene que llegar al público... Hace falta un trabajo cultural de fondo.

–¿Es sólo un problema por falta de apoyos o también de tipo creativo?

–No creo que sea un problema creativo, porque ideas no faltan. Yo he estrenado treinta obras, y como yo hay muchos compañeros. Pero hay que crear algo que entusiasme al público, temas, libretos y partituras que lleguen a los espectadores. No toda la ópera es Verdi, Puccini y Mozart.

–¿Un género que vive del pasado está condenado a la extinción?

–Ese es el problema. Ya le está pasando a la zarzuela. No hay títulos nuevos, aunque estén saliendo obras; sobre todo son musicales. Inevitablemente, si seguimos así, es algo que también le ocurrirá a la ópera.

–En 'The Opera Locos' interpreta a un divo en horas bajas. ¿Ha tenido alguna inspiración?

–(Risas). Hombre, todos conocemos historias... Es un personaje entrañable. Yllana crea personajes que llegan mucho al público. Es una delicia interpretarlo. El proceso de ensayos fue muy creativo y participativo. Es un gustazo aportar lo que te gusta.

–También hay varios enredos amorosos que sirven para agilizar la obra...

–Es lo que arma la trama y justifica que aparezcan las arias. Hay un pequeño armazón de relaciones entre los cantantes. 'La Traviata' es el tema de ella y 'Nessun Dorma' el de él.

–¿Cómo fue trabajar con Mario Gas?

–Fue una de las experiencias que te dejan un recuerdo para toda la vida. Inauguramos las Naves Matadero. Disfruté muchísimo. Mario y yo nos entendemos muy bien.

–Su oficio siempre tiene una dosis de incertidumbre, de esperar la llamada... ¿Cómo lo gestiona?

–Con mucha sangre fría. He estado muchos años sin saber qué haría el resto de mi vida. No sé qué decirle, es complicado. Este oficio tiene esa complicación, por eso requiere que te guste mucho. Hay que trabajar, sobre todo para que vuelvan a llamarte. Vivimos en una especie de examen constante, por eso hay que dar el doscientos por cien cada vez que subimos al escenario, intentar gustar a quien acude a ver la obra.

–¿Qué le pareció la polémica con Plácido Domingo?

–Ignoro cuáles fueron las relaciones reales de todo aquello. Todo el mundo tiene que asumir sus cosas. Faltan explicaciones y argumentos.

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