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Zinaida Serebriakova.'Estudio de muchacha (autorretrato)', 1911. SUR
Ellas toman el mando en el Museo Ruso

Ellas toman el mando en el Museo Ruso

La figura femenina protagoniza el programa expositivo de la filial malagueña en 2019. La mujer como objeto artístico, creadora y coleccionista centra las propuestas de la delegación de Tabacalera para la nueva temporada

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Lunes, 24 de diciembre 2018

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Cuenta la poeta Marina Tsvetáieva que Natalia Goncharova conoció el color negro en España. Un negro no como ausencia y agujero, sino como fuente de luz, de «brillo interior». Un negro que ella pintó para los decorados de los Ballets Rusos de Serguéi Diághilev, que ya ha asomado en algunos cuadros expuestos en la Colección del Museo Ruso y que en el año entrante regresará a los pabellones de Tabacalera como uno de los principales alicientes de la programación que la filial prepara para 2019. Y en esa propuesta expositiva, ellas llevan la voz cantante.

La mujer cobrará casi todo el protagonismo en el Museo Ruso, bien como objeto artístico, como creadora o como coleccionista. Así, la representación de la figura femenina será el hilo conductor de la próxima colección anual en Tabacalera, las artistas rusas centrarán la primera de las exposiciones temporales de gran formato, mientras que los fondos de la coleccionista Antonina Gmurzynzka serán exhibidos en otro montaje específico.

«El eje vertebrador de la temporada será la mujer, con una exposición anual que recorre la representación de la mujer en el arte ruso a lo largo de los siglos, y con ello consigue trazar un relato social e histórico que resulta, a partes iguales, peculiar a Rusia y compartido con la experiencia de la mujer en Europa», avanzan desde la filial del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo. «Junto con una serie de valiosos iconos, se expondrán retratos de corte, de damas burguesas, de campesinas y obreras, con presencia de algunas de las firmas más destacadas del arte ruso», apostillan desde el Museo Ruso.

'Santas, reinas y obreras' será el título del proyecto que recalará en el Museo Ruso entre el 26 de febrero de 2019 y el 27 de febrero de 2020. «Si en anteriores ocasiones el hilo conductor ha sido un período histórico ('Los Románov', 'Radiante porvenir') o un tema transversal ('Las cuatro estaciones'), en 2019 el hilo conductor será la mujer. De las vírgenes que en los iconos trascienden los códigos hieráticos de representación, en gestos de profunda y sencilla humanidad, hasta las amazonas del proletariado que se muestran orgullosas en el trabajo, fieramente independientes, en igualdad con sus camaradas», ofrecen desde el Museo Ruso sobre el montaje anual que una vez más llevará la firma de la vicedirectora del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, Eugenia Petrova.

De la mujer como objeto a la mujer como sujeto, de la modelo a la autora en la primera de las exposiciones temporales planteadas por el Museo Ruso para 2019. Según los plazos previstos, también el 26 de febrero abrirá sus puertas 'Mujeres artistas', que pondrá el foco en los primeros años del siglo pasado.

Arriba, Icono. Santos Demetrio, Parasceva y Anastasia. Siglo XVI, Novgorod. Abajo, a la izquierda, Sonia Delaunay. 'Cénit' (1913), perteneciente a la Colección Gmurzynska. A la derecha, Olga Rozanova. 'Composición no objetiva', 1916, incluida en la Colección Gmurzynska. SUR
Imagen principal - Arriba, Icono. Santos Demetrio, Parasceva y Anastasia. Siglo XVI, Novgorod. Abajo, a la izquierda, Sonia Delaunay. 'Cénit' (1913), perteneciente a la Colección Gmurzynska. A la derecha, Olga Rozanova. 'Composición no objetiva', 1916, incluida en la Colección Gmurzynska.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Icono. Santos Demetrio, Parasceva y Anastasia. Siglo XVI, Novgorod. Abajo, a la izquierda, Sonia Delaunay. 'Cénit' (1913), perteneciente a la Colección Gmurzynska. A la derecha, Olga Rozanova. 'Composición no objetiva', 1916, incluida en la Colección Gmurzynska.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Icono. Santos Demetrio, Parasceva y Anastasia. Siglo XVI, Novgorod. Abajo, a la izquierda, Sonia Delaunay. 'Cénit' (1913), perteneciente a la Colección Gmurzynska. A la derecha, Olga Rozanova. 'Composición no objetiva', 1916, incluida en la Colección Gmurzynska.

Pioneras

«La vertiginosa modernización de la sociedad rusa trajo consigo una incorporación de la mujer a territorios antes acotados al hombre, muy señaladamente en el ámbito de la cultura. Al examinar los encuentros y exposiciones de las vanguardias, desde la Sota de diamantes hasta el grupo UNOVIS y las posteriores asociaciones ya tuteladas por el régimen comunista, encontramos nombres de mujer tan distinguidos como Goncharova, Exter, Popova o Dimshits-Tolstáia, en pie de igualdad con sus colegas masculinos en las exploraciones estéticas», siguen los responsables del museo malagueño.

«La exposición da cumplida cuenta de estas pioneras y avanza hasta nuestros días para mostrar la obra de creadoras contemporáneas de gran significación, pero también se adentra en la extensión de los fondos del Museo Ruso de San Petersburgo para mostrar las obras de autoras que, en épocas menos favorables a la emancipación femenina, supieron desarrollar carreras artísticas de gran mérito», desgranan desde la filial malagueña.

Y junto a las modelos y las artistas, una coleccionista: Antonina Gmurzynzka, pionera en el interés entre los mecenas occidentales por el arte ruso de principios del siglo XX. «Desde hace ya varias décadas, su hija Krystyna ha continuado y enriquecido la labor coleccionista. Sin que haya en ella un énfasis intencionado por las autoras, lo cierto es que la colección presenta un considerable número de obras debidas a mujeres artistas: no es más que el reflejo de lo que fue la realidad de aquellos años -apostillan desde el Museo Ruso. Esto ha permitido seleccionar un conjunto de obras de artistas excepcionales cuya obra es difícil de ver en otros lugares: Elena Guro, Xenia Ender o Anna Leporskaya, discípula de Malévich que produjo con él un proyecto para el Teatro Rojo de Leningrado».

Y sólo por unos días no volverán a encontrarse Malévich -que ahora protagoniza una suculenta exposición- y Leporskaya, esta vez en los pabellones del Museo Ruso.

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