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El Teatro Alameda cerrará sus puertas el próximo 31 de mayo para dar paso a la remodelación liderada por Antonio Banderas. SUR
El Teatro Alameda cierra en mayo para convertirse en Teatro del Soho de Málaga

El Teatro Alameda cierra en mayo para convertirse en Teatro del Soho de Málaga

La Gerencia Municipal de Urbanismo tramita ya el permiso de obras para remodelar el espacio escénico según el proyecto de Banderas

Jesús Hinojosa

Málaga

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Viernes, 9 de marzo 2018, 00:47

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La cuenta atrás ya está en marcha. El próximo 31 de mayo cerrará sus puertas el Teatro Alameda para dar paso al bautizado como Teatro del Soho, con el que el afamado actor Antonio Banderas verá cumplido su sueño de implantar en su tierra natal un proyecto escénico con proyección no solo local sino también nacional e internacional. Tras el fallido intento en la manzana de los cines Astoria y Victoria, en la plaza de la Merced, para la que, de la mano del arquitecto José Seguí, ganó un concurso de ideas al que siguieron críticas y suspicacias que llevaron a Banderas a desistir de la propuesta, ahora tiene volcadas todas sus ilusiones en el conocido teatro de la calle Córdoba, que apura los dos meses y medio que le quedan tal y como ha sido gestionado hasta ahora.

Según ha podido conocer este periódico, la Gerencia Municipal de Urbanismo tramita ya el expediente correspondiente a la remodelación del Teatro Alameda para darle las características del proyecto que Antonio Banderas quiere desarrollar y para el que se ha marcado la fecha de reapertura del 15 de septiembre de 2019. Según la información recabada, esta actuación implicará una inversión de más de dos millones de euros para llevar a cabo una completa renovación de las instalaciones del teatro, que abrió sus puertas el 22 de diciembre de 1961.

La Gerencia Municipal de Urbanismo tramita ya el permiso de obras para remodelar el espacio escénico según el proyecto de Banderas

El proyecto que analizan los técnicos de Urbanismo para otorgarle una licencia de obra menor, ya que se trata de una reforma de una construcción que no va a aumentar de volumen, ha sido redactado por el arquitecto Francisco Guillén, con estudio en Marbella. Los objetivos de la intervención, que debería estar finalizada para los primeros días del mes de julio del año próximo, es renovar y poner al día las instalaciones del teatro para que cumplan la normativa vigente en cuestiones como la accesibilidad, para lo que se instalará un ascensor en el hueco de las escaleras.

Modificaciones

La sala principal mantendrá su actual configuración, aunque totalmente renovada. Uno de los cambios será que se eliminará la mesa de sonido del patio de butacas para introducirla en un espacio independiente, lo que permitirá sumar 14 localidades más a las 613 existentes, arrojando un total de 627, aproximadamente. Las dos salas existentes en la planta superior del teatro se unirán en una sola sala de teatro, con capacidad para unos 235 espectadores, en la que está prevista la representación de obras de teatro alternativo, conciertos de carácter íntimo e incluso la grabación de programas de televisión. Asimismo, el proyecto redactado por Francisco Guillén prevé utilizar el espacio que actualmente ocupan la estancia en la que se encuentran todavía las antiguas máquinas de proyección de cine y la que fue vivienda del conserje para habilitar una sala de ensayos.

La actuación supondrá una inversión de más de dos millones de euros hasta el año próximo

El Teatro Alameda se encuentra enmarcado e incluido por una construcción de planta baja más siete que inicialmente albergó viviendas, reconvertidas en su mayor parte en oficinas actualmente con el paso de los años. El proyecto promovido por Banderas se somete a este condicionante urbanístico y no incrementa el volumen del cuerpo que contiene el teatro como tal, de forma que tampoco se ocultan ventanas interiores de la manzana.

El bar situado en la planta baja va a ser eliminado para paso a una zona de ‘photocall’ y una tienda de unos 40 metros cuadrados, situada a la derecha del vestíbulo de entrada, en la que se venderán artículos relacionados con el mundo del teatro y propios de un espacio escénico como el que Banderas quiere implantar aquí. También cambiarán las taquillas, que tendrán ventanillas hacia la calle y hacia el interior del edificio.

A la sala principal, de 627 butacas, se sumarán una de 235 localidades y otra para ensayos

Como ya avanzó SUR en la sección de Pedro Luis Gómez ‘Horizontes Cercanos’ (26/11/2017), Teatro del Soho es el nombre elegido para un proyecto cultural que está llamado a suponer un revulsivo para este ámbito del Centro de Málaga enmarcado por la Alameda Principal y el puerto. La idea es que funcione como un teatro de producción propia en el que se estrenen obras que luego circulen por otros lugares del país y del mundo. En ese sentido, la implicación de Antonio Banderas será decisiva.

La fachada, en 2002.
La fachada, en 2002. Fernando González

Un lugar emblemático de la cultura y el entretenimiento

La cultura y el entretenimiento están asentados en este enclave de la actual calle Córdoba desde principios del pasado siglo, cuando albergó el Cine Pascualini, que fue reducido a escombros en los sucesos de los años treinta. En su solar, se construyó en los años cuarenta un gran estanque con barquitas que, entre 1956 y 1960, pasó a albergar el cine de verano Terraza Alameda, lugar en el que también se instalaban las carpas de los circos que visitaban la ciudad.

La expansión y transformación urbanística que experimentó el Centro de Málaga en los años sesenta llevó a levantar en este espacio un edificio de viviendas que, en sus bajos, conservó el uso cultural de décadas pasadas con la construcción de un «gran coliseo dedicado al teatro y al cine con las debidas condiciones de buen gusto, modernidad de línea y estilo», tal y como apuntaba SUR en su crónica de la inauguración, acontecida el 22 de diciembre de 1961.

Tras reformas, cambios de gestión y hasta un incendio que lo destruyó casi en su totalidad en 1987, el escenario de calle Córdoba ha subsistido hasta ahora como el único teatro privado de gran formato –más de 300 butacas– de Andalucía. En su apertura, la empresa Sanka fue la responsable del explotación y gestión del teatro, que tenía el cine como su actividad principal. Poco tiempo después de su apertura, el Alameda cambió de manos. El empresario almeriense Eugenio Sánchez-Ramade se hizo en 1967 con el espacio para incluirlo en una red de exhibición de Andalucía, sin dejar el teatro.

En 1995, los hermanos Jesús y Carlos Sánchez-Ramade -bajo la supervisión de José Luis Sánchez-Ramade, su padre, retoman el control del recinto con la apuesta de programar un espectáculo diferente cada semana en las tablas de la sala principal, mientras en la 2 y 3 se exhiben películas. Así hasta que en septiembre del año pasado se hizo público el acuerdo de estos empresarios con Banderas, por un plazo de 20 años, para dar paso al proyecto del actor.

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