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Una sombra

Cruce de vías ·

Sábado, 21 de septiembre 2019, 00:16

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D e pronto, Rafa empezó a perder kilos sin que hubiera ningún motivo especial. No estaba enfermo, no había tenido ningún disgusto, tampoco había dejado ... de comer ni beber cerveza. Como era habitual en él, seguía sin hacer ejercicio. Como se veía cada vez más delgado dejó de caminar y gastar energías, incluso cogía el ascensor en lugar de usar la escalera para subir o bajar del primer piso. Éramos amigos y solíamos citarnos para hablar de cuestiones cotidianas. Pero durante los últimos encuentros su progresiva pérdida de peso fue el tema primordial de nuestras conversaciones. Una tarde quedamos en la terraza de un bar y no acudió a la cita, lo llamé al móvil y no respondió. Antes de pagar la cuenta e irme, volví a entrar en el bar por si se hallaba esperando en la barra y no lo había reconocido. Me fijé en cada uno de los clientes y ninguno guardaba el menor parecido con él. Esa noche soñé que Rafa se había ido consumiendo hasta desaparecer. Lo imaginé tan delgado como una sombra, la radiografía de un suspiro.

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