Las rupturas más sonadas

Sus voces empastaban, componían bonitas canciones, tenían una imagen potente. Duraron juntas cinco años, hasta 2001. Dos décadas después, en 2021, volvieron a juntarse, ocasión que el exmanager de la banda, Gonzalo Benavides, aprovechó para contar en 'Vanity Fair' las razones de aquella ruptura, según su visión: «Marilia (la morena) se quejaba de que la compañía eligiese siempre canciones de la otra como 'singles'. Yo siempre les dije que Marta (la rubia) componía mejor y Marilia cantaba mejor. Es un tema de ego y de pasta, la SGAE te da más dinero si has sido la autora de los 'singles'. Entonces empezaron a competir por ser la más alta, la más guapa... Querían que la tele las sacase el mismo número de planos». Asegura que durante la grabación del último disco no interactuaron ni para las fotos. «Todo por separado. Aquello fue terrible. Cada una tenía su arreglista y yo en medio diciendo: 'Yo subiría un poco la pandereta'. Pero no me hacían ni puto caso. Un horror. Llegó un momento en que Marta me dijo que lo dejaba porque no podía más y me pidió que produjese su disco».

Dos hermanos, José María y Nacho Cano, integraron Mecano junto a Ana Torroja, que el año pasado desvelaba el motivo de la ruptura: «Fueron los asuntos personales de José, aunque, como en todas las familias, surgieron roces. Fue un shock porque no imaginábamos que quisiera dejar el grupo. Me puse a llorar porque fue como cuando te dejan sin saber que había algún problema». Fue durante la entrega de los premios Amigo, en 1998, cuando el hermano mayor, que recogía el galardón a la trayectoria artística, aprovechó los agradecimientos: «Quiero decir una cosa que os va a sonar un poco especial. Voy a dejar de estar con Mecano. Porque esta etapa hasta ahora ha sido bellísima, y la quiero recordar como tal. Me cuesta ya estar en un grupo de pop, la disciplina es altísima y voy perdiendo elasticidad. Ahora que no estoy puedo decir que es el grupo español más grande de todos los tiempos. Muchas gracias a ustedes y que Dios les bendiga». El productor Miguel Ángel Arenas, Capi, apunta a los roces entre los hermanos, que competían por escribir la mejor canción y a que, dice, llegaron a las manos.

Revolucionaron el rock alternativo en los 90 cantando en inglés con mucha actitud y dos mujeres al frente: las hermanas Llanos, Cristina, la pequeña, voz, y Amparo, guitarra. Pero un día, Cristina dijo que no podía más. Siempre pareció a disgusto y tímida con la promoción de discos y en las entrevistas, sobre todo si se creaban situaciones molestas. Como cuando Máximo Pradera se hizo el gracioso al comentar en 'Maldita la hora' (Antena 3) lo siguiente: «Cristina se pasó vagueando en la cama semanitas durante la grabación y así ganó esos kilillos que trae ahora». «¡Qué hijoputa!», saltó ella con falsa sonrisa. Su hermana lo explica: «Les pasa a casi todos los grupos. Hubo un momento en que sentíamos Dover, creativamente, como una jaula. Estábamos demasiado vigilados, sobre todo Cris y yo, que componíamos. Todos estábamos cansados pero fue Cris la que dijo que no quería seguir más en la música».

Brillaron entre 1984 y 1998. Manolo García y Quimi Portet alegaron que habían dado todo lo que se creían capaces de dar juntos y que preferían ir en solitario. En una entrevista en 2014, García explicó que Portet «estaba incómodo con el tema lingüístico», prefería cantar en catalán. García: «Yo puedo hablar catalán, pero no tengo esa sensación de patria, igual que tampoco la tengo de patria española». Portet, en 1997: «Si El Último de la Fila cantara en catalán, no habría hecho este disco en solitario».

Parecía que la marcha de Amaia Montero de La Oreja de Van Gogh hace 15 años (tras casi 12 con el grupo) había sido amistosa, según declaraciones en su día de ambas partes. Sin embargo, en 2020 y a través de un tuit en contestación a una pregunta de un fan, la vocalista aportó estas declaraciones, un tanto enigmáticas: «Pertenezco a un tipo de personas radicalmente contrarias, con mis equivocaciones, mis aciertos, pero con las cosas claras. Y eso es difícil de aceptar para ciertas personas. Eso desgasta mucho. No es tan fácil como 'Amaia se fue'. Prefiero morir de pie que vivir de rodillas (...). Estar bien significa no permitir que te insulten, te vejen, te hagan bullying... Estoy en paz».

Cuenta Juan Valdivia, guitarrista del grupo, que estaban en 1996 en Tijuana en medio de un tour de 8 meses, cuando Bunbury apareció en la habitación del hotel con dos folios. Escritas, había demasiadas órdenes sobre el rumbo que debía tomar la banda. Las guitarras eléctricas quedaban reducidas a la mínima expresión y debían interesarse por las nuevas tecnologías en busca de otros sonidos. Sin decir nada, Valdivia se levantó y se marchó. Fin. Así lo recuerda él: «Una de las cosas que exigió Enrique fue que debíamos mentir a la prensa. Aquel escrito yo lo llamo dictadura». Se queja de que empezó a sufrir por una dolencia en su mano que fue poco entendida por el grupo y que le impedía tocar la guitarra. Hasta tal punto que abandonó su instrumento y estudió piano.

Otras dos hermanas, Toñi y Encarna Salazar, decidieron romper coincidiendo con la etapa de recuperación de Encarna de un cáncer de mama. Este hecho hizo que Toñi intentara relanzar su carrera en solitario ante el parón requerido por la enfermedad. Tiempo después se supo que hubo diferencias entre sus maridos y representantes por la forma de entender sus carreras. Tras seis años separadas, volvieron a juntarse.

Loquillo y los Trogloditas disfrutaban del éxito cuando Sabino Méndez, compositor de los temas más celebrados de la banda, la abandonó. La heroína se había hecho fuerte dentro del grupo y especialmente en Méndez; su adicción le provocó problemas de salud que afectaron a su capacidad de escribir canciones, asunto en el que siempre había competido con Loquillo. El desmayo de Méndez durante un concierto le obligó a dejar el grupo en 1989 para ocuparse de su salud, y Loquillo, decidido también a acabar con sus adicciones, terminó dedicándose a su carrera en solitario. Con los años volvieron a compartir escenario.

Fito Cabrales explicó a 'Jot Down' los motivos de la disolución de Platero y Tú: «Platero se separó profesionalmente porque antes se había separado personalmente. Dejó de haber esa interacción entre cuatro chavales que ya no eran tan chavales, los ensayos dejan de ser la prioridad... Cosas normales. Hay bandas como Police, que les ves, tocan de puta madre y luego se matan entre ellos. O los Guns 'N' Roses, que ni se saludan. Se puede disimular, pero no quiero llegar ahí, voy a hacer todo lo posible para no llegar a estar incómodo en un escenario». En esa ruptura estaba Iñaki 'Uoho' Antón, cofundador de Platero y Tú, y protagonista de otra ruptura, la de Extremoduro.

'Uoho' formó Extremoduro con Robe Iniesta, al que consideraba su familia: «Robe y yo hemos sido amigos durante 30 años. Mi familia era la suya y la suya la mía. Pero en la vida se pierden cosas. Él me ve diferente, eso me dijo un día. Bueno, tengo un familiar menos». Para explicar su marcha de la banda, que se disolvió en 2019, 'Uoho' alegó que ya «en 2008 empezaba a oler a chamusquina y diez años más tarde estaba quemado. Creo que nos hicimos demasiado importantes. Hubiera estado más cómodo dos escalones más abajo. Y quizá a todos nos hubiera venido mejor».