Rosalía millonaria

Los últimos problemas de Rosalía con el dinero, dicho sea esto con toda la ironía, comenzaron con el rumor de que pedía cifras enormes por un concierto de su gira, cantidades que retozaban ufanas en el millón de euros y que fueron desmentidas por la propia cantante sin demasiadas explicaciones. Ante esto, incluso cuando sea cierto que un concierto de Rosalía cueste un pastizal (algo puede que comprensible si tenemos en cuenta que es una de las artistas más relevantes del momento), también se apunta a la evidencia de que la cantidad que al final percibe la propia artista es muchísimo inferior por los costes de producción, los músicos, el cuerpo de baile y demás parafernalia. Otro asunto de índole económico salió a la luz poco después: Madonna intentó sin éxito que actuara para ella.

Tal y como explicó para la web musical Jenesaispop, «intenté por todos mis medios que viniera a Marruecos por mi cumpleaños y actuara para mí. En ese momento, nadie sabía quién era (…). Empezamos a hablar ella y yo y entonces parecía una transacción fácil. Luego, la cosa se fue complicando. Cuando hablé con ella, necesitaba solo un guitarrista y palmeros que iban a compartir habitaciones, porque nos quedábamos en un hotel muy pequeño. Pero de repente entró en juego un mánager, y entró en juego un agente, 5 personas se involucraron, y pidieron una extraordinaria cantidad de dinero… Eran como 36 personas… Así que no pasó. Estuve un tiempo sin oír hablar de ella y de repente se convirtió en una estrella. Y yo pensé que tenía razón».

Otro de los posibles arranques que le hayan podido llevar a escribir este dúo de canciones es la resaca tras una borrachera de riqueza. Su videoclip retro inspira un concurso de televisión y hay escenas que recuerdan a esa mítica prueba en la televisión española en que metían al concursante en una ducha de billetes. En la letra, Rosalía se ríe de la ambición en primera persona. Hay alusiones a cerrarle el Macba o el Louvre (Beyoncé grabó un vídeo en el museo francés que hizo aumentar las visitas a máximos históricos), dice que quiere tener dos coches Bentley (uno blanco y otro verde, olé), unos Hublot Black Caviar Bang bang «que te lo puedo regalar» y que no son huevas sino unos relojes carísimos. También hacen gracia frases como «Cierro el centro comercial y me como yo sola un helado» o ese pobre chaval que dice tener contratado para que le abra los regalos de navidad. O cuando dice «cada día celebrando mi cumpleaños», lo mismo que Paris Hilton que reveló al mundo que «ser rica es como si todos los días fueran tu cumpleaños».

Con esta canción, Rosalía vuelve a reivindicar su autenticidad. Primero, aunque haya quien se ha quejado de su acento o de la inclusión de palabras como 'cumpleanys' (en lugar de 'aniversari') y 'botelles' (por 'ampolles'), al lanzar una canción en catalán cuando casi todo el mundo pensaba que se iba a pasar al 'mainstream' latino, sobre todo a partir del reguetón con J. Balvin 'Con Altura'. Y segundo, provocando ella sola un distanciamiento con el resto de artistas urbano y en particular a esa querencia hacia el dinero que tiene la inmensa mayoría de raperos y traperos: la inagotable fascinación por el símbolo del dólar o la pasión por el lujo y por los billetes de 100 que su antiguo compañero C Tangana adora. Pero la canción 'Millonària' es algo más que el 'Llorando en la limo' de Rosalía porque tiene una cara B llamada 'Dio$ No$ Libre del Dinero'. Al final, según parece, la mejor manera de librarse del dinero es hacerse rica.